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ENTREVISTA. edmundo pérez, ex seleccionado nacional de fútbol:

"Siento orgullo y emoción por lo que hice en el fútbol y en la vida"

EXPERIENCIA. En fútbol fue seleccionado valdiviano y a los 23 años pasó a Naval de Talcahuano.
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Juan Carlos Hernández G.

Antes del terremoto de 1960, Edmundo Eleuterio Pérez Pérez jugaba fútbol con sus hermanos y amigos en la pedregosa cancha de El Boldo, en Corral. Se "hizo" futbolista cuando había que ser duro en la defensa, para alcanzar la gloria en torneos relámpagos de verano que contaban con la presencia de 20 o 30 equipos de toda la zona. Alguna vez, los hermanos Pérez hicieron su propio equipo. Su regularidad como defensa lateral derecho o izquierdo pasó un primer desafío y llegó al club Las Ánimas, de Valdivia. Pronto fue la selección amateur y en 1967 dio el paso hacia el histórico Naval de Talcahuano.

Naval ingresó al profesionalismo en 1968 y en 1971 subió a Primera División. Al año siguiente, la Asociación Central de Fútbol, ante la partida de Fernando Riera a Boca Juniors, contrató al alemán Rudi Gutendorf para dirigir a la selección chilena en las eliminatorias para el Mundial de Alemania 1974. Gutendorf comenzó una búsqueda impensada de jugadores en Primera y Segunda División, ya que la Roja debía afrontar el Mini Mundial o Copa de la Independencia de Brasil, en 1972.

En esa búsqueda apareció el corraleño Edmundo Pérez, quien se transformó en el tercer valdiviano en llegar a la selección nacional. Antes estuvieron Isaac Carrasco y Adison Aguilar.

Para Brasil, la Roja viajó con Leopoldo Vallejos, Juan Machuca, Guillermo Azócar, Pablo Díaz, Antonio Arias, Alfonso Lara, Eduardo Peralta, Francisco Valdés, Alberto Fouilloux, Carlos Caszely, Leonardo Véliz, Adolfo Nef, Edmundo Pérez, Raúl Angulo, Francisco Pinochet, Manuel Gaete, Fernando Carvallo, Rogelio Farías, Julio Crisosto y Fernando Espinoza.

SU HISTORIA

¿Cómo llegó a jugar a Naval?

-Fui seleccionado de Valdivia desde 1965 y en el año 1967 fuimos a jugar un campeonato nacional extraordinario a Chuquicamata. A ese torneo fue invitado Naval. Cuando volvimos a Valdivia, en el trabajo me dieron vacaciones y en ese tiempo me llegaron a buscar de Naval, incluso fueron hasta Corral, pero no me encontraron. Cuando volví al trabajo me contaron y mi jefe junto con un teniente de la Armada, me mandaron a Talcahuano. Me preguntaron si quería quedarme con o sin trabajo. Pedí con trabajo, porque uno nunca sabe lo que puede pasar en una cancha de fútbol. Así que medio día me dedicaba al trabajo y el otro medio día a los entrenamientos. El entrenador era Arnoldo Weber y Naval jugaba en el Campeonato Regional de Concepción. Ese año ganamos el Regional y al siguiente entramos a la Segunda División. Después fuimos campeones de Segunda en 1971 y en 1972 llegamos a Primera División.

¿Cómo llegó a la selección?

-Al entrenador Rudi Gutendorf le gustaba que el jugador fuera aguerrido en la cancha, que no entregue ninguna pelota. Le gustó mi juego y me llamó a la selección, aunque en Santiago no era muy conocido porque se le daba más importancia a los jugadores de Colo Colo, la U. Católica, Unión Española y la U. de Chile. Estuve en varios amistosos y fui al Mini Mundial de Brasil de 1972 (Copa de la Independencia), pero no jugué porque el equipo andaba tan bien armado que no necesitaba cambios. Los laterales eran Juan Machuca y Antonio Arias.

¿Qué balance realiza de su carrera deportiva?

-Siento un orgullo y emoción muy grandes por lo que hice en el fútbol y en la vida. Fue un sueño llegar a la selección, pero uno también tenía que entender que no siempre se puede jugar y entonces hay que apoyar al compañero. Todo lo que se relaciona con el fútbol son recuerdos buenos, grandes y la selección fue una experiencia impagable.

¿Hasta cuando jugó de manera profesional?

-Hasta 1975 y siempre en Naval. Además de viajar con la selección a Brasil, tuve la oportunidad de conocer otros países por un par de giras que hizo Naval. Incluso, el 11 de septiembre de 1973 nos pilló fuera del país. Habíamos viajado a jugar a Centroamérica, a El Salvador y después estábamos invitados a jugar en Miami (EEUU), pero tuvimos que regresar.

¿Por qué lo apodaron "Plancha"? ¿Era tan bravo en la marca?

-(Risas). Claro. Una vez, jugando por Naval en el Estadio El Morro en un campeonato regional, estaba lloviendo y el centrodelantero rival se iba metiendo para marcar un gol. Yo iba persiguiéndolo, un par de metros atrás. Me tiré al suelo, arrastré los pies en plancha y alcancé a sacar pelota y delantero. El periodismo me puso "Plancha" Pérez y quedé con ese apodo.

¿Y se quedó "para siempre" en Talcahuano?

-Efectivamente. Trabajé muchos años en Asmar, como ayudante de mecánico. También trabajé como entrenador en las series menores de Naval y en la selección de Asmar. Después pasé a la Armada, cumplí 33 años de servicio y jubilé. Puedo decir que hice mi vida acá y como dice Ud., me quedé para siempre en estas tierras.

"Al entrenador Rudi Gutendorf le gustaba que el jugador fuera aguerrido en la cancha, que no entregue ninguna pelota. Le gustó mi juego y me llamó a la selección".

Edmundo Pérez, Ex futbolista

corraleño

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14 hermanos Edmundo Eleuterio Pérez Pérez fue el cuarto de 14 hermanos (uno de ellos es el alcalde de Corral, Gastón Pérez) y nació el 6 de septiembre de 1944 en Corral. Estudió hasta sexto año de educación primaria en la Escuela N° 12 del puerto y luego comenzó a incursionar en el mundo del trabajo. Después del terremoto de 1960 empezó a jugar fútbol en Valdivia por Deportes Las Ánimas y la selección amateur local y también entró a trabajar en la antigua sede local de la Universidad Técnica del Estado. En el año 1967 viajó a sumarse al club Naval de Talcahuano, trabajó en Asmar y luego en la Armada. Casado con Patricia Palma Araya, fueron padres de cuatro hijos, uno de ellos fallecido en diciembre pasado. Además, son abuelos de tres nietos.

Adultos mayores postrados

Director Kinesiología UST
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Hace más de un año, se detectó el primer caso de covid-19 en nuestro país, impactando de manera profunda los distintos ámbitos de la sociedad y especialmente a nuestro sistema de salud.

En ese mismo contexto, es importante poner el foco en lo que está ocurriendo con los adultos mayores postrados en estos tiempos de pandemia y reflexionar respecto a cómo hemos abordado este tema, de alta sensibilidad para muchas familias. Desde dicha perspectiva, debemos comenzar por señalar que "adulto mayor con dependencia severa o postrado es aquel que está totalmente incapacitado para realizar las actividades de la vida diaria señaladas" (Minsal, 2010). Es importante agregar que cada uno de estos niveles supone mayores o menores mermas en la funcionalidad y por tanto, mayor o menor requerimiento de apoyos.

No obstante y previo a esta definición, debemos recordar que en el año 2006 se creó una estrategia sanitaria denominada Programa de Apoyo a las Personas Postradas, atendiendo a esta importante necesidad. A esto, debemos sumar que hace una década aproximadamente, el Ministerio de Salud, estableció la realización de un Examen de Medicina Preventiva del Adulto Mayor (Empam), que tiene por objetivo la promoción de un envejecimiento saludable.

Todo esto se da en el marco de un irreversible proceso de envejecimiento de la población en nuestro país, obligándonos a generar nuevos avances en geriatría, orientados principalmente a mantener funcionalidad en los adultos mayores y evitar el daño.

Sin embargo y ante el grave contexto sanitario que estamos viviendo y la posibilidad de que se extienda a corto y mediano plazo, se vuelve urgente generar estrategias que atiendan a nuestros adultos mayores postrados y su entorno familiar, brindando los apoyos necesarios que ellos necesitan para mejorar su calidad de vida y evitar la vulneración de sus derechos.

Eduardo

Cruzat