Poner término a una larga historia
Veinte años o más suma el Puente Cau Cau en la agenda valdiviana. Ahora, hay un nuevo anuncio para terminarlo. Es de esperar que las lecciones vividas permitan no repetir errores en otro proyecto que muestra polémica y lentitud tristemente parecidas: el puente Los Pelúes-Cochrane
Buenas noticias fueron las entregadas ayer en Corral por el Presidente Sebastián Piñera sobre una nueva licitación para terminar Puente Cau Cau, obra que se encuentra en la agenda valdiviana hace más de 20 años y que ha avanzado lentamente y con múltiples tropiezos (ver nota página 10).
Recordemos que, a fines de los años 90, la obra fue señalada como una prioridad por el ministerio de Obras Públicas y luego fue incluida dentro de las llamadas "Bicentenario", proyectadas para ser inauguradas en 2010, con motivo de los 200 años de la independencia nacional. Sin embargo, solamente hubo avances el año siguiente.
El Presidente Piñera -durante su primer mandato- puso la primera piedra el 28 de diciembre de 2011 acompañado por el entonces ministro Laurence Golborne. Los trabajos se extendieron en medio de polémicas hasta 2015, cuando quedaron paralizados debido a problemas con el sistema de levante autónomo. El 15 de agosto de 2018 el mismo Piñera -ya en segundo período- abrió el puente para el uso de vehículos menores.
En 2019 el Ministerio de Obras Públicas anunció un nuevo presupuesto para terminar el mecanismo de los brazos. Mientras, esa tarea la harían grúas arrendadas, cada vez que fuera necesario elevarlos. Y así sigue hasta ahora. Más tres millones de automóviles han cruzado desde las Ánimas a la isla Teja y la apertura para el paso de embarcaciones llega a la veintena.
Pese a todo este proceso, el término de la obra aún está pendiente. Los 7 mil millones de pesos aprobados hace dos años para finiquitarlas no fueron suficientes para los costos que esbozaron las empresas oferentes. En diciembre de 2020, se permitió un aumento a 15 mil millones de pesos; pero solamente ayer que el gobierno oficializó un nuevo llamado a licitación. Ahí radica la relevancia de esa vocería.
Es de esperar que ahora sí esta larga historia tenga un buen término, considerando la enorme cantidad de fondos públicos, tiempo, incertidumbres, controversias y dolores ciudadanos que ha significado.
Es de esperar, también, que las lecciones que ella dio sirvan para no repetir errores en otro proyecto que avanza ahora con lentitud y polémica tristemente parecidas: el puente Los Pelúes-Cochrane.