Gran responsabilidad
Cuando David Ben-Gurion ganó su primera gran elección, en su discurso dijo que las masas no le habían dado una victoria, pero sí una responsabilidad. Lamentablemente nuestros electos constituyentes se olvidan continuamente de que su responsabilidad es proponer una nueva constitución al pueblo y no dar espectáculo o subirse las asignaciones.
Dr. Juan Pablo Fuenzalida Werner jpf.werner@tum.de
Ley de aborto
Desde enero a la fecha estuvo en discusión el proyecto que busca descriminalizar el aborto antes de las 14 semanas de gestación. La idea de legislar fue rechazada y tendremos que seguir esperando por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, tanto mujeres como personas gestantes.
El proceso del debate, así como otros proyectos de ley, contó con una amplia participación de organizaciones de Derechos Humanos, de la salud, feministas y académicas, que plantearon la necesidad de continuar en esta línea. Lamentablemente en la Comisión de Mujeres y Equidad de Género, se volvió a perder la posibilidad de avanzar en los derechos sexuales y reproductivos y es un golpe, que pone una vez más en tensión, el quiebre que existe entre el Congreso y las organizaciones de Derechos Humanos, mujeres y personas gestantes.
Lamentamos profundamente que así haya sucedido, sin embargo, no haber aprobado este proyecto de ley no viene a poner fin a nada, porque no se van a terminar los abortos en Chile. Eso lo sabemos todos los que vivimos en este país. Pero lo que sí sucederá, es que vamos a poner en riesgo a las personas que toman esta decisión por cualquiera sean sus causales, por hacerlo de manera clandestina, en donde mujeres, niñas y personas gestantes de los sectores más pobres, son las que tienen mayor riesgo. Desde las organizaciones como Aprofa, vamos a seguir trabajando en esta tremenda oportunidad que tenemos como país de poder escribir una Constitución que consagre los derechos sexuales y reproductivos como parte de los Derechos Humanos.
Débora Solís Directora ejecutiva Aprofa
Restricción vehicular
Debido al aumento explosivo del parque automotriz que ha sobrepasado la red vial de Valdivia, sería muy conveniente estudiar la posibilidad de establecer una restricción del uso de los vehículos, única manera de establecer un ordenamiento del tránsito en la ciudad.
Esta posible restricción debería ser fiscalizada rigurosamente a igual que las Ordenanzas Municipales de tránsito, que al parecer han sido despreocupadas en tiempo de pandemia.
Eberhard Schultz pimm269@gmail.com
¿Desaparecen lenguas?
El Dr. David Crystal (1941- ), destacado lingüista británico plantea la dimensión del problema en su texto "Language Death" (2000). El creciente peligro de desaparición de muchas lenguas es motivo de preocupación entre quienes están comprometidos con el estudio de la "identidad cultural y lingüística de los pueblos". Afirma que de las 7000 lenguas que aproximadamente existen hoy en el mundo, sólo unas 600 están más o menos aseguradas en su devenir sin saber hasta cuándo.
En el Congreso Internacional de Lingüística de Quebec, Canadá (1992) se concluyó que "la desaparición de una lengua es pérdida irreparable para la humanidad… es urgente responder a esta situación promoviendo y respaldando programas en instituciones académicas para la elaboración de gramáticas, diccionarios, así como descripciones de los sistemas fonológicos, sintácticos y semánticos".
Crystal sostiene también que "muchas lenguas han desaparecido a lo largo de la historia, pero nunca como ahora".
Parte de las lenguas que hoy se estudian ya no estarán disponibles para generaciones futuras. ¿Estamos dispuestos a cargar con la culpa de quedarnos donde estamos, sin hacer nada o poco?
Crystal afirma, también, que muchas lenguas ya se encuentran 'moribundas' y no pasarán las próximas generaciones. Nos moveremos dentro de un par de lenguas útiles para la economía, la ciencia y tecnología, como el inglés. Pero ¿Es real la desaparición de lenguas? ¿Importa? ¿A quiénes? ¿Cuáles? Estas interrogantes deben ser centros de debates inter/trans-disciplinarios con miras a crear una 'eco-lingüística'. Dejar que una lengua desaparezca, es como decir que "sus hablantes mueren". Mucho más - al desaparecer- toda una cosmovisión del mundo se extingue gradualmente con las cogniciones propias de un pueblo. Una lengua no tiene existencia sin su 'gente' y muere cuando ya nadie la habla. Bruce Connell, lingüista de York University, Canadá relata que en 1994, cuando visitó Cameroon, Adamawa se encontró con varias "lenguas moribundas". Del "kasabe" había sólo un hablante que falleció en el 96. ¿Debiera sorprendernos la rapidez con que las lenguas se nos van? Entonces ¿por qué extrañarse de poner al mapudungun en el escenario público?
Omer Silva Villena Exacadémico UFRO/UACH