Un primer y polémico caso de la variante Delta fue detectado en Chile a principios de junio, pero informado solamente hace una semana. Una mujer de 43 años de edad -llamada ahora "paciente cero"- llegó desde Estados Unidos contagiada y se ha establecido que no cumplió aislamiento en una residencia sanitaria; que se trasladó desde Santiago a San Javier acompañada de dos personas y que asistió al funeral de su padre, aunque debía quedarse en su domicilio.

Esta situación está siendo investigada de oficio por la Fiscalía; el alcalde de San Javier hizo la denuncia pública; el abogado de la mujer asegura que hubo un PCR negativo y que no se trata de la peligrosa cepa; mientras el Ministerio de Salud ha entregado versiones diversas. Toda esta situación genera molestia y confusión públicas; pero también permite poner de manifiesto la importancia de las estrategias de Trazabilidad, Tratamiento y Aislación (TTA), que se activan al conocer un caso, disponen atención para el afectado e investigan con quiénes tuvo contacto, para separar tanto al paciente como a las personas cercanas, para evitar que propaguen el virus, que se traspasa con rapidez.

En Los Ríos el TTA se aplica con esfuerzos del personal de salud, con equipamiento tecnológico y controles permanentes; además de la gestión de residencias sanitarias, que otorga un espacio de aislación seguro a quienes están afectados, para no propagar la enfermedad. Actualmente, en la región hay 225 personas en ellas , quienes ocupan un 71% de la capacidad total de las camas disponibles en esos recintos (ver página 4).

Para que este sistema, recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), funcione efectivamente, se requiere que los involucrados entreguen información fidedigna y que sigan las medidas legalmente obligatorias que se les indiquen; sin embargo, muchos desobedecen o ignoran los riegos.

Así como la mujer portadora de la variante Delta tuvo una actitud reprochable a todas luces; nivel local se ha cursado más de 15 mil sumarios desde marzo de 2020 a gente que ignoró las reglas. Todo eso. en el Maule y en Los Ríos, habla de inconsciencia y escasa valoración de la salud propia y la de los demás.

La pandemia nos ha afectado de diferentes formas, ha cambiado nuestra manera de relacionarnos, trabajar y, claramente, estudiar. Algunas de las áreas en las que ha sido más difícil dar continuidad son aquellas en las que la práctica es relevante, como en carreras técnicas o ingenierías, donde más del 70% de las materias son talleres, dificultando la adquisición de conocimientos debido a las restricciones sanitarias.

Así también ocurre con los estudiantes de las carreras profesionales del área de la salud, quienes han vivido procesos complejos en los últimos años, en que la práctica y el contacto con los pacientes son fundamentales para convertirse en profesional.

Durante el año 2020, dada la pandemia, el Minsal limitó la capacidad formadora de los centros de salud, tanto para universidades como institutos profesionales. Asimismo, la autoridad sanitaria suspendió, en campos clínicos, la recepción de estudiantes en prácticas curriculares. Todo lo cual es comprensible, ya que la recarga del sistema y de los funcionarios de la salud ha sido extrema.

Es por eso que la Universidad ha considerado esta situación y ha trabajado para robustecer el área de la salud, a través de la atención de pacientes en el Centro de Salud Universitario (CSUSS), siempre respetando las medidas sanitarias establecidas por el Minsal. Junto con ello, la Casa de Estudios ha invertido en tecnología, inaugurando el 2019 el Hospital de Simulación e Innovación, donde de la mano de la simulación clínica -y dada la pandemia- ha servido para múltiples propósitos, como el ayudar a los estudiantes en el avance de sus planes de estudios, intensificar sus internados previo al ingreso a sus campos clínicos, y facilitando las dependencias a distintas instituciones de la Región para capacitaciones, como a Carabineros y a centros asistenciales.

Así también hemos tenido un crecimiento sostenible, tanto en infraestructura como en el número de programas de Pregrado, Postgrado, Educación Continua y Advance, alcanzando en total cerca de 4 mil estudiantes. En este camino, todas nuestras carreras se han ido posicionado, lo que nos ha permitido crear otras nuevas, como: Química y Farmacia, Tecnología Médica, Obstetricia y Tecnología Médica.

Como USS el avanzar en lo práctico en pos de una sólida formación de los estudiantes es sin duda una de nuestras principales preocupaciones.

María Angélica Hildebrandt Banse Vicerrectora de la U. San Sebastián sede Valdivia