Cifras para generar más reflexiones
El informe sobre uso de drogas y alcohol entre escolares tiene datos positivos; pero muchos que obligan a encender alertas. Hay tendencias a más uso de drogas duras; se mantiene la edad de inicio de adicciones (13,8 años) y las mujeres muestran alzas de consumo en todos los ítems medidos.
Reacciones dispares han tenido en el país y en la región los resultados del 13° Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar realizado por Senda (Servicio para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Alcohol y Drogas). Algunos celebran pequeñas disminuciones en el consumo de alcohol y marihuana; otros alertan porque los estudiantes chilenos -entre octavo y cuarto medio- lideran las cifras latinoamericanas de ingesta habitual de sustancias ilícitas.
El informe, dado a conocer al finalizar el año pasado y correspondiente a datos recogidos durante 2019, comparados con 2017; tiene todos esos elementos.
Los datos nacionales, tras consultar a 46 mil escolares, indican una disminución (entre 2017-2019) de 13,3% de quienes dicen haber consumido marihuana en el último año. Pero el uso de esta droga es 2,1% más entre jóvenes que en la población general. Lo mismo pasa con otras sustancias, donde los escolares registran preocupantes mayores cifras de utilización que el resto de los habitantes: en tranquilizantes (6,6 veces más); inhalables (19 veces); cocaína (2,9); estimulantes (9,3); éxtasis (8,7); alucinógenos (5,2). Con el alcohol también hay problemas. En 2017 un 61,7% de los consultados dijo haberse embriagado; en 2019, fue el 64%.
En Los Ríos hay algunos datos positivos: un 27,9% de los jóvenes reporta consumo de alcohol durante el último mes, (29% en 2017) y un 28,3% consumir marihuana en el último año (30,3% en 2017). Además la percepción de riesgo de usar marihuana frecuentemente subió de 21,1% en 2017, a un 26,6% en 2019.
Mirando el conjunto de cifras, es posible reconocer que casi un 70% de los jóvenes del país y la región se encontraría lejos de esta realidad. Pero aun así, el Informe de Senda en general entrega antecedentes preocupantes. Hay tendencias a más uso de drogas duras; hay mantención histórica en la edad de inicio de adicciones (13,8 años) y ahora las mujeres son quienes muestran alzas en todos los ítem medidos (menos pasta base). Frente a esto, sería un error mostrar satisfacción o tomar algunos números como evidencia de buenos resultados de alguna política pública aplicada al respecto. Lo más sensato es prudencia y decir que el camino de prevención aún es largo.