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esquina Hettich para albergar desde 1989 la Biblioteca Municipal de Valdivia.
"En todos los proyectos que trabajamos juntos, él siempre destacó por compartir pautas generales muy bien informadas desde el punto de vista histórico y patrimonial. Su tremenda experiencia lo volvió un referente, alguien a quien se debía consultar por distintos temas en cualquiera de los proyectos que pudiéramos desarrollar", dice Sanfuentes.
Tirza Barría, magíster en arquitectura, académica de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo Uach, tuvo también a Gabriel Guarda entre sus fuentes de información cuando por ejemplo integró el equipo que recuperó la casona Lopetegui-Mena hace más de una década.
"Sin duda que es una autoridad en el tema de la conservación gracias al estudio tan profundo que había hecho de las casas de la colonización. En efecto, es él quien inicia el estudio de las casas de Valdivia y en general la forma de la ciudad, lo que acompaña con información fidedigna desde el punto de vista arquitectónico. Su trabajo de investigación nos ha permitido tener una base bastante sólida para un montón de proyectos que se han ido generando con los años. También es un autor que se revisa con frecuencia en la academia", indica. Y agrega: "Gracias a su labor ahora hay registro de casas que ya no existen. En cierta medida es el responsable de retratar la fisonomía de una ciudad que ya no existe y particularmente de barrios y sectores que no necesariamente corresponde al centro, lo que también habla de su interés por entender cómo Valdivia estaba comenzando a cambiar".
Protección
La historia de la conservación del patrimonio de la capital regional, tienen varios otros capítulos en los que Gabriel Guarda figura como protagonista.
Por ejemplo, solicitó la protección oficial a través de la Ley 17.288 de Monumentos Nacionales, de la casas Hoffmann Deppe y la casona Haverbeck, las cuales finalmente fueron incluidas como partes del conjunto patrimonial en la declaratoria de la Zona Típica General Pedro Lagos el año 1991, levantada por la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.
"Su legado es invaluable para la investigación urbana de este territorio y para a la valoración de la ciudad en miras de su conservación", añade Claudia Jiménez, arquitecta de la Oficina Técnica de la Comisión Asesora de Monumentos Nacionales del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas.
En noviembre del año pasado el padre Gonzalo Espina, administrador apostólico de Valdivia, tuvo una conversación con Guarda. Recuerda que hablaron de su amor por Valdivia y le propuso una idea aparentemente inesperada para el benedictino: crear una fundación con su nombre.
"Lo aceptó de muy buen agrado, pero no por el ánimo de la figuración personal. Nosotros tuvimos el privilegio de tenerlo en nuestra diócesis, de que su ímpetu esté plasmado en nuestro museo y en nuestra Catedral, entonces crear la fundación nos pareció en todo momento una idea lógica, como también que la pudiéramos bautizar como Gabriel Guarda. Este nuevo paso lo pensamos como una forma de dar un impulso mayor a su tarea de larga data del cuidado del patrimonio y el hecho de querer compartirlo con la ciudadanía".
La fundación está en los pasos previos de su constitución. Es un propuesta que corre en paralelo con otros proyectos para los que Gabriel Guarda fue consultado y entregó su visto bueno. Se trata de la reestructuración, por primera vez desde su inauguración hace dos décadas, del Museo de la Catedral. Y de "Arte y devoción al sur del mundo", que consiste en la documentación de los bienes patrimoniales muebles de la diócesis. Es decir, por primera vez se está creando un catálogo de pinturas, esculturas, imaginería, textiles religiosos y orfebrería litúrgica presente en el territorio.
Tanya Wagemann, magister en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural, es responsable de la propuesta y además integra el equipo que trabaja en el museo bajo la dirección general de Sofía Sanfuentes.
"A partir de otros proyecto y del mismo conocimiento aportado por el padre Guarda es que en distintos momento se pudo tener una idea general de los bienes patrimoniales, pero nunca antes se había decidido hacer un trabajo como en el que estamos ahora. Eso se cruzó con el proyecto del museo. Creemos que ambas iniciativas eran una inquietud del padre Guarda o al menos así lo percibíamos en las conversaciones que tuvimos, ya que él siempre trabajó por dar a conocer la iglesia en el territorio a través de sus objetos", dice Wagemann. Fue en el contexto de estas propuestas que Gabriel Guarda visitaría por última vez la ciudad y el Museo de la Catedral.
Ello le permitió reencontrarse con distintos profesionales con los que había colaborado antaño, como por ejemplo la antropóloga Karin Weil (Centro de Humedal Río Cruces Uach, encargada de la edición de contenidos del proyecto de Mejoramiento Integral del Museo de la Catedral). Juntos trabajaron en el proyecto de la casa Schüller - Museo Philippi; y en la recuperación de la otrora llamada "Casa del básquetbol" o "Casa 1380", en referencia a quienes la ocuparon y a su ubicación en Avenida Picarte.
En su momento, esa construcción fue desarmada y todas sus partes se guardaron durante varios años. Se diseñó un plano y actualmente hay planes por parte de Telefónica de volver a ensamblarla tabla por tabla para crear un museo de las telecomunicaciones en Valdivia. "Este es uno de los proyectos emblemáticos que nos dejó. Trabajar con él fue un privilegio, era una persona muy prudente que además nos encomendó la misión de salvar el museo de la Catedral", dice Weil.
1988 fue el año en que el sacerdote encabezó la comisión de a cargo de la construcción de la Catedral de Valdivia. También fue impulsor que de se habilitara un museo en el edificio.
2004 fue el año en que Gabriel Guarda recibió el premio Conservación de Monumentos Nacionales otorgado por el Consejo de Monumentos Nacionales.