El lunes 28 de junio asumirán sus cargos los doce alcaldes y 74 concejales, que guiarán a las comunas de Los Ríos durante los siguientes cuatro años. Comenzarán sus tareas en realidades desafiantes y diferentes a las vividas hasta ahora, en materia social, económica y política.

En primer lugar estará el reto de la pandemia. Luego, se desempeñarán en conexión con una nueva forma de Gobierno Regional. También tendrán una Estrategia Regional de Desarrollo en cambio, que debiera incluir metas compartidas para todo el territorio, considerando criterios que en 2009 -cuando se hizo la anterior- no existían, como zonas rezagadas, destinos turísticos, conectividad digital y envejecimiento de la población a un ritmo rápido: la edad promedio pasó de 31 a 37 años entre los censos de 2002 y 2017.

Todo indica, además, una ciudadanía más empoderada, frente a la cual los líderes locales jugarán roles importantes. Respecto de este tema, es interesante revisar un estudio que el Centro de Estudios Regionales (CER) de la Universidad Austral de Chile realizó a principios de junio y en el cual se muestra, por ejemplo, que la mayoría de las personas (49,5%) ve a los municipios como instituciones que no tienen herramientas suficientes para resolver problemas y que casi el 78% se siente poco o nada informado sobre las gestiones que se efectúan en sus comunas.

Otro dato para considerar es que el 71,53% no ha tomado parte en instancias de participación ciudadana y un 39,45% afirma que "jamás" se enteró que existían. Por otra parte, quienes sí participan, creen que pueden ser una contribución (43,01%); aunque sienten que su opinión no incide (21,11%) y que las decisiones ya están tomadas antes de preguntar a la población (21,8%).

En el análisis también se muestra que las prioridades de gestión esperadas están en la salud, la educación y el empleo; tres áreas siempre mencionadas como importantes, pero especialmente resentidas en el contexto de la crisis actual. Sin dudas, sobre ellas deberá ponerse los mayores esfuerzos, porque el problema sanitario aún no va en retirada y dejará consecuencias de largo plazo, que marcarán con fuerza el período alcaldicio que comienza.

Para quienes echamos de menos un BancoEstado como entidad de fomento a la producción, de apoyo subsidiado a las familias más vulnerables, emprendedores, trabajadores, en fin, tal como fue el modelo original, hoy vemos con preocupación que en un proceso de "modernización" se ha venido alejando de ese modelo premeditado desde el Estado modernizado y donde su propia burocracia y manera de actuar lo hace poco diferente de un banco privado cualquiera.

Esta empresa, al igual que a otras del Estado no solo le corresponde ser competitivo, sino que deben ser más solidarios, accesible y proactivo. Ese es el rol que debería cumplir y extrañamos esa actitud y comprensión a esa ciudadanía.

Recién hace un par de años se "logró" que Corral, Máfil, Lago Ranco tuviesen un cajero automático, luego se consiguió una pequeña sucursal en Futrono donde solo existía un cajero privado que no daba abasto. A la fecha, varias comunas no cuentan con sucursal, siendo hoy una necesidad básica y urgente. Los cajeros únicos de varias ciudades de la región han fallado o frecuentemente se quedan sin dinero, dejando a la ciudadanía sin comprar sus cosas o pagar deudas, debiendo ir a otras ciudades arriesgándose al contagio.

Es por ello, que hace unos días sostuvimos una reunión con el Gerente de sucursales del BancoEstado, para que se busque una solución a este problema que vive la ciudadanía. Asumo que una empresa del Estado no puede buscar rentabilidad tal como lo hace el mundo privado, o buscar solamente el equilibrio entre gastos e ingresos, sino que deben preocuparse del rol subsidiario al que están destinados y mandatados.

Si a la banca privada no le interesa llegar a todas las comunas de Chile; que lo haga esta empresa del Estado para el servicio integral de los habitantes; que los cajeros funcionen, que tengan oportuna reposición de dinero, y que las cajas vecinas no sigan disminuyendo. Tal vez así logremos un Banco más proactivo y empático que evite que la gente pase horas a la intemperie, en el frío, mojándose, como sucede hoy.

No deben ser cifras estratosféricas colocar toldos firmes y reforzados para que la gente se resguarde. No se puede seguir permitiendo que la gente, especialmente adultos mayores que cobran su pensión corran el riesgo de enfermarse por esta causa.

Iván Flores García

Diputado