Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Medio siglo de la lengua roja que dio color a los Rolling Stones

ÍCONO. Se cumplen 50 años desde que el diseño apareció en la contraportada del álbum "Sticky Fingers".
E-mail Compartir

Efe

La lengua y los labios rojos de los Rolling Stones no nacieron en el pincel de Andy Warhol, ni se inspiraron en Mick Jagger. Ni siquiera hicieron millonario a su creador. Los Stones, sin saber lo que tenían entre manos, lo incrustaron en la contraportada de "Sticky Fingers" y pagaron 50 libras (unos 69 dólares al cambio actual) a su creador, John Pasche, el estudiante que ideó uno de los logos más famosos de la historia.

Rivalizando con la diana de The Who o el plátano de la Velvet Underground, el de los Stones es uno de los íconos del rock mundial y para rememorar su nacimiento hay que remontarse a 50 años atrás, cuando Jagger y compañía se preparaban para la gira europea del "Let it Bleed" en 1970.

"Yo era estudiante del Royal College of Art de Londres", recuerda Pasche a Efe. "Estaba en mi último año y los Stones llamaron porque necesitaban que un estudiante les diseñase un póster para la gira".

"Querían a alguien que se reuniera con Mick Jagger. Tuve muchísima suerte y fue una completa sorpresa", agrega.

Para entender el talento que destilaba aquella generación de creadores cabe explicar que uno de los compañeros de Pasche en la academia colaboró en el diseño del "Dark Side of the Moon" de Pink Floyd.

Pero el elegido para esta tarea algo nimia, en principio sin mucha importancia, fue Pasche: "Quedé con Mick y la verdad es que mis bocetos e ideas no le impresionaron demasiado. 'Puedes hacerlo mejor', me dijo".

"Pero unos meses después me llamó y me preguntó si les podía ayudar a diseñar un nuevo logo. Mick me invitó a su casa de Londres para hablar del proyecto", añade Pasche.

Los Stones no querían un diseño que incluyera su nombre, sino que buscaban algo que fuera reconocible por sí solo. Que se viera y se dijera: "Eso es de los Rolling Stones".

La culpable

Y ahí, conversando con Jagger en su casa de Londres, Pasche vio un cuadro en una de las paredes. Representaba a la deidad hindú Kali, con su larga e irreverente lengua roja como centro de la catarsis.

"Mick me explicó que hacía un par de días que fue a la tienda de la esquina a comprar algo de comida y que se quedó asombrado por el cuadro. Pidió llevárselo. Yo inmediatamente me fijé en la boca y la lengua y surgió la idea. Sería un elemento de protesta, de alzar la voz", cuenta Pasche.

A Jagger y a la banda les encantó la idea, pero no avistaban siquiera el recorrido que iba a tener aquel simple diseño. Su función no iba a ser otra que encabezar las notas de prensa y quizás dar imagen al sello musical del grupo, algo parecido a la manzana de los Beatles. "Por eso solo me pagaron 50 libras", recuerda entre risas Pasche.

Sin embargo, tanto les gustó, que decidieron incluirlo también en la contraportada de "Sticky Fingers", disco que ayer cumplió 50 años.

"Gracias a eso empezó a ganar popularidad y a usarse como 'merchandising'. Tuvieron que firmar un contrato conmigo por los derechos de la marca y me llevaba un porcentaje cada vez que vendían una camiseta y cosas así", explica Pasche.

No obstante, esos "royalties", que lo podrían haber hecho millonario, los vendió en 1984, debido a las lagunas de entonces en las leyes de copyright. Estas establecían que cuando una compañía había estado usando un elemento por determinado tiempo y ya se le relacionaba directamente con ello, podía reclamar sus derechos.

"Mi abogado me sugirió que vendiera, porque me lo podrían quitar si íbamos a juicio. Con lo que me pagaron me pude comprar mi primer departamento. Quizás no logré los millones que podía haber hecho, pero no me arrepiento porque en ese momento tenía sentido. Sus mánagers tenían un carácter muy duro en temas legales. Ellos hubieran peleado más que la banda", reflexiona Pasche.

Confusión con warhol

Además de la cuestión económica, a Pasche le afectó la errónea creencia popular de que el diseñador del logo fue Andy Warhol, creador del famoso plátano de la Velvet Undergound. Warhol, que había hecho la portada del "Sticky Fingers" con el cierre, nunca tuvo nada que ver con el diseño.

"Fue complicado, aunque la verdad es que me halaga un poco que la gente pensara que un trabajo mío podría haber sido suyo. Pero me alegra que se reconociera que fui yo. Las cartas de los Rolling Stones confirmándome como creador son una buena prueba", afirma.

"La verdad es que mis bocetos e ideas no le impresionaron demasiado a Mick. 'Puedes hacerlo mejor', me dijo".

John Pasche, Diseñador gráfico

Un investigador halla una treintena de personajes reales en el Quijote

LITERATURA. Javier Escudero dice que hay realidad en la obra de Cervantes.
E-mail Compartir

Tras dedicar una década a analizar centenares de procesos judiciales de finales del siglo XVI buscando fuentes históricas del Quijote, el archivero español Javier Escudero encontró hasta una treintena de personajes reales en la novela de Miguel de Cervantes.

"Yo encuentro el documento y dejo que hable", afirmó en una entrevista con Efe este investigador y autor de una tesis sobre personajes cervantinos en La Mancha.

Escudero buceó en procesos que aportan mucha información sobre las características del personaje, su entorno, el trabajo, las propiedades, los lazos familiares o las relaciones sociales.

Hasta ahora, lo habitual había sido acudir a partidas de bautismo o de matrimonio y a protocolos notariales, que son documentos de los que se puede extraer muy poca información, apenas nombres y fechas, explica el investigador.

Su formación en Derecho, no en Filología, lo hizo enfrentarse a esta investigación como si de un juicio se tratara, esforzándose en conseguir pruebas "hasta abrumar", porque su objetivo era ofrecer tal "acumulación de pruebas, de documentos" que de ello se desprenda "que alguna tiene que ser verdad, porque son muchas".

En su investigación hay biografías de una treintena de personajes reales manchegos que están reflejados en el Quijote (Francisco de Muñatones, Francisco de Acuña, Pedro de Villaseñor, Martín López Haldudo, Miguel Berenguel y otros muchos) y también situaciones que inmortalizó Cervantes (tener una biblioteca, vestir como caballeros medievales, atacar un molino de viento, comprar un rocín y que se caiga...).

Escudero subraya que esta coincidencia "no quita valor a la obra de Cervantes, sino que es complementaria".

Porque "que haya fuentes históricas o folclóricas no significa que no haya fuentes literarias, que las hay, o fuentes autobiográficas o que utilice otra multitud de fuentes. A lo mejor, las fuentes históricas son una proporción muy pequeña, pero existen y son complementarias con las otras", explica.

El lugar y la época

Una de las conclusiones más interesantes de este madrileño de 52 años es que El Toboso (Toledo) y localidades próximas tienen una gran concentración de personajes reales y de sucesos que aparecen en el Quijote, y todo sucede entre 1578 y 1591, y más en concreto entre 1581 y 1584. Estas personas, coetáneas de Cervantes, vivían en un mismo entorno geográfico.

Tras recorrer una veintena de países hablando de su trabajo, tiene claro que aceptar que hay "realidad" en el Quijote, y en la obra de Miguel de Cervantes en general, solo se admite "en casos muy concretos y con mucho cuidado y reflexión".