Vacunas, variantes y pobreza
La lucha por encontrar una vacuna que controle la pandemia de covid lo antes posible se dio entre los países más desarrollados; pero hoy el 75% de las vacunas para el Covid-19 en el mundo se distribuye en sólo 10 países industrializados y apenas un 0,3% de las dosis se han administrado en países de bajos ingresos. A ese ritmo los países de más bajos ingresos esperarán 57 años para que su población esté totalmente vacunada.
Conociendo esta inequidad la Organización Mundial de la Salud, (OMS), ha impulsado un mecanismo de financiamiento y donaciones que denomina Covax. Es una necesidad para los países más pobres, pero también la entendemos y apoyamos como médicos dado que aunque vacunes a todo el país y sientas que lograste plena protección de la población, la gran capacidad de mutar del covid-19 puede generar variantes peligrosas.
Por ello es tan complejo el manejo de una pandemia por virus de tan fácil transmisión, sobre todo si desde la administración central, como en Chile, se mantienen las fronteras abiertas o con mecanismos laxos de ingreso. Así lo hemos advertido incesantemente desde enero de 2020 para que no ingresara la cepa china original; también en noviembre de 2020 para evitar permiso de vacaciones, (que trajo las cepas brasileña, andina e inglesa responsable de la actual ola que vivimos) y cómo en abril de 2021 y la semana pasada también por oficio, para evitar que lleguen la variante India y ahora último la variante Delta, ocasionando una nueva ola en agosto o septiembre.
Es muy importante entender cuán relacionado están la apertura de las fronteras aéreas y terrestres con la propagación del covid-19 y sus variantes; además de ayudar a que en un corto plazo también los países más pobres logren una vacunación eficaz, como deberíamos estar alcanzando nosotros en 8 semanas más.
Patricio Rosas Diputado
Día del Padre
En este Día del Padre, que tiene mucho de comercial y algo de afectivo, recuerdo con cariño a mi padre, esforzado autodidacta que me enseñó con su ejemplo la importancia del camino del trabajo duro y honesto.
Recuerdo también, con cariño, al Dr. Eduardo Morales, gran Padre Fundador de la Universidad Austral de Chile y a los Padres Fundadores, y algunos no reconocidos como tales, que partieron y que contribuyeron a dar vida a la UACH y a romper con el paradigma del centralismo universitario. Entre ellos están Jorge Millas, destacado filósofo, quien sugirió el nombre de nuestra Universidad; Luis Oyarzún, destacado esteta, quien dejó huellas con la pureza en el uso del lenguaje; Eleazar Huerta, primer Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades; Alfredo Schüler, primer Decano de la Facultad de Medicina Veterinaria; Federico Saelzer, destacado abogado quien llegó a ser Decano de la Facultad de Ingeniería Forestal; Italo Caorsi, médico y destacado investigador; Mauricio van de Maele, destacado periodista e investigador de la realidad local, y varios más que muchas personas de los tiempos actuales no conocieron.
A mis colegas Padres Fundadores de la UACH, que aún están en este sufriente mundo, los saludo con afecto deseando que sientan la alegría de haber participado en la creación de una gran Institución que, con el esfuerzo de todos, logró vencer muchos obstáculos hasta lograr el reconocimiento nacional e internacional.
Finalmente mi afectuoso saludo a los primeros estudiantes de las carreras silvo-agropecuarias, hijos de los Padres Fundadores, que confiaron en esta naciente Universidad. Como "primeros" no tuvieron referentes y como lo dijo el egresado Norberto Butendieck en un discurso fueron "auténticos". Hago extensivo este saludo a los primeros estudiantes de las distintas pedagogías quienes iniciaron su formación como futuros profesores para la enseñanza media. Todos ellos fueron nuestros primeros hijos académicos, comprometidos como sus padres con una Universidad a la que respetaron, amaron y defendieron.
Omar M. Henríquez F. Padre Fundador UACH
Adolescencia y salud mental
Uno de los principales problemas que afecta en estos días a la población y con más fuerza a los adolescentes, es precisamente la relación entre confinamiento y estrés psicosocial. Para la cultura juvenil, el aislamiento es causa de la ruptura del soporte emocional que dan los grupos de pares y eso tiene consecuencias.
Hay informes sobre efectos del aislamiento, la violencia y la vulneración de derechos y también se ha demostrado, por ejemplo, que la anorexia aparece más intensa en los casos de meses recientes si se le compara con el período pre-pandemia.
(...) Otros informes discuten la necesidad de acciones intersectoriales que apoyan la atención psicosocial.
Para ello deben coordinarse las redes primarias, secundarias e institucionales, parte de este apoyo está sin vías de comunicación por lo que en algunos países se están aportando servicios de atención en salud mental online cuando los o las adolescentes buscan ayuda.
Hay que ser creativos en esto e informar bien, para llegar a tiempo con las intervenciones psicosociales.
Georg Unger Psicólogo y académico UCEN