Apoyar campaña contra la influenza
Con el regreso a actividades con menos restricciones es preciso redoblar esfuerzos frente a las enfermedades respiratorias. Distancia social es también un buen consejo. En los dos años recientes, con cuarentenas y aforo limitados, los índices de influenza disminuyeron en el país y la región.
Más de 186 mil personas son el grupo objetivo para la campaña de vacunación contra la influenza de 2022 en Los Ríos. La cifra es superior a la de años anteriores, cuando se buscaba alcanzar a 140 mil habitantes de la región y también es mayor la necesidad de cubrir un alto porcentaje de ese universo.
Adultos mayores, enfermos crónicos e inmunodeprimidos, embarazadas y menores de cinco años de edad son los llamados en primer lugar; como también el personal de la salud y quienes trabajan en faenas con aves y cerdos. Tal como ha sucedido con la campaña por coronavirus, entre más personas sean las inmunizadas, mayor será el efecto de protección frente a esta enfermedad respiratoria, que también puede llegar a ser mortal y altamente contagiosa.
Para ella también valen los consejos de lavado frecuente de manos y evitar aglomeraciones. De hecho, las estadísticas de los años en que hubo restricciones de movilidad (2020-2021) bajaron significativa en comparación con los previos a la crisis sanitaria por coronavirus.
Ahora, con la región completa en fase 4 y aforos menos estrictos, la inquietud por la influenza regresa y, por lo mismo, generar conciencia y colaborar es necesario.
Por otra parte resulta positivo recordar el esfuerzo país que supone una campaña de estas características. Se trata de un gran despliegue de la salud pública, el cual forma parte del Plan Nacional de Vacunación, una estrategia exitosa que funciona oficialmente desde 1978, pero cuyos orígenes se remontan a inicios del siglo XIX. La primera ley de Vacunación Obligatoria fue dictada en 1918 y permitió controlar la viruela, una situación tanto o más grave que la vivida desde 2020 y que cobró más de dos millones de vidas. Por covid los decesos suman 55.147 hasta ayer.
Claramente, las vacunas son sinónimo de bienestar y protección desde la infancia. Y ahora no es la excepción. De hecho, no se puede obviar que la mayoría de las víctimas fatales recientes de la pandemia en la región (116 sólo en marzo) son personas que no han completado sus esquemas de recepción de dosis.
Ese antecedente obliga a reiterar con fuerza el mensaje para apoyar la vacunación. No basta tener las herramientas para combatir un problema sanitario; se requiere de la presencia activa de la comunidad.