Uno de los temas en la agenda pública actual del país es la inclusión. Amplia palabra que, básicamente, engloba la intención social expresa de que "nadie se quede atrás". Uno de los aspectos básicos en este ámbito es el laboral y hacia ello apunta la Ley 21.015, vigente desde 2018 en Chile, la cual obliga a empresas de 100 o más trabajadores a destinar el 1% de su dotación "a personas con discapacidad o asignatarias de una pensión de invalidez".

Actualmente, según datos de la Dirección Nacional del Trabajo, hay 5.002 empresas con contratos vigentes a nivel nacional, lo cual se traduce en 23 mil 701 trabajadores: mientras que en Los Ríos son 157 las empresas, con 354 contratados.

La cifra es baja. De acuerdo al Observatorio Laboral Uach-Sence, a nivel local solamente el 23% de las personas en situación de discapacidad tiene un trabajo estable y, por lo mismo, los niveles de vulnerabilidad económica en ese segmento son altos; en especial entre las mujeres.

En atención a lo anterior es que un objetivo para 2022 debiera orientarse hacia abrir más oportunidades de trabajo remunerado y formal para este grupo de la población. Durante enero, las empresas están obligadas a informar el cumplimiento que harán de la Ley de Inclusión Laboral y pueden hacerlo a través de la incorporación de personal o con medidas subsidiarias como contratación de empresas externas que cumplan la norma o a través de donaciones a instituciones vinculadas a la discapacidad. Pero, esto vale solamente en el caso de que la naturaleza de las funciones que desempeña no permita una presencia directa de operarios en esa condición (determinado por el seguro obligatorio de la Ley Nº16.744); o la falta de interesados en las ofertas de trabajo que se hayan formulado.

Claramente la norma establece un piso básico para cumplir. Lo ideal, sin embargo, sería que ella fuera superada voluntariamente, para que las oportunidades se multiplicaran. Pero, debe ir también de la mano con educación. Lamentablemente, la mayoría de los adultos que vive con discapacidad solamente tiene siete años de escolaridad (en Los Ríos el promedio de la población total es 10) y eso implica también una barrera de entrada que se debe ayudar a superar.

De toda el agua existente en el planeta, solo un 2,5% corresponde a agua dulce, de la cual un 69% se encuentra en estado sólido, presente forma de hielo en los polos y glaciares, mientras que menos de un 1% fluye por las cuencas en forma de ríos, arroyos y esteros. Así, el agua dulce que podemos observar directamente corresponde solo a una pequeña fracción de total existente en la tierra, la cual alberga una extraordinaria biodiversidad de peces, insectos, crustáceos, caracoles, entre muchos otros.

Chile cuenta con 1.251 ríos, los cuales están distribuidos en 101 grandes cuencas.

De estos ríos que mayormente nacen en las altas montañas, la mayor parte fluye y desemboca libremente en el Océano.

Sin embargo, gran parte de ellos están hoy amenazados por diversas actividades humanas, como la reducción de caudal, cambios en el uso de suelo, invasión de especies exóticas, contaminación y fragmentación de hábitats. Diversos estudios han demostrado los dramáticos efectos de estas perturbaciones, disminuyendo la riqueza y abundancia de especies, siendo el peor resultado la extinción de especies locales, ejemplo de esto es el Bagre Diplomystes chilensis, un pez endémico de nuestros ríos.

Día a día hay especies que son descubiertas por la ciencia, tal es el caso de la mosca de las piedras de ríos Diamphipnopsis oncolensis, descubierta en 2018, la cual solo habita en esteros de la costa de Valdivia. Para esta especie desconocemos completamente como se está viendo afectada su población producto de las actividades humanas que allí están ocurriendo.

Tal como no sabíamos de la existencia de esta mosca hasta hace un par de años atrás, nos debemos preguntar ¿Qué estará pasando con otras especies que aún ni siquiera sabemos que existen?

El documental Ríos Influenciando al Océano (RIO), de acceso gratuito en la plataforma YouTube es un trabajo colaborativo entre diferentes Universidades del centro y sur de Chile, el cual trata esta y otras temáticas, dejando en evidencia el cuidado de nuestros ríos y como estos son verdaderas venas de nuestro planeta, conectando procesos que ocurren en las montañas con la zona costera marina.

Pablo Fierro Académico-Investigador Instituto Ciencias Marinas y Limnológicas Uach