Ciberbullying y pandemia: La angustia emocional detrás de las pantallas
Los adolescentes son las principales víctimas, ya que usan más las redes sociales.
¿Cómo identificar el ciberbullying?
Acoso repetitivo con intención de dañar. Publicar contenido vergonzoso o falso del otro en RRSS.
Desequilibrio de poder; el agresor es más fuerte físicamente o tiene más influencia social.
En general, es contra quien se considera distinto, por religión, orientación sexual, discapacidad, entre otros.
Silencio: tanto la víctima como los testigos se quedan callados, invisibilizando el acoso.
Las víctimas tienen más riesgo de cuadros anímicos como ideación e intentos de suicidio, alteración alimentaria, ansiedad y, a largo plazo, trastornos en el desarrollo de personalidad. Es clave estar atentos a señales como no querer ir al colegio/conectarse a clases online; bajar las notas; poca interacción social, aislamiento y cambios de humor; dolor abdominal y de cabeza; dormir mal, y/o consumo de alcohol o drogas.
¿Cómo enfrentarlo?
Comunicación: los padres deben generar un clima de confianza para que el menor se sienta acogido y cuente lo que le pasa; hablar de eso lo puede liberar del miedo que genera el ciberacoso. Además, los adultos deben educar con el ejemplo; nada valida la agresión a otro.
Rol del colegio: es clave que asuma el acoso como algo que afecta a todos, adoptando tolerancia cero a la violencia y protegiendo a la víctima. Además, debe tener un Reglamento Interno sobre convivencia escolar, estrategias de prevención e intervención.
Uso responsable de la tecnología: establecer límites y enseñar un uso responsable de la tecnología y RRSS, junto con transmitir la importancia de proteger información personal y la privacidad en el mundo virtual.
Limitar uso de RRSS: evitar tiempos prolongados de exposición, ya que produce un aumento en el nivel de dopamina difícil de contrarrestar, pudiendo causar dependencia y poco control de lo que la mente procesa. Los likes, por ejemplo, se asocian al refuerzo positivo no químico, algo complejo a una edad en que el reconocimiento de los pares es muy importante. A largo plazo, puede haber desorden de ansiedad y depresión.
Abordar el problema: los adultos no deben hablar con los padres del agresor, ya que aumenta el conflicto. El tema debe ser denunciado en el colegio. Además, es clave pedir ayuda a un experto en salud mental, debido al deterioro en el desarrollo normal del menor que ha sido acosado.