La tradición del rodeo chileno
Nuevas generaciones, mujeres en las competencias y liderazgos, apertura a la comunidad y resguardo de las costumbres campesinas, marcaron la temporada 2022. Abrir puentes para la difusión de esta actividad tradicional es importante. Se trata del deporte nacional y de una expresión de la cultura campesina.
Con una ceremonia especial, llena de momentos emotivos y simbólicos, la Asociación de Rodeo Chileno de Valdivia llevó a cabo la premiación del Cuadro de Honor de la temporada 2021- 2022, evento en el cual fueron distinguidos jinetes, dirigentes y organizaciones que participan en la actividades del deporte nacional en Los Ríos.
La jornada estuvo marcada por varios elementos importantes de destacar, comenzando por su valor de reencuentro y reconocimiento deportivo. Fue la primera ceremonia efectuada tras las restricciones de la pandemia, contingencia que obligó al rodeo -como a todas las manifestaciones de la vida cultural de Chile- a disminuir aforos, evitar la presencia de público y extremar precauciones. Pese a ello y gracias a la generación de reglamentos sanitarios transitorios, lograron completarse 18 rodeos, 3 de primera categoría y 15 de segunda. Además, diez colleras llegaron al Clasificatorio Zonal Sur efectuado en Osorno y cinco, al Campeonato Nacional.
En segundo lugar, fue una actividad con marcada presencia de jóvenes jinetes que van iniciándose en la práctica de esta disciplina tradicional; además se evidencia el aumento significativo de mujeres, tanto corriendo en las medialunas, como en la dirigencia. En particular fue relevado el trabajo de Bertina Martínez, presidenta el Club de Rodeo de Río Bueno, institución también premiada como el Mejor Club de la Asociación Valdivia.
Un tercer punto fue el homenaje a los líderes. Hubo cambio de directiva (Mauricio Bernier entregó el mando a Rafael Melo) y un premio especial a la trayectoria de Adolfo Melo Arens, quien desde 1966 ha contribuido como competidor; como criador aportando al desarrollo de la raza de caballos chilenos, a través de Alucarpa; y como dirigente, méritos que lo convirtieron en miembro honorario de la Federación de Rodeo Chileno.
Otro elemento presente en la ceremonia de la Asociación fue la voluntad de abrirse a la comunidad y difundir -con conciencia de las críticas- los elementos que cimentan el rodeo como expresión de la cultura campesina en general y del sur en particular. Tender puentes de diálogo en esta materia es importante, para derribar mitos y reforzar el patrimonio común.