Desde el 18 de agosto se está desarrollando el IV Encuentro Urbano Ciudadano de Entre 4 y 20 km/hr; que organiza la ONG Cegesis de Valdivia y que ha reunido a invitados nacionales y extranjeros en dos conversatorios: Ciudad Caminable y Ciudad Pedaleable. Para el miércoles 2 de septiembre propone el tema Ciudad Inclusiva y para el 8, un taller sobre la Ley de Convivencia Vial.

El lema del Encuentro es "En Bici o a Pata" y su meta es avanzar en una Mesa por la Movilidad, desde la cual se impulsen ideas para que Valdivia incentive uso de transporte público y formas de movilización no motorizadas, algo que ayudaría -señalan los organizadores- a disminuir la contaminación, fomentar la vida sana, el turismo y la apreciación del patrimonio natural. Mucho para ganar.

Estas propuestas forman parte de las inquietudes comunitarias locales hace varios años. Lentamente, se han ido socializando, generando conciencia y sumando algunas voluntades políticas. De hecho el tema que fue transversal en las recientes elecciones municipales.

Pero todavía falta; sobre todo en participación ciudadana y en educación para el respeto de las normas legales vigentes. Basten dos recuerdos para ilustrar lo anterior: las obras de ciclorrutas no siempre han considerado las opiniones de los usuarios (hay críticas por trazado, dimensiones, señalética) y muchas personas estacionan sus vehículos en las vías para ciclos, obstruyendo el paso, peligrosamente.

También hay deudas con los peatones. Como se señaló en los conversatorios, todas las personas deben caminar alguna vez por las calles, pero no siempre encuentran buenas condiciones para ello. Eso las suma al grupo de usuarios "vulnerables" (peatones, ciclistas, motoristas) que conforma, de acuerdo a las cifras de Conaset, casi el 48% del total de víctimas fatales en los accidentes de tránsito en Chile. Y ese porcentaje aumentó en pandemia, con 28% más de ciclistas fallecidos, algo coincidente con el alza del uso de bicicletas y una evidencia de la falta de calles más seguras y conductas más amigables, como bajar velocidades y aumentar precauciones.

En este escenario, Cegesis y la seremi de Transportes de Los Ríos trabajan en esa Mesa de Movilidad señalada y miran a largo plazo.

En homenaje al Padre Alberto Hurtado, agosto es en Chile el mes de la solidaridad. A casi 70 años de su muerte, el testimonio de servicio y sus obras parecen más necesarias que nunca, y es que la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto nuevamente que, como personas, para nuestra realización plena, nos necesitamos unos a otros.

Cada año durante el periodo de vacaciones, la Universidad San Sebastián invita a sus estudiantes en las cuatro sedes, Santiago, Concepción, Valdivia y De la Patagonia, a participar de acciones de voluntariado en beneficio de la comunidad. De esta forma, año tras año se suman cientos de jóvenes de distintas carreras que ponen a disposición de comunidades rurales, niños y personas mayores, su tiempo, conocimientos y dedicación, aportando de manera desinteresada al bienestar de quienes más lo necesitan. A pesar de las dificultades derivadas de la crisis sanitaria, este llamado al servicio no se ha detenido durante la pandemia, ya que como en muchas instituciones y organizaciones de voluntariado, los jóvenes han encontrado la forma de seguir ayudando tanto de manera remota como presencial, entendiendo que es especialmente en situaciones difíciles cuando más se requiere solidaridad, y que siempre recibe más, quien desinteresadamente entrega.

A través de la acción solidaria, los vínculos que se generan con el significativo aporte para quienes reciben la ayuda, potencian el desarrollo y la formación de los voluntarios. En este sentido, según datos de la 9ª Encuesta Nacional de Juventud realizada el año 2018, en nuestra región, los jóvenes que en el último año han sido parte de actividades de ayuda a la comunidad o trabajo de voluntariado, señalan mayoritariamente como razones para participar; "temas vocacionales" con un 25,7%, seguido de la alternativa "por adquirir experiencia", que alcanza un 21,5%. El aprendizaje que genera el poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos en el aula, y las distintas habilidades que se fortalecen en la relación colaborativa, nutren la formación de los jóvenes, permitiéndoles adquirir un sentido de la existencia que se opone al egoísmo y fomenta el respeto.

En este Mes de la Solidaridad, a más de un año del inicio de la pandemia, recordamos con especial sentido el llamado del Padre Hurtado a "la abnegación sincera, la caridad sencilla, real y verdadera".

Mónica Jara Pérez

Dir. Formación y Contenido Escuela de Liderazgo, U. San Sebastián sede Valdivia