Trabajo compartido para uso del agua
Municipalidades, comunidad, gobiernos regional y nacional, tienen la misión conjunta de enfrentar la escasez hídrica. Entre las acciones, debiera incluirse la educación de la comunidad para dosificar el uso del recurso. De lo contrario, será más difícil que las medidas tengan éxito...
Hace unos días, la empresa Aguas Andinas de la Región Metropolitana envió una carta a 49 municipalidades del área en que trabaja, pidiéndoles que tomen medidas para ahorrar agua. Desde Los Ríos y considerando el reciente decreto de Escasez Hídrica emitido por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) resulta interesante observar ese llamado y pensar en una realidad regional marcada por un déficit de -4% de precipitaciones actual, en comparación con el período entre 1981 y 2010 (www.infraestructurapública.cl), pero de un -45% en 2021 en relación a un año normal. Sin olvidar que, además, existe una proyección de aumento de temperatura para la zona sur del país de 1,6 grados, antes de 2050 (www.amuch.cl).
En el caso local, según datos de Odepa, existe una disponibilidad natural de agua que supera los 169.500 metros cúbicos anuales por habitante; sin embargo su distribución no es pareja. De hecho, el Decreto mencionado incluye a todas las comunas, pero será especialmente importante en las comunas cordilleranas, lo cual coincide con la declaratoria de escasez hídrica comunal emitida por Panguipulli en agosto pasado.
Pero ¿qué pueden hacer los gobiernos comunales frente a la gestión del agua? De acuerdo a la Asociación de Municipalidades, lo más importante es catastrar la necesidad a través de la Ficha Básica de Emergencia (Fibe); entregar agua en camiones aljibe en las áreas más afectadas y trabajar con las comunidades para la instalación de sistemas de Agua Potable Rural (APR), todo en trabajo coordinado con los gobiernos regionales y la Secretaría Regional de Desarrollo Regional (Subdere), a través de los cuales se gestionan recursos. Por otra parte, ahora y en virtud de la resolución del MOP, la Dirección General de Aguas tendrá atribuciones especiales hasta mayo de 2022 para -entre otras- hacerse parte de la distribución del suministro en aquellas zonas donde aún no se hayan constituido organizaciones de usuarios.
Se observa, entonces, la necesidad de un trabajo en equipo de las distintas instancias públicas; entre cuyas tareas debe incluirse la educación para la población para dosificar el uso. De lo contrario, sin conciencia comunitaria, será más difícil que estas medidas tengan éxito.