Un simulacro de accidente de tránsito efectuado en Panguipulli y el despliegue de seguridad en carreteras y terminales de buses, han marcado el inicio de la semana en Los Ríos. La meta es incentiva el autocuidado necesario en estos festivos, para evitar tragedias de lamentar a causa de siniestros de tránsito.

Y es importante que estas medidas se apliquen. De acuerdo a cifras de Conaset (Comisión Nacional de Seguridad en el Tránsito) durante todo 2020 en la región hubo 1.656 accidentes viales y 49 personas perdieron la vida en ellos. De ese total, 161 ocurrieron en septiembre y cinco fueron las víctimas fatales; algo que -lamentablemente- no es raro, considerando que en estas fechas las celebraciones se convierten en abuso del consumo de alcohol y también otras drogas. De hecho a nivel nacional se calcula que unas 7 mil emergencias tienen su origen en que los conductores guiaban sus vehículos en estado de ebriedad. En nuestra zona, el año anterior hubo un 38% más de accidentes por esta causa que en 2019.

También es preocupante que la mayor parte de los fallecimientos en Chile y la región afecte a personas entre 15 y 29 años de edad. El Ministerio de Transporte entregó hace pocos días datos que inquietan: desde 2016 a 2020, 3.141 jóvenes participaron en siniestros en Fiestas Patrias y 34 murieron, mientras que otros 1.364 resultaron con lesiones de diversa consideración. A nivel local, se suma también alta ocurrencia en el segmento "adulto joven" entre 29 y 40 años, con 14 decesos del total anual de 2020 (49).

Atendiendo a estas realidades es que fue lanzada la campaña #elúltimocarrete, que muestra con crudeza los efectos de un hecho de esta naturaleza; algo similar a la efectuada en 2019 "Yo odio el 18", con testimonios de personas que perdieron a seres queridos en hechos de este tipo, causados mayoritariamente por terceros que estaban ebrios tras el volante.

Mensajes como los mencionados, sumados a la reciente ley que obliga a enseñar el carné de identidad al comprar bebidas alcohólicas, podrían ayudar a movilizar conciencias y a que se logre, al menos, una reflexión antes de conducir después de haber bebido; o a un control social mayor, que pueda impedir esas conductas temerarias.

La seguridad ciudadana es un tema de preocupación prioritaria, no solo porque necesitamos tener certezas en el resguardo de nuestra integridad física y de nuestros bienes materiales, sino que también porque la sensación de inseguridad atenta a la libertad.

Bajo ese principio la Dirección de Seguridad Pública de esta administración municipal es fundamental, y requiere dotarse de nueva impronta. Con la incorporación de nuestra Directora Paola Salazar avanzamos en ello: primera vez que en el cargo hay una mujer, con vasta experiencia en organismos policiales y gran trayectoria en el trabajo de terreno con enfoque comunitario.

¿Por qué? Porque las mujeres son las que más inseguras nos sentimos ante posibles hechos delictuales; porque como Municipio necesitamos coordinación activa con el Ministerio Público, Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones; porque es la comunidad la protagonista de diagnósticos y soluciones en esta materia, y porque la forma de comunicar las políticas desde esta Dirección puede generar más seguridad, pero también -si no se hacen bien- pueden generar lo contrario.

Es así que nos propusimos como primera meta poner en valor el rol del Municipio en la coproducción de seguridad, entregando a la ciudadanía el conocimiento de las responsabilidades de las distintas instituciones vinculadas a la seguridad, los canales existentes ante requerimientos de ayuda, y las acciones más eficientes a nivel comunitario para cuidarnos entre todas y todos.

En este sentido, nos hemos propuesto un plan de fortalecimiento a aspectos como el uso de la aplicación Sosafe, trabajo coordinado con las cámaras de seguridad, campañas y talleres de prevención y autocuidado, fortalecimiento de asesoría jurídica y atención de víctimas, aumento y coordinación de las rondas del servicio de patrullajes en la comuna, la profesionalización de éstos con la incorporación de perspectiva de género y capacitación en primeros auxilios y derechos humanos. Todo esto nos permitirá entregar respuestas de primer nivel ante situaciones de emergencia en seguridad, riesgo vital y siniestro, sin perder el tan valioso contacto directo con nuestros vecinos y vecinas.

Pero como lo hemos dicho, nada de esto es suficiente sino trabajamos en coordinación con los barrios fortaleciendo las organizaciones sociales, vecinales, culturales y deportivas. Sólo ganaremos seguridad para nuestra libertad, si es que lo hacemos desde abajo, en cada barrio.

Carla Amtmann Fecci Alcaldesa de Valdivia