Aunque varias noticias recientes evidencian la ocurrencia de hechos violentos; las estadísticas generales respecto a delitos de mayor connotación social en Los Ríos muestran tendencias a la disminución. De acuerdo al último informe entregado por las instituciones que son parte del Sistema Táctico de Operación Policial, Stop, hubo una caída de 25% respecto de 2020 ( enero-septiembre) en robo con violencia; robo con intimidación y robo por sorpresa. En las estadísticas de la Subsecretaría de Prevención del Delito se registran 6.994 hechos en todo el año pasado por estos ítem, frente a 2.809 en lo que va de 2021.

Los números son positivos, pero también es necesario ayudar a mantenerlos, para que la percepción de seguridad de la población se encuentre a la par con las realidades, pues no siempre son coincidentes. Como señala la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc, 2020) el 77,3% de las personas de la región afirma que la delincuencia aumentó en el a nivel local y nacional; dato superior al de 2019, cuando así lo indicaba un 76,5%.

En este contexto es que resultan positivas iniciativas como la instalación de luminarias en diversos sectores de Valdivia (la más reciente en el Barrio Santa Elena); la entrega de 55 alarmas comunitarias en el sector de Nueva Villa Hermosa y una cantidad similar de alarmas para vecinos de Ciruelos, comuna de Los Lagos. Esos elementos, acompañados de asesoría para la organización social, sin duda que contribuirán a sentir y tener resguardos.

Sumado a lo anterior es preciso estimular las denuncias. Este camino es el único que permite identificar problemas en determinados sectores y focalizar las acciones policiales; pero son pocas. Por ejemplo, las incivilidades -venta clandestina, alcohol en la vía pública, riñas, desórdenes- que son las que más afectan la calidad de vida en los barrios, tuvieron 8.730 reportes en 2020 y ahora van 3.972; pocas, considerando que ya se acerca fin de año.

Pero, para promover la entrega de antecedentes, es necesario que los mecanismos para ello sean expeditos, que se garantice el anonimato y que se muestre reales respuestas ante ellas. Solamente así la ciudadanía podrá confiar en que intervenir de ese modo tiene algún efecto positivo.

Valdivia no sólo se caracteriza por la belleza de su emplazamiento, con el río como protagonista, el que se encuentra adornado por el verdor de bosques y parques. Un lugar privilegiado que permite el desarrollo de las artes y las letras. Ejemplo de valdivianos dedicados a ello, son muchos. Hoy queremos dedicar un par de líneas a uno de ellos. 1928 fue el año en que nuestra ciudad recibió a quien sería no sólo uno de sus principales embajadores, sino, además, a quien posicionó la historia local. A partir de su Historia de Valdivia: 1552-1952, publicada en el marco de la celebración de los 400 años de la fundación de la ciudad, sus distintos trabajos ya sean artículos o libros resaltaron la historia de aquellos territorios alejados de la capital. Desde dicho trabajo, escrito aún bajo el nombre de Fernando, podemos mencionar: Un río y una ciudad de Plata, Itinerario histórico de Valdivia; Flandes Indiano: Las fortificaciones del Reino de Chile 1541-1826; Historia urbana del Reino de Chile; La tradición de la Madera; La sociedad de Chile austral antes de la colonización alemana; La toma de Valdivia; Conjuntos urbanos históricos arquitectónicos. Valdivia, siglos XVIII-XIX; Cartografía de la colonización alemana 1846-1872; Una ciudad chilena del siglo XVI. Valdivia 1552-1604; Cuatro siglos de evolución urbana. Valdivia 1552-1910; Nueva Historia de Valdivia; La edad media de Chile: Historia de la Iglesia. Desde la fundación de Santiago a la incorporación de Chiloé 1541-1826; entre muchos más.

En forma personal, mi primera lectura del padre Guarda fue Un río y una ciudad de Plata, Itinerario histórico de Valdivia que generó el encantamiento con la historia. Años más tarde fue Flandes indiano: Las fortificaciones del Reino de Chile 1541-1826, el que me acercó a la historia colonial y específicamente, a la valoración de Valdivia como Antemural del Pacífico y a la relevancia patrimonial de las fortificaciones, así como también en los anclajes identitarios de nuestro territorio. Cada uno de sus trabajos nos invita y nos obliga a la valoración de nuestro pasado.

Fue el padre Gabriel, monje benedictino, arquitecto e historiador, hijo ilustre de Valdivia y Premio Nacional de Historia, quien permanece junto a nosotros gracias a su legado, que nos obliga a continuar con su derrotero: Rescatar la historia local y preservar nuestro patrimonio, resguardando con ello, nuestra memoria.

Lorena Liewald Dessy Directora Académica de la U. San Sebastián Sede Valdivia