"El auxiliar puede ser el último del escalafón, pero es fundamental..."
DESPEDIDA. Destacado auxiliar de servicios fue reconocido por el Hospital Base y se acoge a retiro, a los 65 años de edad.
juancarlos.hernandez@australvaldivia.cl
El pasado 19 de marzo, se conmemoró el Día Nacional de las y los Auxiliares de Servicio del área de la salud. En este contexto, el Hospital Base Valdivia entregó reconocimientos virtuales a una serie de funcionarios destacados, quienes durante el último año han sido parte de la "primera línea" del servicio, en la lucha contra el covid-19. Entre ellos resalta la figura de René Huenante Rocha, quien ha dedicado 35 años de su vida a una labor tan humilde como importante en la cadena de atención de salud. Un día antes, el 18 de marzo, cumplió 65 años de edad y -estadísticamente- pasó a engrosar el grupo etario de los adultos mayores.
Por estos días, René Huenante Rocha disfruta de sus postergadas vacaciones y comienza a asumir que cumplió un ciclo y no regresará al servicio. En el reconocimiento entregado por el Hospital Base se indica que es un funcionario "muy dedicado y responsable, carismático, siempre amable y colaborador", de "excelente trato hacia los usuarios y también con otros funcionarios".
Los elogios hacia su persona no paran e indican que durante la contingencia por covid-19, destacó por "su excelente disposición a realizar turnos de refuerzo, apoyando a sus compañeros cuando se requiere y colaborando en la formación de nuevos funcionarios".
En la hora del adiós
¿Qué siente cuando llega el momento del retiro?
-La verdad es que todavía no lo asumo, pero poco a poco uno vuelve a la realidad y además todo ocurre en un momento tan especial y que no es bueno, por culpa de la pandemia. No se puede proyectar nada inmediato, porque no sabemos qué va a pasar. Hay mucha incertidumbre.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar durante un año tan cerca de la pandemia?
-Uno le tiene mucho cariño a su labor, sobre todo cuando trabaja con personas que lo necesitan. Es difícil cuando se atraviesa una pandemia y va cayendo gente, cuando hay compañeros de trabajo con licencia. También pasé por cuarentenas preventivas, pero gracias a Dios nunca me infecté.
¿El trabajo se hace más complejo cuando hay personas que no creen en la existencia del virus?
-Hay gente que no cree, hasta que le toca a ellos o a algún familiar. En el hospital hemos tenido pacientes jóvenes a los cuales se les ha tenido que hacer traqueostomías debido a sus prolongadas entubaciones. Hemos visto pasar gente adulta y medianamente adulta. Ahora, lamentablemente está cayendo gente más joven, pero a muchos les cuesta creer que es una realidad.
¿Se marcha satisfecho con la labor realizada?
-Sí, aunque uno cree que siempre quedan deudas, sobre todo si se siente aún con capacidad para seguir trabajando. El servicio da cuatro meses después de cumplidos los 65 años y uno tiene la posibilidad de irse o quedarse, pero el que se queda pierde el incentivo al retiro y en ese caso la situación económica se complica. Por eso elegí el retiro.
¿Qué personas han sido importantes en su trayectoria?
-Las jefaturas que tuve siempre fueron consecuentes con su trabajo y uno como funcionario tiene que estar preparado. Primero hay que acostumbrarse a ver situaciones complicadas dentro de la medicina y después los jefes dan las posibilidades de desarrollarse. Destaco y recuerdo a los doctores Ricardo Schild, Iván Arancibia, Jorge Chacón, Julio Guerra, Roberto Brito y las enfermeras supervisoras Claudia Advis, Alejandra Berrocal y Lilet Miranda. Ellos fueron importantes en mi trayectoria, siempre tuvieron diálogo y buena comunicación.
En el ambiente de la salud, ¿es bien reconocido el trabajo del auxiliar de servicios?
-Sí, yo encuentro que es muy bien valorado, porque puede ser el último del escalafón, pero es fundamental, porque hay que trabajar a conciencia. Uno interactúa con personas y luego de cada intervención hay que partir de cero, eliminando todo tipo de residuos y preparando el ambiente para el próximo paciente.
Ud. también fue árbitro de fútbol. ¿Cuál oficio fue más complicado: el de auxiliar hospitalario o el de árbitro?
-Siempre es más complicado ser árbitro. A mediados de 1985 se hizo un curso en Valdivia y el club Gil de Castro me pidió que asista y los represente. Yo arbitraba de buena voluntad y fui a complementar mis conocimientos. Pero es más difícil arbitrar, sobre todo cuando se hace el trabajo a la intemperie y sin resguardo.
"Uno le tiene mucho cariño a su labor, sobre todo cuando trabaja con personas que lo necesitan..."
René Huenante Rocha, Funcionario de salud.
35 años de servicio
Una vida de trabajo René Segundo Huenante Rocha nació en Valdivia el 18 de marzo de 1956. Sus padres fueron René Huenante Ruiz y Clarisa Rocha Bahamonde. Luego de sus estudios básicos en las ex escuelas N°72 de Andrés Bello y N°69 de la Corvi, egresó del Liceo Industrial de Valdivia en la especialidad de Construcción Habitacional. Trabajó como obrero de la construcción, el 2 de enero de 1986 ingresó al Servicio de Salud y se ha desempeñado durante 35 años como auxiliar de servicios. En el antiguo Hospital Traumatológico fue auxiliar de Pabellón y colaboró con intervenciones quirúrgicas en los servicios de Traumatología y Neurocirugía. En 1991, el Traumatológico fue trasladado al Hospital Base, donde fue auxiliar de Pabellón Central y colaboró en cirugías de urgencia y electivas de diferentes especialidades. Casado en 1980 con Laura Trujillo (fallecida en 2010), es padre de Verónica y Francisco y abuelo de cuatro nietos. Junto con su trabajo en la salud, desde 1985 incursionó como árbitro de fútbol amateur.