Efectos de una guerra que crece
Rusia-Ucrania tienen al mundo occidental inquieto. Y en la vida cotidiana de Los Ríos ya hay efectos, sobre todo en la agricultura. En palabras sencillas, el conflicto a miles de kilómetros trae aquí aumento de precios en bencina, pan, carne y leche, solo para comenzar a enumerar.
El conflicto Rusia-Ucrania escala de manera muy preocupante. Hay conversaciones entre ambos países y, desde el sur del sur del mundo donde se encuentra Los Ríos, es necesario sumarse a los votos internacionales para un encuentro por la paz. Sabemos que la estabilidad occidental se encuentra amenazada y eso, en un planeta globalizado, resulta catastrófico, sin excepciones.
Al dolor humano de quienes luchan y migran, se suman los efectos económicos que se quedarán por muchos años no solamente en los territorios en conflicto; aumentando índices de pobreza transversales. A nivel local, ya se ven efectos en el alza en los combustibles, lo cual repercute directamente en la vida cotidiana de las personas, algo agravado por la crisis post pandemia.
También hay daño para una de las actividades centrales de la vida en nuestra región: la agricultura. El trigo y el maíz , especialmente. Representan el 45% de las plantaciones locales y, aunque debieran subir su demanda interna ante la carestía de la importación (se trae del exterior el 44% del total del consumo chileno), generarlos localmente -como todo- implica grandes gastos. Agroquímicos fertilizantes como la urea, han casi triplicado sus precios, pues gran parte de ellos viene de Europa del Este. Rusia representa el 13% a nivel mundial. Y si falta, tampoco abunda el forraje para animales. En palabras sencillas, la guerra a miles de kilómetros trae aquí aumento de precios en bencina, pan, carne y leche, solo para comenzar a enumerar.
Otro punto complejo es el temor de que las exportaciones efectuadas recientemente a toda la zona de conflicto podrían no ser pagadas a los agricultores; además, el acceso a otros mercados podría verse restringido. Nada alentador si el 12% de las exportaciones de esta zona incluyen frutas frescas y procesadas.
Se trata de panoramas confusos. Por ello, a nivel nacional y regional importa sobremanera que las nuevas autoridades den señales respecto de apoyo y reglas claras para un sector económico tan sensible.
Además, no se puede olvidar que él enfrenta una serie de inseguridades generadas por la violencia rural desde el Bío Bío a Los Lagos, precisamente el área geográfica de mayor incidencia en la generación de alimentos para Chile.