"Soy un agradecido de la educación y le entregué la mejor parte de mi vida"
TRAYECTORIA. Durante 40 años fue docente de la Escuela Diferencial Walter Schmidt.
El ser humano no es eterno. Cumple metas y abre paso a nuevas generaciones. Lo piensa Edmundo Alejandro Flores Duhalde, el querido profesor y reconocido deportista que desde el 1 de julio pasado se acogió a jubilación. Un momento que llega a los 68 años de edad y luego de trabajar durante 40 años como docente de la Escuela Diferencial Walter Schmidt de Valdivia. "Soy un agradecido de la educación y le entregué la mejor parte de mi vida. Me retiro en paz y sin deudas con ella", señala mientras la charla se entremezcla con el buen humor del personaje, cuando el profesor hace una mixtura con el popular "Polca" del fútbol amateur.
Junto a su extensa carrera laboral, Edmundo Flores luce en su curriculum futbolístico de mediocampista talentoso, pasos por selecciones escolares, juveniles y adultas de Valdivia y refuerzo en campeonatos nacionales con los colores de Pitrufquén, Castro y Río Bueno. En esta vorágine deportiva, su mayor logro es el tercer lugar con Valdivia en el Nacional Amateur de Arica, en 1972. Jugador de Escuela Superior, Universidad Técnica, Las Ánimas, Bancario y nuevamente Escuela Superior, en su etapa de senior ha defendido los colores de Sampdoria y su club "de siempre": Magisterio, donde "además soy dirigente y en realidad es un grupo de amigos", asegura.
¿Cómo llegó a desempeñarse en la educación diferencial?
-Quien me envió fue el profesor Juan Carlos Araneda (Q.E.P.D.), cuando trabajaba en la Dirección Provincial de Educación. Llegué por el deporte, ya que en ese tiempo comenzaban las Olimpiadas Especiales. Fue a través del deporte que conocí la escuela y a sus niños. Hice clases de fútbol, básquetbol, atletismo, natación e incluso esquí alpino, cuando existía Coanil (Corporación de Ayuda al Niño Limitado). Al comienzo me costó mucho, porque eran chicos diferentes a los que estaba acostumbrado. Me fui entusiasmando y las señoras de Coanil me apoyaron mucho en las preparaciones para las Olimpiadas Especiales. Los primeros 15 años trabajé en deportes y después pasé a profesor de sala. Ya conocía a los niños, el ambiente y lo que había que trabajar. Yo los trataba de manera normal y siempre dije a los apoderados que las metas eran las mismas de otros niños, solo que iban a demorar un poco más en alcanzarlas.
Durante todo este recorrido, ¿en alguna ocasión sintió discriminación hacia los niños?
-Al comienzo fue así. Iba a reuniones extraescolares y había una cierta imagen de los chicos, pero a mí me interesaba que ellos participen, no los resultados. Empezamos a trabajar e incluso jugamos campeonatos escolares de fútbol, con equipos de enseñanza media. La discriminación siempre ha existido. Los niños además de hacer deporte por su escuela, no tenían dónde hacerlo, porque no los aceptaban. Con los años, se ha evolucionado y la discriminación ha disminuido. Tengo ex alumnos que son mejores trabajadores que las personas "normales". Incluso las mismas familias los mantenían apartados.
¿Lo suyo fue vocación?
-Uno tiene que tener mucho cariño hacia este tipo de niños, entregarles amistad y amor. Yo era un profesor antiguo, que entregaba las reglas y ellos las aceptaban. Pero les entregaba mucho cariño, amor y respeto. Por eso hay muchos que pasan a mi casa, a saludarme. Tenía paciencia para repetir las enseñanzas y uno sabe que van aprendiendo lo que a ellos les gusta. Trabajé mucho con talleres orientados hacia la vida laboral fuera del colegio y pude comprobar que dan resultado. Lamentablemente, hay nuevas generaciones de profesores que trabajan solo lo justo, primero ven la parte económica y después la del alumno.
¿Cuál es su balance de 40 años en la educación diferencial?
-De mucha satisfacción. Incluso he sido padrino de matrimonio de varios de mis ex alumnos. Es una tremenda satisfacción y alegría que uno tiene después. En estos primeros meses que llevo jubilado, me voy dando cuenta y sopesando lo realizado. Recuerdo todo lo hecho y que fue con vocación y amor, que es lo más importante. Fui coordinador regional de Olimpiadas Especiales y de mi escuela, cuatro chicos fueron a campeonatos mundiales en Estados Unidos, Alaska, Suiza y Canadá; y había que prepararlos sin medios, porque por ejemplo la municipalidad nunca nos aportó nada, solo trabajamos con medios propios o conseguidos por otros lados.
Usted señala que su esposa ha sido un pilar fundamental en su vida...
-Hay momentos en los que uno comete errores. Yo iba por un mal camino, por el lado oscuro de la vida. Pero gracias a ella me di cuenta que no era bueno lo que estaba haciendo. En ese tiempo estábamos pololeando, así que le pedí matrimonio y nos casamos. Ella cambió mi vida. Soy un hombre realizado, que vive tranquilo, en paz y feliz.
"Siempre dije a los apoderados que las metas eran las mismas de otros niños, solo que ellos iban a demorar un poco más en alcanzarlas".
Edmundo Flores, Profesor de Educ. Diferencial
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