Enfrentar toda la violencia de género
El 29 de Noviembre trajo una invitación para mirar hacia las agresiones que viven las mujeres, en diversas áreas de sus vidas. Vivir en paz, protegiendo a todas las personas es posible, pero no solamente se trata de una tarea de la instituciones, sino de la comunidad y de cada día...
E lunes recién pasado fue conmemorado el Día de la No Violencia contra la Mujer, fecha instaurada internacionalmente para visibilizar aquellas circunstancias, producidas por razones de género, que vulneran los derechos femeninos y afectan la calidad de vida de adultas y niñas.
El Día fue elegido en recuerdo a las hermanas Mirabal -las "Mariposas"- asesinadas durante la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana en 1960. Desde su historia se comenzó a exigir cambios sobre las agresiones políticas y también físicas intrafamiliares, algo que no cambia con facilidad. Prueba de ello son las cifras compartidas por ONU Mujeres este 29 de noviembre: una mujer es asesinada cada 11 minutos en el mundo, por familiares, parejas.
En Chile, este año se han registrado 35 femicidios; mientras que en Los Ríos, van 10 frustrados, es decir , víctimas sin riesgo vital, pero gravemente heridas.
Junto a ese tipo de vulneración extrema coexisten otras, como la inseguridad producto del acoso callejero; la discriminación por apariencia; la desigualdad frente a oportunidades de educación; la estigmatización simbólica asociada a roles que se debe cumplir, a riesgo de ser segregada socialmente. También los problemas laborales y económicos, que obliga a sueldos más bajos, exclusión en espacios donde se toman decisiones, informalidad laboral; escasa valoración del trabajo doméstico. Así lo señala el reciente estudio del Observatorio Laboral Sence Los Ríos, que identifica una baja sostenida de la presencia laboral femenina en la región (59,9% inactivas en 2021; versus 52,4% pre pandemia), brechas salariales de más de 100 mil pesos por similares tareas con sus pares hombres; junto a una constante: gran parte de quienes dejaron sus trabajos remunerados fuera del hogar (30%), aseguran que lo hicieron para hacerse cargo de otras personas.
Tomar conciencia de estos antecedentes, reconocerlos y apoyar todas las medidas públicas y privadas que se pueda fomentar para cambiarlos, es una buena manera de comprometerse con un país con más respeto hacia una parte mayoritaria de su población. Vivir en paz, protegiendo a todas las personas es posible, pero no solamente se trata de una tarea de la instituciones, sino de la comunidad y de cada día.