"Ahora es el momento en que debemos involucrarnos para generar cambios"
PRESENCIA. La periodista, investigadora y activista relata cómo se ha trabajado para reducir las brechas de género.
Más que por influjo de cercanos y amigos, Daniela Casal escogió estudiar periodismo como una respuesta natural a su perfil profesional vinculado a la investigación y a su interés por saber más sobre las cosas. Dice que desde pequeña se caracterizó por ser inquieta y por el desarrollo de habilidades que finalmente logró afinar cuando entró a la carrera en la Universidad Austral de Chile.
Durante sus primeros años laborales ejerció en Valdivia. Luego partió a Santiago hasta que el estallido social cambió el panorama. Entonces decidió volver para estar más cerca de su familia y abrir nuevos caminos desde el sur. Su regreso se produjo en aquellas semanas de movilizaciones habituales por las calles de la capital de Los Ríos; y de encuentros autoconvocados de diversos sectores dispuestos a compartir experiencias sobre sus respectivos quehaceres.
Fue en ese contexto donde las mujeres de la comunidad creativa comenzaron a tomar más fuerza. Era necesario visibilizar la falta de espacios seguros para el arte en general y la música en particular, además de propiciar un empoderamiento que traería un positivo impacto a gran escala.
Paso a paso
Daniela Casal es mamá de Magdalena Caro (18). En paralelo a su labor como periodista ha incursionado en el canto. Fue vocalista de la banda La Negra Macumba y en reiteradas ocasiones la han convocado a proyectos de géneros como jazz, ska y rap. También se ha dedicado a componer letras de canciones y a ejercer en el área de comunicaciones de diversas iniciativas.
Aunque en la universidad se especializó en la comunicación social de las ciencias, decantó por las artes, las culturas y el patrimonio. Una de los primeras iniciativas que integró fue Cantoras Populares de Los Ríos, donde se encargó de investigar sobre aquellas mujeres de distintas comunas dedicadas a poner en música sus costumbres, tradiciones y realidades de sus entorno inmediatos.
"Ellas permanecían y siguen ocultas, sobre todo en el ámbito rural. Tienen un trabajo muy importante, pero que no es muy reconocido, entonces pude visibilizar sus diversas problemáticas", explica.
Desde aquella propuesta, que está en desarrollo permanente desde 2016 bajo la coordinación de Natalia García, la periodista pasó a formar parte de Gestoras en Red Chile y Latinoamérica, una articulación de mujeres trabajadoras de las artes y las culturas en pro de una relación colaborativa.
La plataforma le permitió enterarse de las problemáticas de las mujeres en el sector creativo, lo que finalmente sumaría a las discusiones en Valdivia de la Asamblea de Mujeres Trabajadoras de la Música. Ahí se topó con Marcia Paredes, Carolina Salinas y Beatriz Hermosilla, entre otras mujeres fundamentales de la creatividad local.
Plataformas
En los encuentros post estallido social nació Lluviosa, un festival organizado por mujeres y con mujeres en escena. "Necesitábamos un lugar donde sentirnos cómodas desde todas las áreas en las que trabajamos y donde nuestra labor como mujeres fuera valorado", dice.
Lluviosa terminó siendo la respuesta a la falta de espacios en Valdivia y Los Ríos para las mujeres en la música. ¿Llegaron a esa conclusión en las discusiones de contexto hacia la creación del festival?
- En las asambleas de trabajadoras de la música hicimos varios análisis. Fueron mesas de trabajo muy productivas en las que cada cual compartió lo que le había tocado vivir hasta el momento. Nos dimos cuenta que para nosotras no es limitante el ser mamá o tener otras ocupaciones, a diferencia de lo que el resto sí consideraba que son impedimentos para desarrollarnos como artistas. En los encuentros también pusimos en cuestionamiento el hecho de que el ámbito cultural y musical siempre había estado a cargo de hombres, rodeados de hombres y con toma de decisiones en favor de hombres. No había consideración mayor para que surgieran opciones para las mujeres, ni siquiera en áreas técnicas de la música que sigue siendo una falencia regional y local. El fenómeno tal vez es porque la mayoría de