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EXPERIENCIAS
¿Cuál es la labor que recuerda con más cariño?
-Si me pregunta cuál es mi mejor momento en Carabineros, fueron los dos años que trabajé en Fuerzas Especiales, porque siento que el espíritu de cuerpo que se forja, no se forma de la misma manera en ninguna otra parte. Es muy difícil desarrollarlo así en otro lado, pero no es debido a que en otros lugares te lleves mal ya que igual trabajas en equipo, pero son labores más individualizadas. Aquí es un solo grupo, que si no trabaja unido no logra el objetivo. Considero que para poder desarrollar bien un trabajo, en el cargo que sea, si no es en equipo no funciona. Uno solo no puede y no es por las capacidades de las personas, sino que junto a otra, que te ayude, se hará el trabajo mucho mejor. Por eso, es primordial para desarrollar un buen servicio.
¿Cómo definiría la vocación de los carabineros?
-Les tiene que gustar, ser responsables, comprometidos y garantistas de los Derechos Humanos. Si bien es cierto es una labor muy bella, ya que uno puede ayudar mucho a las personas de distintas maneras, es también difícil, porque hay personas que no entienden nuestro trabajo. Somos la cara visible del país en ámbitos muy diversos, como es el caso del estallido social, así como también en el último temporal en Santiago. Nosotros no hemos hecho mal nuestro trabajo, aunque obviamente han existido errores y hay personas que no han ido en la línea que nos dicta nuestro alto mando, pero en todos lados pasa lo mismo. Hay gente que se aleja de la doctrina institucional, son los menos, pero lamentablemente nosotros tenemos un costo más alto cuando cometemos errores que el común de la sociedad y por eso es que también debemos cuidarnos más. Somos una institución que existimos para dar eficacia al derecho y resguardar la seguridad pública, interior del Estado y prestar protección a la ciudadanía. Cuando vemos el caso de que los carabineros tratan mal a la ciudadanía nos duele, ya que nos forman para brindar un buen servicio y atender bien a las personas. Cuando existen estos casos que se desvían, duele mucho, ya que la persona que trata de realizar cada día mejor su trabajo y esforzarse, no entiende cómo pueden existir personas que enloden nuestro uniforme.
¿Cómo se produjo su destinación a Valdivia?
-Existe una Escuela de Formación de Carabineros en Santiago y a partir de ella hay distintos grupos en regiones. Este cargo había sido siempre ejercido por varones. Y este año, el alto mando institucional determinó entregar a mujeres, misiones que habían estado destinadas para varones. En mi caso, había solicitado dentro de mis prioridades venirme a Valdivia y me enviaron como Comandante de Grupo. Estoy feliz, agradecida, comprometida, tengo una gran responsabilidad, como también dejar bien puesto el nombre de las mujeres, aunque en Carabineros jamás han hecho discriminación de género. Por ejemplo, tenemos las mismas oportunidades de postular a cargos o remuneraciones.
¿Cómo fue asumir en tiempos de covid?
-Ha sido complicado, porque no podemos tener a nuestros alumnos de forma presencial. Actualmente, están retornando en cuatro grupos. Ellos vuelven a terminar la etapa final. Tuvieron clases remotas durante todo el año, las que fueron teóricas. Alcanzaron a estar en la escuela de manera presencial un mes y medio. En algunas oportunidades hubo problemas de conectividad, ya que muchos viven en el campo y no había señal de internet. En todo caso, lograron conectarse, estaba también la opción de concurrir a una unidad policial cercana e ingresar a la red institucional. Asimismo, los instructores realizaron un monitoreo permanente durante las clases, llamándolos por teléfono, haciendo videollamadas, supervisando que se respetaran también las cuarentenas. Hubo un control permanente. Por lo tanto, ellos salen todos como carabineros operativos. Egresan y se van destinados en julio, siempre y cuando las condiciones sanitarias lo permitan.