Bosques plantados
Los productos de origen forestal están presentes en la vida cotidiana, son bienes que satisfacen necesidades básicas, como la madera en la construcción, hasta el empaque de cartón con la pizza que pedimos.
Por ello es fundamental garantizar la continuidad de sus beneficios para la sociedad con base en un recurso renovable gestionado de manera sostenible. De partida, es necesario que la tasa de cosecha del bosque esté en equilibrio con su crecimiento, es decir, que se pueda obtener un rendimiento sostenido.
Sin embargo, no es sencilla la implementación efectiva del concepto de rendimiento sostenido, ya que el valor presente de los productos genera una presión de sobreexplotación del bosque, cuyos efectos negativos se detectan con años de rezago, por cuanto obtenemos los bienes que consumimos en lo inmediato, pero paulatinamente nos quedamos con un bosque degradado. De hecho, es lo que pasó con el bosque nativo.
Afortunadamente hoy la situación es sustancialmente mejor debido a la certificación de la gestión forestal sostenible, que surgió a fines de los '90 en la sociedad civil para responder a la demanda mundial por garantías sobre la permanencia de los recursos forestales a largo plazo. Es un instrumento de mercado que promueve la producción responsable en lo ambiental y social, tanto en relación con las comunidades rurales como con los trabajadores forestales.
Para obtener la certificación, las empresas forestales deben cumplir el estándar de PEFC Chile requiere que se conserve el bosque nativo, se cuide la biodiversidad, el agua y el suelo, y se mantenga el CO2 capturado en los árboles, es decir, que la producción de bienes vaya junto con la provisión de los servicios ecosistémicos.
En Chile, el 98% de los productos forestales tiene su origen en bosques plantados de pino y eucaliptos, con más del 60% de este recurso renovable bajo un uso sostenible certificado desde 2004 por organismos de certificación de tercera parte, con base en auditorías externas. Esto implica que las empresas certificadas llevan cerca de 20 años aplicando mecanismos de mejora continua en su gestión.
Por consiguiente como consumidores responsables podemos vincularnos con productores responsables prefiriendo aquellos productos con el sello de origen sostenible PEFC, sin problema.
André Laroze PhD en Recursos Forestales Sec. Ejecutivo PEFC Chile
Limona con membrillo
El dulce de manzana limona con membrillo es la predilección de algunos, una variante de todo lo que en abril nace sobre las ardientes estufas y fogones del Huillimapu. El membrillero (Cydonia oblonga) es uno de los frutales de pomáceas que acompañó al manzano en su introducción a Chile, al producirse la invasión hispana en el siglo XVI, siendo posible desde entonces encontrarlos juntos en los huertos. En 1977 el historiador Eugenio Pereira Salas le asignaba un papel destacado a las monjas de la colonia en el trabajo culinario del agridulce de esta fruta, anotando que ellas "cocieron en las grandes pailas de cobre, el dulce de membrillo y las jaleas".
En 1846 Claudio Gay apuntaba que "cocidos se hacen con ellos jaleas, mermeladas, confituras y otros dulces o licores, jarabes, etc"y en 1859 su contemporáneo Vicente Pérez Rosales enfatizará igualmente que "el membrillo, sirve, por lo general, para hacer dulces, algunas veces se exporta seco como «orejones» . Ya en pleno siglo XX, Karl Reiche sentenciará que "el manjar que se prepara con sus frutas llamado dulce de membrillo, no debiera faltar en ningún hogar" (Geografía botánica de Chile, 1934).
En junio los habitantes sirven su dulce de limona con membrillo en la cocina. Es un presente extemporáneo y atípico, la extraña presencia del verano todavía, la claridad guardada de otros días. Es la última cosecha de abril, su gracia capturada y puesta en la mesa, como un fogonazo de aroma. Es el sueño de una noche veraniega con un acento de otoño.
Juan Navarrete Espinoza Licenciado en Historia UACh juanepdlc@live.cl
CEP y migración en Chile
Los resultados del Estudio Nacional de Opinión Pública, realizado por el Centro de Estudios Públicos (CEP) arrojan datos preocupantes en torno a la migración. Esta aparece entre los principales problemas a los que debería dedicar mayor atención el gobierno, con 13% de importancia. Asimismo, en la pregunta sobre si Chile debería permitir o prohibir la inmigración, un 61% dice que prohibirla.
Al contrastar estos datos con los arrojados por el Barómetro de Percepción de la Migración, de la Fundación Interpreta, el cual entre enero de 2021 y de febrero de 2022 registró un total de 91.944 menciones discriminatorias en medios de comunicación y redes sociales, se puede notar una confluencia.
A esto se suman los retrasos en procesos de regulación y falta de atención pública en el Servicio Nacional de Migraciones, que conllevan a la precarización de las vidas migrantes, así como a su percepción como foco de vulnerabilidad.
Todo ello pareciera formar parte de una campaña de desincentivo a la migración desde diversos sectores. Por tanto, otro desafío para el actual gobierno es generar condiciones reales para la convivencia de todas las personas que habitan Chile.
Nairbis Sibrian Facultad de Comunicaciones UDD