También prevenir contagios de hanta
La pandemia ocupa toda la atención actual, pero es preciso recordar el riesgo de otras enfermedades que proliferan en verano. Colaborar con la prevención en esta materia es tan importante como protegerse del coronavirus. Claramente, no es necesario sumar peligros.
Hace pocos días fue dado a conocer el primer caso de hanta detectado en la región durante el presente año. El afectado es un hombre de Panguipulli, de 38 años de edad, contagiado al realizar faenas en el campo, donde probablemente tuvo contacto con restos biológicos dejados por ratones de cola larga, principales transmisores del virus que causa el síndrome cardiopulmonar, de alto riesgo para quien lo contrae.
En medio de la pandemia y sus preocupaciones, este tema no ha ocupado el lugar que debiera a nivel comunitario. Un error, considerando que el verano es la época en que más enfermos se registra, al desarrollarse actividades al aire libre. De hecho, de acuerdo a estadísticas del Ministerio de Salud, el 70% de quienes enferman, son personas que viven, vacacionan o trabajan en zonas rurales.
Otro detalle complicado es que, en el actual momento sanitario, es posible que se demore la consulta a un servicio médico, porque los síntomas son similares a los de la gripe y se podría -en un primer momento- minimizar su gravedad, postergando una atención que debe ser rápida.
Aprender al respecto y entregar mensajes de autocuidado es necesario sobre todo en el sur de Chile, donde está presente la "cepa Andes" del virus, una de las más complejas registradas en Latinoamérica y que tiene la posibilidad de ser transmitida entre personas, tema que ha sido estudiado en Valdivia a través del Laboratorio de Referencia para el Diagnóstico de Hantavirus del Instituto de Microbiología Clínica de la Universidad Austral (la misma institución que ha colaborado frente al covid-19).
En este escenario, entonces, es preciso mantener conductas preventivas. Entre ellas, la higiene de espacios cercanos a las casas y los lugares de acopio de alimentos; limpiar con cloro los utensilios y muebles donde pudieran circular roedores, además de no ingresar a recinto cerrados sin antes ventilarlos y usar mascarillas al asearlos. También, es necesario no intervenir frente a los depredadores naturales de los roedores, que ayudan a su control.
Colaborar en esta materia es tan importante como protegerse del coronavirus. Claramente, no es necesario sumar peligros.