Un año después de su anuncio inicial podría estar lista la vía de cuatro kilómetros para peatones y ciclistas en la ruta Valdivia -Niebla. En mayo de 2020 se oficializó y en mayo de 2021 sería entregada al uso comunitario.

Es un tramo que inicia en Los Pelúes, pasa el Puente Cruces y llega a la Calle 9. Estará en el costado izquierdo para quienes van hacia la costa y su materialización responde a un esfuerzo compartido entre voluntades públicas y privadas. La ingeniería básica y estudios iniciales fueron un aporte de Cervecería Kunstmann; en el diseño participaron de manera conjunta los profesionales del Consorcio Activa Valdivia y la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas; mientras que esa secretaría asumirá ahora la inversión de 348 millones de pesos (el año pasado se hablaba de $292 millones) para su concreción.

Contar con este acceso diferenciado es una buena noticia, pues permitirá una circulación más segura para quienes usan medios de transporte no motorizados, cuyo número ha aumentado significativamente. Es uno de los efectos positivos de la pandemia. El alza nacional se acerca -según cifras del Automóvil Club de Chile- al 67% , mientras que la venta online de bicicletas ha subido en 113% desde que se permitió el retiro del 10% de fondos de las AFP. En Valdivia, la cantidad ya era alta desde antes: 10 mil viajes diarios en este medio y 53% de las familias con una bicicleta; de acuerdo a estudios del ministerio de Transportes efectuados en 2017.

La nueva ruta se suma a otros avances en la materia en la capital regional, como una red de ciclovías creciente (aún perfectible), la instalación de 46 nuevos bici estacionamientos (luego de una consulta comunitaria) y el anuncio de posibles "Cruces Tokio" en el área céntrica, para permitir más resguardo general para quienes caminan y quienes pedalean. Estos estarían en dos esquinas de la calle Arauco, la de Independencia y la de Caupolicán.

Todos son avances positivos, que apuntan hacia un cambio en el comportamiento vial e invitan a una nueva mirada hacia medios de traslado que contaminan menos, disminuyen el tránsito, ayudan a hacer ejercicios y -ahora- bajan posibilidades de contagio.

Se ha visto que en situaciones inciertas, ambiguas y de pronto dinámicas un concepto se presenta con mayor fuerza, así sucede en este escenario sanitario y económico que vivimos, donde se escucha -fuertemente- sobre la Cuarta Revolución Industrial, la cual se desprende de acciones asociadas a la innovación en el ámbito tecnológico, que promueven nuevas relaciones que se integran en la sociedad, y en las personas. De aquello surgen otros términos como ciber físico, nanotecnología, big data, redes de comunicación, que inciden en las comunidades. El tema es amplio, por lo que sólo abordaré -de forma figurada- tres mitos.

He aquí el primero. Es frecuente escuchar que la automatización traerá consigo aumento del desempleo, y si bien la evidencia indica que en aquellos trabajos repetitivos y rutinarios así será, también se crearán otros puestos de trabajo, lo que va a permitir que las personas se enfoquen en tareas que produzcan más eficiencia. Es decir, el reto es que no se produzca un desempleo estructural y se capaciten a las personas en rutinas asociadas a las nuevas tecnologías.

Un segundo mito es que habrá más puestos de trabajo relacionados a las tecnologías de la información, lo cual es afirmado por expertos y es innegable, aunque no quiere decir que pase lo contrario con las otras actividades. Por ejemplo, está siendo muy demandada el área de la salud, de gestión como marketing, los analistas financieros, expertos en gestión de personas, las ingenierías y ciencias básicas, por mencionar algunas.

Un tercer mito, es que la robótica y los sistemas digitales -con el paso del tiempo- harán desaparecer el trabajo humano. Y si bien hay algo de verdad, al igual que los anteriores, eso no debería ocurrir, sino que es una oportunidad para que sucedan transformaciones, como generar nuevas capacidades y conocimientos, pues el factor humano seguirá presente en el accionar laboral de las sociedades.

En definitiva, son nuevos desafíos y realidades que debemos enfrentar y a los cuales podemos adaptarnos, pero en nosotros estará la decisión de humanizar; o en otras palabras de colocar en el centro a la persona humana y sus dimensiones, en cuanto a derechos y responsabilidades. Es así como la invitación es a reflexionar y pensar sobre nuestra sociedad, para comprender -y por consiguiente- realizar cambios, en donde prime el bienestar y la convivencia social.

Francisco Mena B.