Carta sobre la moral
En octubre de 1991, el arzobispo de Santiago, Carlos Oviedo Cavada, en su carta pastoral "Moral, juventud y sociedad permisiva", advirtió de: la crisis moral, un clima de inmoralidad, el erotismo malsano, la deshonestidad en la administración de los negocios, práctica de la usura, el consumismo exagerado y ostentoso, la creciente desigualdad económica y social, el comercio de la droga, aumento de la delincuencia y el uso de la violencia en el país.
En una encuesta de mayo 2019, de la Universidad del Desarrollo, reveló que tras las denuncias de abusos sexuales, la Iglesia Católica es una de las instituciones menos creíbles.
Este mismo estudio, arrojó que el 81% de los chilenos cree que las instituciones están en crisis y fueron mal evaluadas: Iglesias; Poder Judicial y Ministerio Público; Políticos; empresas privadas. Del estallido social de octubre 2019 hasta los "Pandora Papers", otros males han afectado a Chile.
Derico Cofré Catril derico.cofre@hotmail.com
Cobardía
El Diccionario de la Lengua Española define a la cobardía, como la falta de ánimo y valor. Ese concepto nos permite catalogar de manera muy certera la conducta de quienes, hasta ahora, han guardado silencio frente a las numerosas y reiteradas violaciones a la normativa constitucional que regula el proceso constituyente en curso.
No me voy a referir a estas infracciones. Lo he hecho reiterada y ,a veces, majaderamente. Sin embargo, no deja de sorprenderme la actitud de los convencionales del bloque de Derecha, de los restos de la ex Concertación y de quienes se autodenominan independientes no neutrales, liberales o socialdemócratas, algunos de los cuales y no pocos, reconocen filas en el Partido Socialista y en el Frente Amplio.
Pero no sólo es escandalosa e incoherente la actitud de ellos, sino que también, y en grado sumo, la de los dirigentes de los partidos políticos, quienes han guardado un silencio cómplice, absteniéndose no solo de solicitar se ejerzan las acciones constitucionales pertinentes sino que también de participar en un debate que nos incumbe a todos.
Párrafo aparte merece la conducta del Gobierno y del Presidente, en particular. Su ausencia implica renunciar al ejercicio de su mandato y a asumir su responsabilidad en el proceso. Es muy triste.
Jorge Eduardo Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com
Accidente
El domingo 3 de octubre, cerca de las 16.30 horas, me encontraba en una travesía de motos en la ruta que comunica a Hueicolla, en Colún Alto, en la reserva costera valdiviana, acompañado de dos amigos, cuando repentinamente resbalé en un sector pedregoso sufriendo una caída de mi vehículo, resultando con una fractura de peroné y luxación de tobillo, situación que me dejó inmóvil, requiriendo de la intervención de varias personas y organizaciones de rescate.
Pedí a mis amigos que se adelantaran para pedir ayuda. Me quedé, pero cayó la noche y la temperatura bajó a 3 grados. A modo de reflexión, y dado el contexto en que me encontraba es interesante comprender cómo funciona el cerebro. El cerebro intenta darle sentido a las cosas, reconociendo lo frágil que es la vida, parpadeas y se esfuma en un segundo. Alrededor de la 1 de la madrugada, escucho el ruido de un motor y veo aparecer luces, se trataba de la camioneta de Don Pedro, un lugareño que habían logrado contactar mis amigos. Cuenta don Pedro que no era la primera vez que ayudaba en este tipo de casos, su sentido del humor y excelente actitud la recordaré por siempre. A los minutos de ser encontrado por mis amigos, aparece un segundo móvil, era una brigada de Bomberos y emprendimos rumbo al punto de encuentro con la ambulancia. Las conversaciones que tuvimos en el trayecto quedarán guardadas por siempre en mi memoria. La única ruta posible de recorrer era retroceder por el camino inicialmente cubierto por nosotros. Mientras bajábamos apareció otra camioneta, también con la intención de ayudar. No recuerdo quién era, pero declaro igualmente mi eterna gratitud a esa persona. El trayecto de bajada nos dirigía al punto de reunión con carabineros y la ambulancia. Una vez efectuado el encuentro mi felicidad y gratitud aumentaban, por la atención de todos. Llegamos a Corral y recibí mi esperada dosis de analgésicos que logró definitivamente apaciguar el dolor. La doctora y su equipo coordinaron el desplazamiento al hospital de Valdivia. Para terminar el relato, me resta decir que ya post operado, enfrento una recuperación que se prolongará unos días, pero lo más importante es recalcar mi gratitud. Gracias a Carabineros de Corral, Bomberos de Corral, la Municipalidad de Corral, la posta de Corral, a Don Heber Rickenberg, director del hospital regional de Temuco por informar a Onemi de la situación y por sobre todo a Patricio Beltrán y Diego Muñoz, mis amigos, por su lealtad, responsabilidad, preocupación y sacrificio.
Yo hago público en este relato, nuevamente gracias. Espero que esta carta también sirva a futuros visitantes que se internen en estos lugares. La autocrítica es real, y esta es una lección de vida y aprendizaje que ha de transformar nuestras conductas.
Arturo Rojas Fuentes