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Todo sobre mi madre marginal y provinciana

El hogar de Édouard Louis, cuando era niño y tenía otro nombre, era una comunidad de infierno compartido. En su última obra revisa su experiencia como víctima y a la vez agresor de su propia madre.
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A Édouard Louis lo tienen sin cuidado las amenazas de muerte. A sus 30 años, el nuevo "enfant terrible" de las letras francesas dice que continuamente recibe mensajes de ese tipo, pero entiende que son bravatas de gente conservadora que no comulga con sus valores ni entiende su lucha. No va a contestar nunca a lo Houellebecq. Lo suyo es un estoicismo de vieja escuela, a lo Jean Genet, a quien Louis reconoce como un referente.

En su última obra, "Lucha y metamorfosis de una mujer", Louis otra vez recurre a su propia vida para mostrar la marginalidad de la clase baja de provincia. Y ahora se atreve a hacerlo con su madre como protagonista.

-¿Te pusiste a escribir para entender mejor a tu madre o también por la culpa que sentías?

-Al inicio, no sentía la culpa, era más una incomprensión. Durante mi infancia, fue una mujer muy dura y agresiva, que me decía: "¿por qué hablas como mujer?", "¿por qué hablas como un maricón?", "¿por qué estás caminando como un maricón?". La odiaba. La explicación es que yo y mi madre estábamos sufriendo de la misma cosa: la dominación masculina. Ella como mujer y yo como gay, pero separados. Mi padre le exigía limpiar la casa, cocinar, cuidar a los niños, todo, y mi madre se estaba sofocando y por eso no era buena conmigo. Ni yo con ella. Con este libro intenté comprender por qué al final sí nos pudimos encontrar.

-¿El hecho que tú también fueras agredido por tu padre por ser gay te facilitó la tarea de entender a tu mamá como una víctima?

-El corazón de este libro es la paradoja de la dominación. Yo era un chico que no podía ser "macho", ser bueno en el fútbol, salir con chicas. Yo miraba todo desde otro lado mientras mi padre quería decidir lo que yo podía hacer o no. No tenía otra opción más que huir, pero no porque era más libre, inteligente o sensible que el resto de mi familia. Y un día mi madre decidió tocar la libertad que mi padre y el mundo masculino no quería que tocara. Tuvimos la opción de huir en un momento. Y lo hicimos. La paradoja es que mi padre, más poderoso, más fuerte, no tenía opción de huir.

historia de los cuerpos

-Hay un trasfondo muy político en tu relato. Es un manifiesto bien afilado. ¿Qué es la literatura para ti?

-Escribir sobre personas pobres es muy difícil, porque está la idea de que la literatura no debe ser demasiado política. Y para personas como mi madre o mi padre, la política está en la historia de sus cuerpos. Un gobierno nuevo significaba para nosotros comer o no comer, pagar por la casa o que no podamos pagar. Y cuando tienes privilegios, cuando tienes dinero, cuando tienes cultura, en el fondo tú estás protegido de la política. Yo odio a Macron, pero por lo que hace Macron es que tengo dinero, tengo cultura, tengo la oportunidad de viajar, tengo la oportunidad de huir. Macron no puede destruirme, pero puede destruir a mi madre o a mi padre, porque no tienen oportunidad de huir. Nunca viajé, mi padre o mi madre nunca viajaron en sus vidas.

-¿Escribes como terapia también?

-No es una terapia, es una lucha. No es para mí, es para las clases sociales, es para el mundo, contra el mundo, es lo que yo vivo. Y me siento bien, no necesito la literatura, pero odio el mundo, lo que el mundo le hizo a mi madre, a mi padre, a las clases populares en todo el mundo. Es una lucha porque muchas personas alaban los libros porque "no es miserable" o "no te hace llorar", como si la emoción fuera una mala cosa. No puedo comprender eso. Conozco muchas vidas que te hacen llorar, y si no escribo un libro que te hace llorar, estoy haciendo estas vidas invisibles, y eso es una traición, es un acto de violencia.

-El libro es sobre una madre, pero también, a la vez, es sobre un hijo. Dices que por mucho tiempo te preocupaste de que tu mamá no supiera quién eras tú realmente. ¿Cómo trabajaste eso?

-En la primera versión del libro contaba la vida de mi madre en tercera persona. Más tarde, me sentí mal porque no me parecía auténtico, porque, siendo un niño, reproduje la dominación que mi madre estaba sufriendo. Y para mí era muy importante decir eso, que un niño en frente de su madre es un hombre en frente de una mujer también, y que no hay una suspensión mágica de la sociedad dentro de una familia. Miraba sufrir a mi madre y no quería que eso cambiara, porque en mi casa era lo normal, como la violencia y la humillación. Para mí era importante mirar a la familia como un lugar de reproducción de la homofobia, de la dominación contra mi madre y de la homofobia de mi madre contra mí, y de reactivar, de recrear una tradición de crítica a la familia.

-¿Y qué te ha dicho tu mamá al ver su metamorfosis hecha libro?

-Está muy contenta de tener su cara en el libro en otros países. (Risas). Gracias al proceso de construcción del libro, conversamos mucho y hoy estamos cerca. Mi ambición estaba en crear rabia con una historia hermosa. Me emociona que las personas no me digan "tu madre es extraordinaria", sino que me digan "mi madre no puede huir". Es posible crear insurrección con una historia bella.

Édouard Louis escribió "Historia de la violencia" y "Quién mató a mi padre".


Lucha y metamorfosis de una mujer

Edouard Louis

Salamandra

128 páginas

$12.000

Por Daniel Gómez Yianatos

"Mi ambición estaba en crear rabia con una historia hermosa. Me emociona que no me digan 'tu madre es extraordinaria'".

Silvana Sergio