Educación, un debate
La propuesta de Constitución señala, respecto de la educación, que : "La educación pública constituye el eje estratégico del Sistema Nacional de Educación; su ampliación y fortalecimiento es un deber primordial del Estado, para lo cual articulará, gestionará y financiará un Sistema de Educación Pública de Carácter laico y gratuito, compuesto por establecimientos e instituciones estatales de todos los niveles y modalidades educativas." (Art. 36 N° 8). El texto es claro y dice que la educación tendrá un carácter cada vez más estatal y que será laica.
Determinar el por qué lo dice es hasta cierto punto fácil, se refiere a enfatizar el rol primordial del Estado en la gestión de la educación pública. Pero un dato importante y que el texto omite, es que se rechazó el derecho a crear y mantener colegios no estatales, y que es una condición democrática fundamental que establecen los convenios y tratados internacionales suscritos por Chile. La creación y la continuidad de los colegios no estatales dependerá de la mayoría simple de un Parlamento unicameral.
La educación particular subvencionada y la particular pagada quedan en total indefinición en cuanto a su posibilidad de funcionamiento futuro y las condiciones que deberán cumplir para funcionar.
¿Por qué el texto se refiere sólo a la educación pública? Cabe decir que, si un programa político pretendiera instaurar una educación estatal hegemónica, que imparta contenidos programáticos, tendría con esta Constitución el camino despejado para hacerlo.
El articulado de educación clama por ser debatido. El tener una buena educación es un derecho, el futuro de los niños y niñas no es un juego. Es de suma importancia contar con un debate profundo, con ideas claras, que aporten a que la enseñanza sea el eje central de la discusión con altura de miras y con la importancia que se le debe dar , antes de la medianoche del 3 de septiembre.
Felipe Varela Director de Mi Derecho a Educar
Tolerancia y próximo voto
Queda poco tiempo para el plebiscito constitucional y cada vez más se aprecia que existe un debate de ideas asociadas a principios y creencias con un fuerte contenido afectivo, en el que las emociones surgen de forma impulsiva generando, en algunos casos, descalificaciones, insultos y agresiones entre los participantes de una conversación relacionada con este tema, instancia tan necesaria para emitir un voto informado.
Para comprender estas situaciones de conflicto, se requiere considerar que el entorno social se construye a partir de las relaciones con otros, por ende, todo el conocimiento que adquirimos es parte de las situaciones vividas con los demás en un espacio y tiempo. Ese mundo de significaciones manifestadas por aquellos que entran en relación determinará la forma de percibir la realidad y, por lo tanto, influirá en la toma de decisiones, desde las más sencillas hasta las más complejas.
Teniendo presente esta explicación, se pueden entender un poco más las diferencias al momento de expresar ideas, pensamientos y creencias, pues estas divergencias pueden contribuir a nutrir una mirada de futuro que permita validar las diferencias, pero no las desigualdades.
Para enfrentar un proceso cívico tan importante como el plebiscito constitucional, se requiere de información y tolerancia en los momentos de discusión, nada se consigue con descalificar a las personas que expresan sus ideales, se requiere un debate de ideas y no uno que atente en contra de la persona.
Respeto por el otro es la base para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y tolerante, en la que se valoren las diferencias y no las desigualdades que afectan la dignidad de las personas. Esta es una lucha transversal, que no tiene color político, y no es solo atingente a lo económico, sino también a las dimensiones sociales, cognitivas y afectivas como parte del desarrollo humano.
Votar es un derecho, descalificar o agredir no.
Ivonne Maldonado Psicología UDLA
Trabajo y personas cuidadoras
De acuerdo con una reciente encuesta, el 93% de las personas de nuestro país creen que el teletrabajo debería ser una medida flexible permanente para quienes se desempeñan como cuidadores.
El mundo cambió tras la pandemia y el trabajo remoto está, a pasos agigantados, dejando de ser un beneficio de pocos para transformarse en una exigencia, o bien en la norma actual.
La gente está buscando mayor compatibilidad entre el trabajo y el tiempo personal y quienes hoy tienen una labor de cuidados, necesitan bajar la carga de estrés al momento de convivir con ambos roles.
Además, de existir esta flexibilidad, un mayor número de mujeres pueden atravesar el techo de cristal e impulsar el desarrollo de sus carreras. Cabe mencionar que la implementación de este tipo de políticas tiene un efecto positivo dentro de la cultura organizacional, lo que lleva a un incremento de la productividad.
Hoy la flexibilidad es clave y quienes no se sumen quedarán, inevitablemente, atrás.
Catalina Fernández Correa ManpowerGroup