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buen mobiliario urbano, la composición de una fachada o la desproporción de una gran volumen y su impacto en las construcciones de su alrededor. Ver los detalles, matices y la profundidad de las cosas urbanas en relación al uso que las personas, nos permite problematizar y preguntarnos cómo encontramos la mejor solución.

Desde la universidad

Como académica Tirza Barría ha integrado su propio quehacer como ejemplo para abordar diversas materias. Desde esa perspectiva es que identifica cómo a los jóvenes en proceso de formación universitaria les afecta en mayor o menor grado, entre otros factores, el tipo de educación recibida en la enseñanza secundaria.

¿Cómo definiría a la nueva generación de arquitectos, al menos a la que le ha tocado instruir en sus años de académica UACh?

- Llevo 16 años impartiendo docencia y he notado varios cambios entre una generación y otra, sobre todo en los últimos 5 años, lo cual pienso que se debe al tipo de educación que traen desde la enseñanza media. A diferencia de los alumnos de mi época y las anteriores, estos alumnos son mucho mas dependientes de las pautas que determinan el saber 'hacer', es decir necesitan de guías claras que les aseguren hasta cierto punto el éxito del encargo. Asimismo son pocos los transitan en el saber 'pensar', porque claramente requiere de otras herramientas de aprendizaje, que con mucho trabajo hemos tratado de desarrollar. Ese es el desafío que como docentes tenemos con cada generación que se forma en esta disciplina. Sin embargo, puedo destacar el compromiso con sus territorios de origen ya que muchos de ellos vuelven a desempeñarse a sus ciudades y son parte activa del desarrollo de sus localidades.

Si el entorno es objeto de estudio e intervención inmediata como meta de los egresados, entonces ¿hay alguna diferencia entre ser formado en la zona norte o en la zona sur?

- Pienso que tanto los estudiantes del sur como del norte y la zona central trabajan con los mismos soportes de estudio y escalas, el territorio, la ciudad y la arquitectura. Nos diferencian los enfoques y claro está, las variables del contexto que en mayor o menor medida se toman en cuenta a la hora de proyectar. Asimismo, el conocimiento que tienen nuestros estudiantes sin duda da cuenta de estas realidades y no las del norte, dado que sus objetos de estudio son del territorio sur austral.

¿Qué es lo que más te interesa transmitir a sus alumnos desde el punto de vista personal y de la experiencia, más que desde la teoría?

- Siempre les digo que no den todo por sentado. Me gusta la idea de pensar que desde la arquitectura y todo lo que ella implica, se manifiesta el ámbito de la exploración y del asombro. Eso es lo que busco traspasar a mis estudiantes, la capacidad de asombrarse tras un descubrimiento, ello implica mucho trabajo y constancia. Así también trato de trasmitir mis errores, no con el ánimo de que no les sucedan, sino que para que se den cuenta que detrás de cada uno de ellos, hay decisiones y lecciones aprendidas. Esta es parte de la profesión que mayormente no hace crecer como personas.

Lo local

Además de hacer clases en Valdivia y caminar por sus calles, la arquitecta tuvo la oportunidad de participar en un estudio sobre la valorización de las arquitecturas de la Región de Los Ríos. Fue un documento que en su momento revistió un mayor grado de importancia del que finalmente tuvo. O al menos así lo sostiene Barría.

¿Cómo evalúa a Valdivia en términos de desarrollo urbano?

- Muchos catalogan a Valdivia como una de las ciudades mas bellas para vivir. Yo no creo eso. Si, Valdivia tiene una belleza escenográfica increíble, los ríos, algunos parques y las áreas circundantes son la evidencia de ello. Sin embargo soy mas critica en cuanto a nuestro edificios y calles. Valdivia no posee una buena arquitectura, salvo contado edificios que son excepcionales por su emplazamiento, forma y lo que representan. Me refiero a la Iglesia Luterana, el Correo frente a la plaza, el edificio de Asuntos Estudiantiles de la UACh, en el campus Teja, el Teatro Cervantes, la municipalidad, entre otros. También hay buenos barrios históricos, como la población Kulczweski en la Isla Teja, la Huachocopiue en el Regional, y las llamadas 'casas Cucu' cercanas al Hospital Regional.

Pero tras una rápida mirada a la zona céntrica nos damos cuenta de la fragmentación y la escasa relación que tiene el peatón con las construcciones. No hay un cuidado estético de los edificios que existen y los que se construyen. Por el contrario los letreros saturan las pocas y buenas fachadas de edificios que quedan y las nuevas construcciones son discordantes con lo construido, por tanto, no hay una lectura de continuidad urbana en fachadas, ni mucho menos de otros elementos como marquesinas que nos protegen de la lluvia y el sol.

Desde mi punto de vista de peatón puedo decir que es increíble el mal estado de las veredas, últimamente se ido arreglando, pero no basta con cambiar los pavimentos. El espacio público debe pensarse y proyectarse integralmente con mobiliario, marquesinas, arboles, iluminación, señalética, letreros, entre otros. Las calles y las veredas deben ser espacios que inviten al caminar y a la interacción entre personas.

Lo bueno de esta ciudad, es que pesar de ello, la gente sale a las calles, se toma un cafecito y conversa. Eso es propio de esta ciudad, con lluvia, frío, sol o pandemia, los valdivianos nos gusta la exposición y la interacción con los otros. Pocas veces se ve este fenómeno en otras ciudades donde la gente es mas introvertida.

¿De qué forma cree que se ha comportado la ciudad en la clásica relación de tensión entre modernidad y conservación del patrimonio?

- Pienso que la conservación del patrimonio que fuese, arquitectónico, natural, inmaterial es un tema sensible en las y los valdivianos. Ello tiene relación con el sentido de apropiación en cuanto representan aspectos relevantes de nuestra historia e identidad. El problema no es que rechacemos el desarrollo y los nuevos negocios, sino mas bien en la forma y proporción en como estos se instalan y las repercusiones directas en el entorno. Debemos apuntar a un equilibrio entre ambas partes, lo cual es complejo porque cada parte debe ceder.

Usted realizó el levantamiento y valorización de las arquitecturas de la Región de Los Ríos para el Programa Puesta en Valor del Patrimonio financiado por el BID. ¿Qué tan preponderante ha sido ese documento en términos de lo que se ha venido haciendo después en materia de inversión pública y rescate patrimonial?

- Ese proyecto lo ejecutamos hace unos diez años con un equipo multidisciplinar. En ese momento yo pensaba que el documentos y sus productos servirían para visibilizar nuestro patrimonio, sobre todos en los niños y jóvenes, pero creo que no fue así. Entiendo, que en su parte mas operacional fue la base para la recuperación de varios edificios en la región, la Casa El Llolly de Paillaco y el Teatro Galia de Lanco que se realizaron años después. Sin embargo, pienso que existen muchos de estos estudios que duermen en los archiveros, por tanto, podemos llenarnos de estudios y propuestas, pero a lo largo no llegan a nada.

Recientemente fue jurado en la elección del diseño de la nueva Biblioteca Regional, Archivo y Depósito Externo de Colecciones. ¿Fue complejo fue decidir por la propuesta ganadora?

- Toda elección es compleja porque se cruzan opiniones y argumentos diferentes que si bien escuchamos a veces no compartimos. En este caso la elección del proyecto ganador tenía un proceso claro de eliminación de propuestas que débilmente cumplían con los requerimientos. Ello permitió seleccionar un grupo que pasó a una semifinal, los cuales fueron analizados por una serie de criterios arquitectónicos, programáticos y estructurales que ahondaban en sus respectivas propuestas. Finalmente, el proyecto ganador es el resultado de la discusión disciplinar en cuanto a lo arquitectónico y técnica porque dentro del jurado contábamos con los especialistas en temas de archivos y bibliotecas.

¿Prevé un cambió importante en el paisaje gracias al nuevo edificio que se levantará en el Barrio Estación?

- Yo espero que sea un impacto potente para el lugar, no a la escala del casino, pero si lo suficiente para que se haga notar. No es menor la carga histórica de lugar de emplazamiento de la Biblioteca y Archivo de Los Ríos y esta propuesta es una postura contemporánea en el lugar. Sin duda tendrá detractores como todo edificio que funda algo nuevo, y en ese sentido creo mas en generar cambios que mantener el status quo.

¿Los proyectos que evaluaron son distintivos de alguna 'nueva tendencia' en la arquitectura de profesionales jóvenes?

- Al saber quienes son los ganadores o cuales llegaron a la semifinal me doy cuenta de los enfoques que hay entre las generaciones de arquitectos. No conozco en detalle el trabajo de todos los concursantes, pero si logro identificar a los jóvenes arquitectos que locales o no, con sus propuestas buscan sintonizar con el contexto a través de la reinterpretación de arquitecturas locales o artefactos que nos son familiares. Todos ellos están en la búsqueda de algo que construya sentido.

La Biblioteca Regional, el mejoramiento del MAC e incluso el nuevo puente Cochrane le cambiarán la cara a la ciudad. ¿Estamos entrando en una nueva etapa de desarrollo donde se nota más inversión o cómo se podría explicar ese fenómeno de tantas nuevas construcciones de alto impacto?

- Esperemos que así sea, pero como todo proyecto que se dibuja en el papel hasta que se corta la cinta, tiene un tiempo no menor. Bien lo sabemos con los años de espera del segundo puente que une la Isla Teja y centro de Valdivia. Yo no lo vería como un fenómeno, ya que es parte de las transformaciones propias de una ciudad en crecimiento y de propuestas que se vienen gestando desde hace mucho tiempo y que esperemos que se materialicen en corto y mediano plazo.

"Muchos catalogan a Valdivia como una de las ciudades mas bellas para vivir. Yo no creo eso (...) no posee una buena arquitectura, salvo contado edificios que son excepcionales por su emplazamiento, forma y lo que representan".

"La conservación del patrimonio arquitectónico, natural o inmaterial es un tema sensible en las y los valdivianos. Ello tiene relación con el sentido de apropiación en cuanto representan aspectos relevantes de nuestra historia e identidad".

"Me gusta la idea de pensar que desde la arquitectura y todo lo que ella implica, se manifiesta el ámbito de la exploración y del asombro. Eso es lo que busco traspasar a mis estudiantes, la capacidad de asombrarse tras un descubrimiento".

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