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ENTREVISTA. Roberto Ipinza Carmona, presidente regional del Colegio de Ingenieros Forestales:

"El cambio climático se enfrenta con soluciones basadas en la naturaleza"

MEDIOAMBIENTE. Asumió el cargo en mayo de este año y lo ejercerá hasta 2023. Asegura que un reto del sector es aportar para el desarrollo sustentable.
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Clau dia Muñoz David

Para el doctor ingeniero de montes Roberto Ipinza Carmona, el futuro será sustentable si los esfuerzos del mundo se enfocan a solucionar los problemas ambientales, basándose en ideas obtenidas de la naturaleza. También si se cultivan árboles, es decir, si se plantan los indicados en los lugares precisos y se cuidan como se haría con un niño. Ipinza fue elegido como presidente regional del Colegio de Ingenieros Forestales. Durante dos años liderará un gremio que, entre sus desafíos, busca apoyar a quienes toman grandes decisiones con mucha información. En especial porque el Cambio Climático -asegura- se debe combatir desde el rubro de los "médicos de la tierra", como llama a los ingenieros forestales.

Ipinza tiene una vasta trayectoria. Estudió ingeniería forestal en la Universidad de Chile, donde trabajó como ayudante de investigación. También se desempeñó en proyectos con la Corporación Nacional Forestal y con empresas forestales. Luego se trasladó a España, para obtener un doctorado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid. En 1989 se tituló como doctor ingeniero de montes y regresó a Chile. Nuevamente en la Universidad de Chile ejerció como profesor de mejoramiento genético y luego pasó a integrar el Instituto Forestal, a cargo de la División de Silvicultura. Unos años más tarde su esposa, Alicia Ortega, quien también es ingeniera de montes, fue trasladada a Valdivia por su trabajo en Fundación Chile, así que Ipinza decidió renunciar a sus actividades en Santiago y seguirla. No alcanzó a estar un día sin ocupaciones, ya que comenzó a trabajar inmediatamente como encargado de una cooperativa de mejoramiento genético que reunía a todas las empresas forestales, proyecto de la Uach cuyo primer director fue Roberto Delmastro. Esto ocurrió en 1993. También trabajó como consultor internacional en América del Sur y Europa. En el año 2000 estuvo a cargo de la sede Coyhaique del Instituto Forestal, para luego ser nombrado como director ejecutivo del instituto a nivel nacional, cargo que ejerció entre 2001 y 2006. Posteriormente volvió a realizar investigación en la sede de Valdivia, donde se mantiene hasta hoy. Además, entre 2005 y 2010 fue miembro del panel mundial de IUFRO. Se trata de la ONG más antigua del mundo, creada en Viena en el siglo XVIII, que une a los institutos de investigación forestal a nivel global.

Gremio

En mayo de este año Roberto Ipinza fue elegido presidente del Colegio Regional de Ingenieros Forestales. La directiva también fue conformada por Ernesto Weil como director, Álvaro Contreras como tesorero, Germán Clasing como secretario y Jorge Cabrera como vicepresidente. Este gremio nació como Asociación Chilena de Ingenieros Forestales en 1958 y se transformó en colegio en 1982. "En términos reales tiene 63 años de antigüedad. Tiene una vasta tradición que reúne a todos los ingenieros forestales de Chile", dijo Ipinza. Además, tiene importantes desafíos. Por ejemplo, presentar ante las autoridades y organismos públicos o privados, la disposición a mejorar el quehacer de la ingeniería forestal en ámbitos tan diversos como la docencia o la administración y apoyarlos con informes y estudios cuando los soliciten.

¿Qué actividades esperan realizar durante estos dos años como directiva?

-Como directorio tenemos varias prioridades, las que se

"Los árboles no son los problemas; son las políticas..."

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Para Roberto Ipinza, es muy importante que las nuevas generaciones conozcan el aporte que la ingeniería forestal ha generado en el país. "En 1956, Pablo Neruda escribió la Oda a la Erosión en la provincia de Malleco. Fue un drama ambiental de una envergadura que no se puede imaginar. Chile fue el granero de California por la fiebre del oro y se destruyó la naturaleza de una manera increíble. Al mirar las fotos antiguas del Viaducto del Malleco, a principios del siglo XX, no se ve nada, era un páramo siendo que antes había ricos bosques. A mitad del siglo, la Organización de las Naciones Unidas encomendó a la FAO tomar medidas a favor de Chile. En 1960, la FAO envió muchos expertos internacionales, se crearon las escuelas forestales, el Instituto Forestal. Hubo todo un movimiento mundial y la recomendación clave fue, primero, plantar árboles, millones; bonificar, crear un sistema de investigación. Las universidades de Chile y Austral crearon su parte forestal. El drama de la erosión lo resolvió de alguna manera la ingeniería forestal, cuyos profesionales fueron denominados los médicos de la tierra. Pero el tiempo pasa, los árboles no son los causantes de los problemas que hoy podemos percibir, son las políticas. Como dice el autor Jared Diamond 'sufrimos de la amnesia del paisaje', no nos acordamos de cómo era el Viaducto del Malleco cuando se inauguró, sin bosque nativo porque todo el valle central había sido arrasado en el siglo XVIII. Culpar a las plantaciones o a la leña ahora es muy fácil y cómodo para una generación que requiere conocimiento histórico. Hoy es muy distinta la situación a como era hace 100 años, pero hay que decir esto, comunicarlo. Eso acerca a la gente a la realidad", dijo.