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Por covid-19 murió Colin Powell, el héroe de guerra que invadió Irak

EE.UU. El primer hombre negro en ser secretario de Estado, bajo la administración de George W. Bush, tenía 84 años. Veterano de Vietnam, tuvo cercanía con Chile y una gran "mancha" en su carrera: defendió que Irak tenía armas de destrucción masiva.
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El laureado general Colin L. Powell, falleció ayer a los 84 años por complicaciones relacionadas con covid-19, dejando una brillante carrera militar y política, en la que destaca la guerra de Vietnam y haber sido el primer afroamericano en ocupar el cargo de secretario de Estado de Estados Unidos, aunque con una gran "mancha": su controvertida defensa ante la ONU de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak para justificar una invasión al país.

Otras justificaciones para iniciar la ofensiva militar fueron que Irak colaboraba con organizaciones terroristas y, en menor medida, habría sido cómplice de los atentados del 11-S.

La incursión armada duró entre 2003 y 2011, en 2006 ya dejaba sobre 600 mil muertes, según The Lancet, y tuvo entre sus hitos en derrocamiento de Saddam Hussein en abril de 2003 y su ejecución en la horca, tres años más tarde, tras ser condenado a morir por cometer crímenes contra la humanidad.

Hijo de migrantes jamaicanos y nacido en el barrio de Harlem, en Nueva York, ascendió todos los peldaños del escalafón militar hasta convertirse en general de cuatro estrellas durante sus 35 años de servicio. Tras su graduación en 1958, estuvo dos veces destacado en Vietnam en la década de 1960, donde fue herido dos veces y recibió 11 condecoraciones.

Así, Powell logró convertirse en secretario de Estado del presidente republicano George W. Bush entre 2001 y 2005 y, previamente, sirvió como jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU. durante la primera guerra del Golfo (1989-1991).

Su familia informó que perdió "un extraordinario y cariñoso esposo, padre, abuelo, y a un gran estadounidense". También puntualizó que el general había recibido la pauta completa de vacunación contra covid-19. Powell murió en el centro Walter Reed, cerca de Washington.

"aislarlos y matarlos"

Powell, un flamante republicano que se desmarcó de Donald Trump y llamó a votar por Joe Biden, tuvo su salto a la política en la década de 1980.

Comenzó como asesor militar del entonces secretario de Defensa, Caspar Weinberger y, durante la presidencia de Ronald Reagan (1981-1989), fue ascendido a asesor de Seguridad Nacional, donde ocupó un papel clave en las cumbres entre EE.UU. y la URSS, que representaron el fin de la Guerra Fría.

Como jefe del Estado Mayor Conjunto, Powell dirigió las operaciones militares estadounidenses en Panamá, Granada, Filipinas y Liberia; y más tarde organizó el despliegue de fuerzas en Arabia Saudita con la crisis del Golfo en agosto de 1990 y el comienzo de la primera guerra contra Irak.

Su estrategia principal, fue bautizada como la "doctrina Powell". El diario The New York Times recordó una de sus ruedas de prensa en el Pentágono al principio de la Guerra del Golfo, donde resumió su táctica contra Saddam Hussein: "Nuestra estrategia a la hora de luchar contra este Ejército es muy simple. Primero, vamos a aislarlos y luego los vamos a matar".

En 2001 marcó un hito al convertirse en el jefe de la diplomacia estadounidense, tras ser designado por el presidente George W. Bush.

Considerado un pragmático y defensor de las alianzas internacionales, se opuso en un primer momento a la invasión militar de Irak, pero cedió a las presiones del ala más agresiva de su Gobierno tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En ese entonces, Estados Unidos buscó apoyo de Chile, gobernado por Ricardo Lagos, quien respondió no estar "disponible" para apoyar una incursión militar en suelo iraquí.

Polémico discurso

Lagos en ese momento se respaldó en que las denuncias de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak eran inconsistentes y en una conversación telefónica con Bush se negó a aceptar presiones y pidió esperar una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU.

Aunque EE.UU. insistió en estas acusaciones y en febrero de 2003, Powell vivió el momento que marcaría su carrera, cuando ante el mismo Consejo aseguró en un polémico discurso que Irak contaba con estas armas, algo que después se descartó. Años más tarde, reconoció que esa intervención fue la gran "mancha" en su trayectoria.

Pese a que nuestro país no respaldó a EE.UU., en 2004 Powell destacó "el liderazgo de Chile" y enfatizó que "es un gran aliado, amigo , y socio importante de EE.UU.". También es recordada su respuesta a un estudiante que le preguntó sobre el 11 de septiembre de 1973: "Respecto a su comentario sobre Chile en los 70 y lo que ocurrió con el señor Allende, no es una parte de la historia americana de la que estemos orgullosos".

Biden a Powell: "Un patriota de inigualable

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El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó su profunda tristeza por la muerte del exsecretario de Estado Colin Powell. Biden destacó que el general encarnó "los más altos ideales como diplomático y soldado". "(La primera dama) Jill y yo estamos profundamente entristecidos por la muerte de nuestro querido amigo y un patriota de inigualable honor y dignidad", comentó. "Estuvo comprometido sobre todo con las fortaleza y seguridad de nuestro país. Habiendo luchado en guerras, entendió mejor que nadie que el poderío militar por si solo no es suficiente para mantener la paz", dijo Biden.

Definitivo: Rusia rompe lazos con la OTAN tras años de desencuentros

DIPLOMACIA. La decisión, que entrará en vigor el 1 de noviembre, responde a la expulsión de ocho diplomáticos rusos por parte del organismo este mes.
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Rusia cesó su vínculo con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tras años de desencuentros y acusaciones mutuas sobre la actitud agresiva de Moscú y el acercamiento de la Alianza Atlántica a las fronteras rusas, aunque el diálogo era prácticamente nulo tras la congelación de toda cooperación práctica en 2014.

"En respuesta a las acciones de la OTAN cesamos las actividades de nuestra misión permanente ante la Alianza, incluyendo el trabajo de nuestro principal representante militar, a partir del 1 de noviembre", declaró el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.

El jefe de la diplomacia rusa se refería a la expulsión a principios de mes por parte de la OTAN de ocho diplomáticos de Rusia de la misión, por supuestamente estar trabajando como espías, y a la decisión aliada de limitar a diez el número total de empleados en Bruselas.

Rusia ya había advertido que esta decisión de la Alianza arruinaba toda posibilidad de normalizar las relaciones y retomar el diálogo con el bloque euroatlántico, aunque la semana pasada el presidente ruso, Vladimir Putin, había dejado abierta esta posibilidad.

Esta intención quedó en papel mojado con el anuncio sobre la suspensión del trabajo de la misión rusa permanente ante la OTAN.

Además, decidió cerrar la misión de enlace militar de la Alianza Atlántica en Moscú y revocar las acreditaciones de sus empleados a partir del 1 de noviembre. Asimismo, pone fin a la labor de la oficina de información de la OTAN en la capital rusa, que se encuentra en la embajada de Bélgica.

Por su parte, la OTAN lamentó la decisión. "Hemos tomado nota de la decisión de Rusia (...) Lamentamos estas medidas", dijo a Efe la portavoz de la organización, Oana Lungescu.

La portavoz recordó que "la política de la OTAN respecto a Rusia sigue siendo coherente".

En ese sentido, destacó que la Alianza reforzó su "disuasión y defensa en respuesta a las acciones agresivas de Rusia", pero al mismo tiempo los aliados siguen "abiertos al diálogo, incluso a través del Consejo OTAN-Rusia".

2014 la relación entre la Alianza Atlántica y Rusia ya era nula, con la congelación de cooperación práctica.