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alérgicos alimentarios. La idea es establecer una red de lugares en todo Chile, donde las familias puedan comprar lo que sus hijos e hijas necesitan.
La importancia
En 2018 partió la discusión sobre la pertinencia de crear un distintivo. "Comenzamos a advertir que ciudades como Atacama, Temuco, Santiago y Puerto Montt tenían la mayor cantidad de casos de niños con alergia alimentaria, no solamente asociada a la proteína de la leche de vaca; y que además eso estaba generando un problema serio, al no saber dónde comprar alimentos que no fueran un riesgo para la salud. Que toda la familia deba cambiar su dieta es algo que además se dificulta por la falta de información sobre tiendas o productos disponibles en el mercado", dice Tamara Guerrero, especialista en divulgación de temas de salud.
Para acceder al sello, las tiendas deben vender más de cinco productos aptos para alérgicos alimentarios. Los interesados en tener el distintivo verde que dice "Productos Aptos Alérgicos Alimentarios" (que se puede pegar en una vitrina o ser mostrado vía online) deben pagar montos desde $20.000. A cambio recibirán el beneficio de ser promovidos entre quienes necesitan comprar los alimentos. Ello asegurará que la relación comercial y de orientación nutricional entre tiendas y las familias, esté en permanente funcionamiento.
"Es un impacto positivo para los emprendedores y también creemos que alivia un poco la angustia de quienes no saben dónde comprar lo que deben. A falta de más tiendas especializadas en Valdivia o en regiones, solo nos queda mandar a pedir las cosas a Santiago o bien recorrer los pasillos de los supermercados leyendo con el más mínimo detalle la composición de cada alimento", indica Guerrero.
Alcance
Aunque en una primera instancia el "Sello Apto AA" es solamente para las tiendas, se busca avanzar en un etiquetado impreso en el empaquetado de cada producto. Es algo parecido a la Ley de Alimentos y los sellos negros Alto en Azúcar, Alto en Grasas Saturadas, Alto en Sodio; y Alto en Calorías que funcionan como una advertencia para el consumidor.
La inquietud logró ser planteada al Ministerio de Salud en 2019, pero la pandemia por coronavirus dejó en pausa indefinida cualquier tipo de avance en la materia.
La psicóloga Manuela Susaeta integra la red Chilena de Alérgico Alimentarios y la Corporación Alergias y Salud. Es la creadora del programa Cuidándome Cuido Mejor. Vive y trabaja en Santiago, desde donde se ha encargado de contribuir a que el tema del sello pueda ser considerado por las autoridades.
"Claramente el Minsal está con una urgencia mucho mayor en la actualidad, sin embargo al menos logramos instalar en la agenda la idea del sello que además ha cobrado fuerza desde regiones. El sello 'Alimento sin gluten' es tal vez uno de los ejemplos de lo que queremos conseguir, pero sabemos que se trata de un proceso político administrativo muy lento y de una solicitud que amerita también otros logros", explica.
Uno de ellos es la codificación Fonasa de la enfermedad. "Eso es fundamental para estimar la cantidad de personas que sufren de alergia alimentaria en general y no tan solo de alergia a la proteína de leche de vaca que sí está reconocida por el Minsal. Desde la codificación entonces se podría avanzar incluso hacia políticas públicas y una mayor consideración general por el tema", dice.
A la espera de retomar las conversaciones con el Minsal, Susaeta valora entonces que la cruzada del "Sello Apto AA" pueda sentar un precedente. "Es algo completamente inédito. Es muy destacable, más aún cuando tiene mucha fuerza desde regiones, donde usualmente no está masificado el comercio especializado de alimentos que son necesarios y que en algunos casos terminas comprando por internet. El sello está desarrollado en un contexto mayor de acompañamiento a las familias, lo que también le otorga un valor agregado".
Respaldo
A falta de estadísticas oficiales sobre alergias alimentarias y de mayor información para sobrellevar la patología, Tamara Guerrero escribió el libro "#ConAmor: maternidad y alergias alimentarias". En la obra habla de su propio caso junto a Emma y de las problemáticas de familias de once ciudades que decidieron contar sus experiencias.
La publicación sirve para enterarse de una realidad más común de lo que se cree. Así también lo cree Carolina Barriga, ingeniera en alimentos, directora de Bachillerato en Ciencias de la Salud de la Universidad San Sebastián Valdivia.
"El de las alergias alimentarias es un mundo desconocido pero cada vez más habitual, sin embargo, llegar a un diagnóstico certero es un largo caminar para muchas familias. Es algo que suele involucrar costosos exámenes, hospitalización y deterioro emocional para el pequeño paciente y su entorno. Por estas razones, debiese ser acompañado de políticas públicas y mayor cobertura de los tratamientos, que en muchos casos requiere del consumo de alimentos especiales de mayor costo y una dedicación completa de la madre durante el tratamiento del paciente, debiendo dejar de lado su fuente laboral en pro de la salud del menor", aclara.
En este contexto es que además respalda la idea de un sello especializado, como el que impulsa la Corporación.
"Cada vez se conocen mejor las moléculas responsables de la alergia en cada alimento, lo que permite en la actualidad disponer de un diagnóstico más certero y acabado. Esta alergia supone un riesgo cotidiano y su tratamiento consiste en retirar de la dieta el alimento causante. Por esta razón, educar al paciente y a su familia para evitar ingestiones accidentales, conocer los síntomas y aprender a actuar ante una reacción alérgica juegan un rol trascendental. La idea de entregar una mayor información a las familias es sumamente importante, dado que para muchos padres es un ámbito completamente desconocido, en ese sentido, el uso de sellos en alimentos que indiquen 'la ausencia' de componentes de riesgos como por ejemplo soya, gluten, proteínas de leche o huevos y sus derivados, juega un rol de educación sobre la población y es un llamado a informarse".
La nutricionista materno pediátrico Rebeca Opazo también apoya la campaña por el "Sello Apto AA". Integra la corporación desde Temuco, ciudad que califica como una de las más demandantes en términos de diagnóstico por alergias alimentarias.
"Un etiquetado nutricional y un sello de esta naturaleza ayuda bastante en la adquisición de alimentos específicos, por lo que creemos que es muy importante. Tener un miembro de la familia con alergia alimentaria genera cambios muy significativos, que muchas veces también implican gastar mucho más dinero; y es en ese sentido que nos importa generar un reconocimiento y establecer una red de tiendas o emprendimientos que funcionen en cada ciudad".
2018 fue el año en que la Corporación comenzó a analizar cómo enfrentar el problema de no contar con más información sobre dónde comprar alimentos que no fueran un riesgo.
3 profesionales son las creadoras de la Corporación Alergias y Salud. La institución nació en Concepción y una de sus líderes es la valdiviana Tamara Guerrero.
20 mil pesos es el costo mínimo mensual para acceder al "Sello Apto AA". Los ingresos por la campaña serán usados para costear las actividades de la corporación en todo Chile.