Busca a su hermana
Hace muchos años, mi hermana se perdió y nunca más supimos de ella. Era una guagua y nadie nos dio una explicación.
Se llamaba Juana Rosa, nació el 21 de diciembre de 1983 y tenía una condición especial: seis dedos en una mano y en un pie. A mi mamá le dijeron que la llevarían desde Panguipulli a Valdivia para operarla y que después la tenía que ir a buscar. Pero cuando ella llegó al Hospital de Valdivia le dijeron que nunca llegó, que la niña se perdió. Y nadie le dio explicaciones. Yo la vi consumirse por la pena.
Ha pasado mucho tiempo, pero he visto reportajes en que hablan de niños perdidos en ese tiempo. No sé a quién pedir ayuda, para ver si se investiga y podemos al fin saber qué pasó con mi hermanita.
Enrique Nautulpan Colipan
Hepatitis medicamentosa
Gran parte de la población asocia los problemas al hígado con el alcohol o como consecuencia de algunos virus (como los de la hepatitis A, B, C, D y E). Sin embargo, los medicamentos, sustancias químicas y hasta algunas hierbas pueden ocasionar graves daños a este órgano, poniendo en riesgo la vida de quienes los padecen.
La hepatitis tóxica medicamentosa es una inflamación al hígado como reacción del sistema a sustancias -como las mencionadas- o el abuso de éstas, pudiendo provocar un daño hepático permanente o fallas agudas que, en algunos casos, podría conllevar la necesidad de un trasplante o la muerte del paciente. Lamentablemente, no existe una prueba específica para diagnosticarla (sólo se puede al ir descartando un sinnúmero de otras causas) pero su prevalencia es mayor en personas que consumen múltiples fármacos, especialmente en adultos y personas mayores.
Según estudios nacionales, éstas configuran el 10% de las hepatitis agudas en adultos y más del 40% en los mayores de 50 años, representando aproximadamente el 25% de las causas de fallas hepáticas fulminantes. Estas últimas, junto con la cirrosis, representan las principales indicaciones -y necesidad- de trasplante en adultos.
Por eso, como especialistas, somos enfáticos en insistir sobre la importancia de no automedicarse, consultar con un profesional competente ante cualquier malestar y a usar racionalmente los medicamentos, sobre todo uno de los más consumidos en el país como el paracetamol y antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
A fines del 2021, el Instituto de Salud Pública (ISP) informó que el paracetamol es el medicamento más vendido en el país, seguido por otros como el ibuprofeno y el ketorolaco (ANIEs).
No podemos permitir que el daño hepático causado por medicamentos llegue a convertirse en un problema de salud mayor, sobre todo si consideramos que -en los peores casos- se requerirá de un trasplante, cuya lista de espera supera las dos mil personas en nuestro país.
En pocos días se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis y es momento de tomar conciencia que los medicamentos no pueden ser consumidos sin la orientación de un especialista médico, porque todos conllevan algún tipo de riesgo, que dependerá de la dosis y el historial de cada persona.
Paula Molina Química farmacéutica
Derecho al ocio en la infancia
Los períodos de vacaciones o receso educativo suponen, en el pensamiento de muchos adultos, momentos en los que se debe "asegurar" la entretención de niños y niñas, generando un sin fin de actividades y panoramas que impidan que el aburrimiento infantil asome. Es como si las capacidades parentales se jugaran en ello.
Hay varios supuestos detrás de esta idea que se sustentan más en las comprensiones y expectativas de la vida adulta, que en un verdadero conocimiento de las capacidades y maneras de actuar y disfrutar de niños y niñas.
Por un lado, está la idea de que la capacidad de generar diversión es externa y adulta, y por otro, que la entretención se sustenta principalmente en estar "activos".
Contrario a lo que se pueda pensar, la disposición al ocio es una capacidad humana útil y necesaria, que puede ser cultivada y desarrollada desde los primeros años de vida.
Permite descubrir habilidades propias, conocerse a sí mismo, orientarse hacia algún propósito, desarrollar la autonomía y la capacidad de tomar decisiones, por nombrar solo algunas de sus potencialidades. Porque no tener un plan da la opción de generarlo y con ello desplegar estas capacidades.
Crear, explorar, experimentar y disfrutar pueden ser consecuencias del ocio, y la generación a partir de ello, de experiencias desafiantes y entretenidas, el punto de partida en el desarrollo de un pensamiento divergente e innovador, clave para desenvolverse en el mundo hoy.
En el actual contexto de sobre carga mental y física generado por la pandemia, en el que el descanso es fundamental para un adecuado desarrollo y bienestar, la invitación es a confiar más en las capacidades de niños y niñas, acompañar su creatividad, observarlos y escucharlos, seguir su compás, pero, sobre todo, reconocer al ocio como su derecho.
Claudia Lagos Serrano Directora Ejecutiva Fundación Integra