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apostar por la mantención general", dice Andrea Araos, investigadora responsable del proyecto y de un equipo donde también se cuenta Paulina Sandoval (arquitecto y coordinación de terreno).
Avance histórico
El único antecedente previo al actual proyecto en ejecución data de 1961. Ese año Konrad Mayer viajó a Chile. Quería saber qué había pasado con los vitrales fabricados por su familia y que estaban repartidos entre Antofagasta y Puerto Varas. Cuando se detuvo en Valdivia hizo anotaciones generales y dio las primeras pistas de cómo se podía velar por la conservación.
Andrea Araos explica que en 1977, cuando hubo trabajos de remodelación en la iglesia, se habló nuevamente de la restauración de los vitrales. "Muy posiblemente ahí se generaron intervenciones muy mal hechas, con vidrios que pusieron sobre los vitrales, que más que ayudar terminaron por dañarlo", dice.
Y agrega: "Al entender todo lo que se ha venido haciendo históricamente en el lugar, es que nosotros proponemos formas más correctas de proteger los vitrales de la intemperie, con protección isotérmica como en el caso de San Francisco. En el caso de aquellos que miran hacia la calle, la opción es un crear un vitral sustituto. En general los vitrales ya no caben en el vano, están apretados y al sacarlos se van a estirar, lo que hará casi imposible meterlos nuevamente en el mismo marco".
Aunque la luz no reviste mayor riesgo, los vitrales deben ser resguardados de la humedad y la oxidación. El factor humano es otro elemento de peligro a juicio de Araos.
"A pesar de que la San Francisco tiene un fuerte vínculo social, el edificio no escapa a la estigmatización que produce la iglesia y los abusos que ha cometido. Si apuntamos a eso, entonces siempre habrá peligro de que sea apedreada o destruida de alguna forma", apunta.
Conocimientos
María Vanessa Ruíz integra el laboratorio Espacio Transparente desde hace al menos cinco años. Vive en Valdivia y el hecho de trabajar en la propuesta local asegura la instalación de conocimientos técnicos de una experta que podrá atender diversas urgencias en materia de vitrales y su conservación.
"Nos interesa que alguien de nuestro equipo esté presente para cuando sea necesario atender los requerimientos de las piezas que queremos rescatar. Es fundamental, en caso de cualquier emergencia, contar con las herramientas para saber qué hacer y en ese sentido contar con ella es una ventaja", indica Araos.
Una vez que el programa desarrollado en Valdivia esté listo, será compartido con la Casa Mayer para su revisión. Se espera entonces complementar con comentarios de los expertos que en Europa llevan aproximadamente 170 años en el rubro.
A largo plazo también se proyectan vínculos con la Universidad Austral de Chile, que ocupa la otra mitad del edificio con su Centro de Extensión Campus Los Canelos.
"El programa nos permitirá establecer el estado real de cada cosa y proyectar desde ahí nuevas etapas de intervención según lo disponga la comunidad".
Andrea Araos, Responsable del proyecto
50 ventanas con vitrales tiene la iglesia de Valdivia. Del total, cuatro son los más complejos ya que consideran simbología e imágenes religiosas.
15 millones es la inversión del actual proyecto adjudicado en el Fondart Regional del Ministerio de las Culturas. Cuenta con el patrocinio del Centro Latinoamericano del Vitral.
2013 fue el año en que un incendio iniciado en el comedor solidario de la San Francisco destruyó el vitral de Francisco de Asís. Fue vuelto a fabricar en Alemania.
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