La nueva publicidad
Chile está atravesando cambios sustantivos y profundos. El estallido social, sumado a la crisis global que trajo la pandemia, contribuyó a una profunda transformación del país y, en consecuencia, de las personas y consumidores.
Este contexto exige a las marcas ir más allá: ser innovadoras, tener un propósito relevante y asumir de forma ineludible su compromiso con la sociedad, la cultura y el medio ambiente. Es aquí donde las "marcas ciudadanas" cobran un valor fundamental, al poner a la sociedad en el centro del negocio.
Durante estos últimos años, el gran desafío del mundo de la publicidad ha sido tomar conciencia de los profundos cambios sociales que han venido ocurriendo en el país. Es necesario adaptarse a un nuevo escenario, donde no solamente cambian radicalmente las preferencias de los consumidores, sino que también lo hacen sus aspiraciones, expectativas, opiniones, y por supuesto, su relación con las marcas.
Alejandra Ferrari Directora ejecutiva Asoc. Chilena de Publicidad, ACHAP
Prevención en nuestras manos
Mañana, 26 de junio, se conmemora el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas. Y lo primero que me surge es la pregunta: ¿estamos ganando esta lucha? El PNUD reporta que Uruguay, Argentina y Chile son los países con mayor consumo per cápita de cocaína. Según Senda, los adolescentes chilenos tienen el consumo más alto de marihuana en América del Sur, generando la principal causa de adicción de aquellos en tratamiento. ¿Qué estamos haciendo mal?
Un estudio en Australia, que siguió desde los 12 a los 16 años a casi 2000 adolescentes, logró determinar que el principal factor de riesgo para el consumo de alcohol desmedido es que los padres sean quienes inician a sus hijos e hijas en el trago.
Localmente, observamos que el aumento en el consumo escolar de la marihuana se dio en simultáneo con la disminución de la percepción de riesgo de los padres, madres y cuidadores.
Los datos nos dicen algo fácil y difícil de asimilar: está en nuestras manos, como adultos responsables, establecer estándares seguros de comportamiento.
Si queremos que nuestras fuerzas se concentren en un punto, como lo hace el clavo al entrar en la madera, necesitamos enfocarlos a la prevención que se juega en cada casa del país. Y para ello hay que apoyar a las familias, para que puedan proteger y acompañar en este proceso.
Raúl Perry Fundación San Carlos de Maipo
Arrojo y valentía de madre
En el diario vivir ya es habitual ver en las portadas informativas los constantes "portonazos", en muchos casos realizados por menores de edad.
Uno de los casos más impactantes que he visto fue el de una madre corriendo por las calles iquiqueñas, gritando y llorando con angustiosa desesperación y terror, no tras su auto robado por menores, a punta de pistolas, con extrema violencia, sino por su pequeño hijo que iba a bordo del móvil. El grito de esa madre, como una leona amenazada, pidiendo auxilio por su bebé, se escuchaba en el aire, como un eco desgarrador, cual si le hubiesen arrancado el corazón.
Junto a mi familia quedamos impactados por el gesto de clamor e impotencia de esa madre pidiendo auxilio, que sentimos como nuestro, derramando más de una lágrima.
Fiereza y pujanza como la demostrada por esa madre es lo que describe el arzobispo chileno Ramón Ángel Jara, en su recordado poema: "Hay una madre", que en uno de sus fragmentos nos dice : "Una mujer que siendo vigorosa se estremece con el vagido de un niño y siendo débil se reviste a veces con la bravura del león".
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepulveda@gmail.com
Empleo y familia
En Chile ya no se puede hablar de avance del empleo femenino, sino que nos referimos -lamentablemente- a una "recuperación" de éste, luego de que se viera tan impactado por la pandemia, calculándose un retroceso de casi una década en la presencia en la fuerza laboral.
El estudio del Observatorio del Contexto Económico (OCE udp) Informe Zoom de Género, elaborado con la Fundación Chile Mujeres indica que en el trimestre febrero-abril 2022 se crearon 42.092 empleos para mujeres, de los cuales 87,4% fueron informales. Estos datos, dan cuenta que las mujeres con hijos e hijas pequeñas se ven forzadas a trabajar en la informalidad debido a la poca flexibilidad y conciliación de la vida laboral, lo que se traduce en mayor inestabilidad económica, incertidumbre y vulnerabilidad para toda la familia.
Mejorar la calidad del empleo femenino debe ser un esfuerzo tanto público como privado. Políticas y beneficios de diversa índole pueden sumar a esta situación de desventaja
Esto no sólo beneficia a las trabajadoras, sino también a las empresas, que al formar equipos más equitativos y diversos, tienden a lograr mejores resultados y propician una productividad más sostenible a largo plazo, según ha declarado la Organización Internacional del Trabajo, OIT.
Alejandra Fuenzalida ONG United Way