Chile se derrumba en el Maracaná y necesita un milagro para ir a Qatar
CLASIFICATORIAS. Brasil se impuso 4-0 sobre una Roja que nunca estuvo a la altura del desafío. Ahora debe derrotar a Uruguay y esperar otros resultados.
Una debacle vivió la Selección chilena en el estadio Maracaná. Como un aluvión, Brasil arrolló 4-0 a la Roja en Río de Janeiro y comprometió sus escasas posibilidades de clasificar al Mundial de Qatar.
La dura derrota, sumada al resto de los resultados de la penúltima fecha de las Clasificatorias (ver nota secundaria), deja a Lasarte y sus jugadores con la obligación de vencer a Uruguay el próximo martes en Santiago y, además, esperar otros resultados "milagrosos" para recién poder aspirar al repechaje.
Los 90 minutos
Tal como lo había anunciado, Tite, quien recibió algunas pifias al ser mencionado por altavoces en el estadio, mandó a la cancha su equipo "ultraofesinvo" con Alisson; Danilo, Marquinhos, Thiago Silva, Arana; Fred, Casemiro, Paquetá, Antony, Neymar y Vinicius.
Martín Lasarte alineó a la oncena que venía trabajando con mayor continuidad, ratificando el esquema 3-5-2: Claudio Bravo; Paulo Díaz, Gary Medel, Enzo Roco; Mauricio Isla; Charles Aránguiz, Claudio Baeza, Arturo Vidal, Gabriel Suazo; Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.
Bravo empezó a ser protagonista desde temprano. No iba ni un minuto cuando atrapó un débil disparo de Antony. Desde ahí no volvió a ser exigido hasta los 23', cuando capturó una pelota muy difícil tras una peinada brasileña.
Entre ambas acciones, la tensión y el dominio de Brasil fueron una constante. La Roja se defendía muy atrás y tenía muchos problemas para salir, por lo que todo se jugaba en tres cuartos de cancha y el nerviosismo de varios jugadores nacionales era evidente.
Tras esa buena acción del capitán chileno, el equipo empezó a asentarse en el Maracaná y a tener la pelota en territorio rival. Incluso se las arregló para inquietar a la sólida defensa local, con buenas combinaciones entre Sánchez e Isla y tiros de distancia de Vargas y Vidal.
Pero en los últimos tramos del primer tiempo retornó el asedio del "Scratch" y solo dos buenas intervenciones de Bravo mantuvieron el empate.
La pesadilla
Hasta que llegó el fatídico minuto 43, cuando Isla derribó en el área a Neymar y el juez Darío Herrera cobró el primer penal de la noche. El propio delantero del PSG lo cambió por el 1-0, derrumbando la resistencia chilena y también la ilusión.
Después de eso no solamente todo se vino abajo, sino que comenzó la pesadilla. Apenas 120 segundos más tarde, un muy mal despeje del capitán nacional quedó en el pecho de Antony, quien rápidamente habilitó a Vinicius Jr. para el 2-0.
La segunda etapa, sobre todo con el ingreso de Joaquín Montecinos por Enzo Roco, pareció traer algo de aguante. En la primera pelota que tocó el ex Audax Italiano, encaró por la derecha y mandó un centro que Vidal transformó en un revitalizador descuento, pero vía VAR se cobró posición de adelanto del "King" -también había mano de Montecinos-, apagando el tímido grito de remontada de la Selección Nacional.
Entonces empezaron además las malas noticias de cara al duelo del martes contra Uruguay, ya que fueron amonestados Díaz y Bravo y ambos quedaron suspendidos para el último partido de las Clasificatorias.
Una falta del meta del Betis significó un nuevo penal para Brasil, que esta vez fue convertido por Coutinho.
El partido estaba definido y la suerte de la Roja echada. Comenzó una dinámica aletargada, sin opciones de gol para ninguno, llena de cambios, tarjetas amarillas, empujones y pechazos. Durante varios minutos Chile volvió a hacer lo que no debía: correr detrás de la pelota, sin objetivo alguno.
Entonces Tite mandó a la cancha a Richarlison, uno que tiene el hambre de gol marcada el la frente y que en los descuentos puso el lapidario 4-0 con un tiro cruzado.
Lo que necesita Chile, aparte de derrotar a Uruguay es que Paraguay no pierda en Lima ante Perú y que Colombia no se imponga en su visita a Venezuela. Solo con esta combinación podría alcanzar el quinto lugar y el derecho a disputar el repechaje.