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Cuarentena

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y prudencia

Vivimos un época de cambios (o un cambio de época, como prefieren decir otros) a todo nivel: en lo internacional, en el ámbito nacional y local. También la Iglesia vive tiempos agitados y de cambios. Esto trae inquietud e incertidumbre en muchas personas, generando temores por el porvenir. Leía hace unos días una carta del profesor Agustín Squella, quien sostenía que este es el siglo de la incertidumbre y más que pedir y esperar que se desvanezca la incertidumbre, hay que aprender a vivir con ella y gestionarla a partir de la virtud de las virtudes: la prudencia.

Santo Tomás de Aquino, el gran pensador medieval, afirma que la prudencia es la virtud más necesaria para la vida humana, ya que ella es la virtud que ayuda a encontrar los mejores caminos en las situaciones complejas. Para tomar las decisiones acertadas en tiempos de incertidumbre e incertezas, de manera de vencer los miedos y las preocupaciones. Es la virtud cardinal más importante, ya que consiste en discernir o distinguir, lo que está bien de lo que está mal, actuando en consecuencia.

Jesús lo ejemplifica en aquella parábola del evangelio de Mateo (25, 1-13), de las diez jóvenes que esperaban al novio: cinco eran necias y cinco prudentes, porque éstas últimas llevaron aceite de repuesto para sus lámparas, para mantenerlas encendidas para esperar al novio que llegaría de un momento a otro. Jesús sentencia después de la parábola: "Por tanto, estén atentos, porque no conocen, ni el día, ni la hora".

Qué importante es, en consecuencia, en los tiempos que vivimos, no dejarnos vencer por el miedo y la desesperanza, sino que cultivar la sabiduría (el saber vivir), ya que "meditar en ella- nos recuerda el Libro de la Sabiduría- es la perfección de la prudencia" (Sab 6, 15). Son tiempos de ver y juzgar con tranquilidad y con paciencia, para actuar de acuerdo con los criterios del evangelio de Jesús.

Que la Cuarentena en que estamos varias comunas de nuestra región, la podamos vivir con sabiduría y prudencia y en la Paz del Señor.

Ricardo Klett Schirmer: Un señor de la vida y el deporte

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Ricardo Klett Schirmer nació en La Unión el 2 de junio de 1926. Fue hijo de Kar Klett Shultze y Bárbara Schirmer Leinebeber, quienes también fueron padres de Guisela, Herman, Else y Carlos. Vivió parte de la infancia y adolescencia en su ciudad natal, hasta que la familia se trasladó a Valdivia, que lo acogió hasta su deceso, el 2 de noviembre de 2006. Desde los 18 años de edad trabajó en la empresa Formio, dedicada a la producción y elaboración de pita y lazos de ñocha y que tenía su plantación en Máfil . En 1958 contrajo matrimonio en Valdivia con María Elena Aparicio, oriunda de Futrono. Tuvieron dos hijos: Bárbara y Germán, quienes les entregaron seis nietos: Mary Ann, Ivo, Francisca, Matías, Dusan y Martina y un bisnieto: Milan, a quien no alcanzó a conocer. Sus hijos lo recuerdan como "un gran padre, un ser humano intachable, correcto y comprometido, querendón y amoroso. Preocupado por su gente, las grandes pasiones en su vida fueron su familia, sus hijos y sus nietos. También lo fue el fútbol, su amado club General Bueras y la Unión Española, además de su querida Cuarta Compañía de Bomberos, a la cual entró a los 14 años y vistió su uniforme y asumió responsabilidades hasta el día en que falleció". El fútbol amateur valdiviano fue un escenario en el cual se desenvolvió y donde mostró su caballerosidad. Junto a sus hermanos y vecinos fundó en la casa familiar el club General Buenas, que cobijaba a los barrios vinculados a Pérez Rosales, General Lagos y Bueras, hasta Aníbal Pinto. Así se le recuerda en las canchas, sábados y domingos de competencia, sin falta, incluso a pesar de su enfermedad. Desde la mañana a la tarde dirigiendo, trasladando jugadores y en todas las labores propias del fútbol amateur. "Su convicción de lo importante que era el deporte para la juventud y el rol social que el deporte tiene en ellos, lo convenció de que el deporte era una manera de demostrar a la juventud la importancia de la responsabilidad, del autocuidado, la importancia de cumplir los compromisos y que también permitía mostrar que son parte de algo, de un equipo que los necesita y al que no le pueden fallar", recuerda la familia.

2 de noviembre de 2006 falleció Ricardo Klett Schirmer. La Cuarta Compañía de Bomberos, su familia y un cuadrangular de fútbol perpetúan su recuerdo.

Rudy Garay Zúñiga: A cinco años de su partida

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El pasado 23 de octubre se cumplieron cinco años desde que se apagó la voz y desapareció la figura de Rudy Garay Zúñiga desde la radio y la televisión valdiviana. Fue en 2015, cuando emprendió el viaje eterno. Fue hijo de José Miguel Garay Marín y Celia del Carmen Zúñiga Muñoz, además de hermano de Celia Sally y esposo de Mirta Danila Peña Cordero y padre de 2 hijas: Layla Makarena y Yalili Mirta. A su descendencia se sumó su nieta Sofía Victoria. Rudy Garay Zúñiga estudió en la antigua Escuela N° 4 y luego en la Escuela Industrial. Realizó su práctica en la refinería Crav en Penco, donde lo llamaban cariñosamente "El Valdiviano" y representó a la empresa como jugador de básquetbol. Luego de su práctica se tituló de técnico en electricidad. Durante 25 años trabajó en la empresa Saesa y también emprendió con la Vidriería "G & Z Glass", en calle Picarte, durante 10 años junto a su hija mayor Layla. Rudy Garay Zúñiga practicó básquetbol y fútbol por diferentes clubes valdivianos, a nivel amateur y laboral. Incursionó como comunicador social y deportivo en las radios San Sebastián, Calle Calle, FM Siempre y varios canales de TV locales. Al momento de su partida se desempeñaba como conductor del matinal "Hola Valdivia" de ATV. Seis meses antes de su fallecimiento, el 27 de abril de 2015 recibió un premio de la Zona de Carabineros de Los Ríos, por su labor de difusión del trabajo institucional. Familiares, amigos y ex colegas lo recuerdan como "un amigo incondicional, hijo, padre, abuelo, hermano, tío; orgulloso, cariñoso y protector. Fue un hombre que destacó por valores como la franqueza, la bondad y el espíritu servicial, ya que siempre ayudó sin esperar algo a cambio. De convicciones fuertes, como el compromiso que tenía con las personas en dar a conocer sus necesidades, preocupaciones e inquietudes a través de los medios de comunicación. Sus familiares, amigos y seres queridos jamás olvidaremos los recuerdos, anécdotas y momentos felices que nos entregó. Nos sentimos afortunados de haber sido muy amados por esta gran persona y sobre todo le agradecemos a Dios de haber tenido el privilegio de amarlo".

26 de mayo de 1952 nació Rudy Garay Zúñiga, quien falleció el 23 de octubre de 2015. Fue funcionario de Saesa, emprendedor y comunicador social.