Hace pocos días fueron incorporados 16 nuevos ítems en el Manual de Señalización de Tránsito, con el objetivo de profundizar las medidas de la Ley de Convivencia Vial, que ya cumple dos años, y cuyo objetivo es permitir que todo tipo de transporte sea seguro en las calles del país.

Esa meta, lamentablemente, no ha sido sencilla de cumplir. En los últimos meses, como efecto de la pandemia, el uso de bicicletas a nivel nacional ha subido de 8% a 12% del total de vehículos; pero también han aumentado accidentes con víctimas fatales. Según cifras del ministerio de Transportes y de Carabineros, en 2020 murieron 107 ciclistas en accidentes de tránsito, lo cual implica un alza de 25,9% en relación a 2019; además fallecieron 207 motociclistas, un 19% más que el año anterior.

Con la instalación de otras señalética se podría, de alguna manera, entregar más herramientas para disminuir esas cifras, al establecer reglas para acciones como virajes y detenciones, que son potenciales momentos de riesgos.

Entre las incorporadas se cuenta indicaciones para dar preferencia a ciclista al virar derecha e izquierda y al cambiar de pista; delimitación de zonas de desmonte de ciclistas, de control de cámaras, de velocidad (30 Km/h), de espera adelantada de motos, espera especial de ciclos, ciclocalles, zona compartida con peatones e incluso recarga de vehículos eléctricos.

En Los Ríos, la secretaría regional ministerial de Transportes debe dar las pautas para cumplir la norma, pero las municipalidades tendrán la responsabilidad de la instalación de los letreros respectivos en las áreas que corresponda.

Considerando el momento actual, es probable que los gobiernos comunales demoren en atender esas obligaciones. Elecciones, vacunación en consultorios, clases a distancia, cuarentenas, permisos de circulación y otros ocupan hoy sus prioridades. Pero, lo que sí se podría hacer, es entregar información a los usuarios. Así, tanto conductores de vehículos motorizados y de ciclos, como los peatones, contarían con antecedentes para aplicar las nuevas disposiciones, cuando llegue el momento. De ese modo, las normas podrían ser internalizadas con mayor eficacia. Y respetadas, que es lo más importante.

Durante estas semanas, gran parte de las instituciones de educación superior del país inician un nuevo año académico. En este contexto, resulta también relevante realizar un análisis con relación a la forma en que han vivido sus procesos de práctica los estudiantes de las distintas carreras y cómo esta crisis ha hecho que, tanto instituciones de educación como centros de práctica y campos clínicos, se adapten a esta nueva realidad.

En ese sentido, y en el caso de Santo Tomás, durante el período 2020, se tomó la determinación de continuar con este importante proceso para los alumnos, y con ese objetivo se efectuó un trabajo colaborativo que permitió mantener las prácticas, tomando la totalidad de las medidas sanitarias y en muchos casos usando la modalidad de online.

El área de la salud, fue tal vez una de las más afectadas en esta materia, por la cantidad de cupos disponibles. No obstante y gracias una serie de disposiciones, contenidas en el protocolo elaborado por la Facultad de Salud, asociadas y guiadas por el Ministerio de Salud, hoy podemos señalar que en 2020 más de 170 estudiantes, entre ellos 66 alumnos de carreras de la UST, y 105 del CFT Santo Tomás, pudieron efectuar sus prácticas clínicas.

Desde dicha perspectiva, muchos de nuestros estudiantes vivieron en 2020, junto a los demás equipos de salud, en la primera línea lo que significa hacer frente a esta pandemia y durante estos meses han sido parte de los equipos de vacunación, lo que es sin duda una gran experiencia para su futuro profesional y humano. Por otra parte, los alumnos que debieron adaptar a la telepresencialidad a este proceso, descubrieron nuevas competencias y habilidades a desarrollar, donde el uso de las herramientas tecnológicas es clave.

Pero todo esto, no sería posible sin el trabajo colaborativo de las distintas instituciones y personas que son parte de la red de centros de práctica y campos clínicos, quienes estuvieron abiertas a continuar recibiendo estudiantes, entendiendo que contamos con un protocolo sanitario estricto, el cual se cumple con rigurosidad.

Sumando a ello, también entienden la importancia de los procesos formativos que están viviendo estos alumnos, ya que las prácticas y los internados son fundamentales para que ellos se conviertan en técnicos y profesionales de excelencia, para la región y el país.

Laura Bertolotto Navarrete

Rectora Santo Tomás Valdivia