Aumento de casos de abusos sexuales
Las cifras regionales son preocupantes, pero también se debe reconocer que las denuncias todavía no reflejan la realidad. De acuerdo análisis del Observatorio de Derechos, solo un 30% de estas situaciones es denunciado y un 16% de los acusados recibe sentencias condenatorias...
Los casos de abusos sexuales y delitos de esta índole a nivel regional disminuyeron de 11.128 en 2020 a 9.779 en 2021, de acuerdo a cifras de la Subsecretaría de Prevención del Delito. Sin embargo, si esos números se desglosan y se fija la mirada solamente en los más vulnerables, es decir menores de 0 a 14 años, la diferencia es mucho menor con 2.364 hace dos años y 2.147 en el anterior. Preocupante.
Con un detalle todavía mayor, si se separan los datos de las víctimas por género, la situación evidencia violencia dirigida especialmente a las mujeres en general -5.841 en el período 2021- y a las niñas en particular: 1.839 de ese total.
Los datos coinciden con los dados a conocer hace pocos días por la PDI, que evidenció un alza de 82% en las denuncias por abusos sexuales comparando los datos de los últimos dos años y que también por la PDI en el último año, en comparación con 2020.
Los porcentajes son altos y hay que considerar que atrás de cada número hay una vida que se marca por un hecho traumático, acompañado regularmente por pérdida de protección, pues los victimarios suelen ser hombres (2.968 frente a 155 mujeres) y pertenecientes a los entornos cercanos o espacios de confianza de las familias.
En este contexto complejo, el principal llamado desde las policías y el Ministerio de la Mujer es a dar a conocer los hechos y seguir los conductos legales para que los culpables sean efectivamente detenidos y condenados. En ese ámbito -sin embargo- aún hay mucho que recorrer. De acuerdo análisis del Observatorio de Derechos, solamente un 30% de estas situaciones de vulneración a menores de edad es denunciado y solamente un 16% de los acusados recibe sentencias condenatorias.
Se trata, entonces, de un escenario en que deben movilizarse muchos elementos de la comunidad. Desde lo cultural cotidiano (no olvidemos la rutina humorística criticada hace pocos días que contenía inaceptables alusiones directas a violencia sexual), hasta lo oficial, que incluye facilitación de los trámites y del proceso. En esto se debe destacar el avance que significan la entrevistas videograbadas, que permiten recabar testimonios solamente una vez. Y es muy importante, porque la revictimización es una nueva vulneración de derechos.