Chile y Bolivia ante caso Silala
Chile regresa a la Corte Internacional de Justicia en virtud de la decisión adoptada el 2016, y por la cual -el gobierno de Bachelet- se adelantó a la amenaza boliviana de demandar a nuestro país por el asunto del río Silala.
La demanda nacional evidenció, en un primer momento, la existencia de una diferencia relativa al estatus jurídico que Chile y Bolivia reconocen a las aguas de este río.
Mientras Chile señalaba que éstas son parte de un sistema fluvial que nace en Bolivia y que genera un curso de agua que llega a nuestro país en función de la gravedad, Bolivia aducía que el agua que llega a Chile es producto de una canalización artificial, por lo que nuestro país no tendría ningún derecho respecto al aprovechamiento de estas aguas.
Sin embargo, esto cambió el 2018, en función de la respuesta altiplánica a la memoria presentada por Chile. Esto es así, ya que Bolivia modificó no sólo el tenor de su discurso, sino también su estrategia jurídica. Ahora, Bolivia sí reconoce que estas aguas traspasan naturalmente la frontera que divide a ambos países, por lo que -en esencia- le da la razón a la postura original de Chile, lo que implica que La Corte debiera establecer que el Silala es un cauce de aguas internacionales, reconociéndose -en consecuencia- una serie de obligaciones internacionales que deben ser cumplidas por los Estados ribereños en el marco del derecho internacional consuetudinario, como por ejemplo, el derecho al uso equitativo y razonable de las aguas, así como la obligación de adoptar todas las medidas necesarias que prevengan cualquier tipo de daño que pudiera afectar a las aguas que llegan a los países ribereños, entre otras.
No obstante, la nueva posición boliviana aduce que, a partir de la existencia de canalizaciones artificiales, el caudal que llega a Chile es mayor que el que debiera llegar por gravedad, lo que evidenciaría no sólo un aprovechamiento ilícito de estas aguas, sino también la existencia de un flujo artificial, lo que ameritaría no sólo ser corregido, sino también reparado.
Pedro Díaz Polanco Dir. Escuela Administración Pública Universidad Austral de Chile
Conciencia sobre autismo
El 2 de abril, es el Día Mundial en el que se conmemora la Concienciación sobre el Autismo, decretado por la Organización de las Naciones Unidas.
En Chile, aún se desconoce la prevalencia específica del Espectro del Autismo.
No obstante, según un estudio epidemiológico específico la prevalencia ha aumentado, siendo 1 de cada 51 niños y niñas con esta condición, lo que refleja una tasa mucho mayor en comparación a otros países latinoamericanos.
En 2010, entró en vigencia la Ley 20.422 que establece una serie de normativas respecto a la Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad.
Dentro de ellas, lo más relevante son los deberes del Estado en materia de inclusión, considerando la promoción de igualdad de accesos para una mejor calidad de vida, diversas acciones que impulsen y promuevan el desarrollo de la autonomía personal y mayor acceso a la salud.
Si bien dicho marco legal refleja un avance, a la fecha no representa ni refleja todas las barreras sociales que las personas neurodiversas y sus familias deben enfrentar en el diario vivir.
Por ello, actualmente se discute un proyecto de ley que busca garantizar la atención de personas con esta condición desde un enfoque biopsicosocial, comprometiendo al Estado para que asegure un diagnóstico temprano, que garantice los derechos de las personas dentro del espectro del autismo en nuestro país, que potencie su desarrollo educativo; permitiendo además reducir brechas en torno a la calidad de vida y que fomente oportunidades de inclusión social y cultural; y que tal como lo establece la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad se garantice el derecho y acceso a la cultura y a sus diferentes actividades.
Víctor Ignacio Romero Rojas Director Fundación Mawen Académico UC
¿Algo nos bajará del auto?
Durante la pandemia y los meses de encierro mucho se dijo de los cambios que haríamos en nuestra manera de vivir, hablábamos de lo limpio que estaba el aire, o de cómo la naturaleza había logrado descansar de los humanos.
Pero con la llegada de marzo y el fin de buena parte de las restricciones, pareciera que muchas cosas fueron olvidadas. Por lo que es momento de que reflexionemos sobre cómo nos movemos por la ciudad, considerando si los métodos que usamos son los más eficientes y si ese trayecto que realizamos a diario no nos está desgastando más de lo que debería. Además, preguntarnos sobre las alternativas que se tiene, mirando costos, tiempo y por supuesto, nuestro impacto ambiental.
Hoy la bicicleta es un medio de transporte viable, y la ciudad ha avanzado mucho en su infraestructura y en la convivencia con otros medios de transporte, por lo que el llamado es a no ser parte del alto tráfico si no de la ola que busca un transporte diferente, eficiente, sustentable y beneficioso para quienes lo utilizan.
Alex Ferreira Tembici Chile