UACh, 68 años
"Valdivia. Sol, viento, río, lluvia. Construida con esfuerzo. Destruida con furia. Alzada con esperanza. Unión de razas. Belleza, ciencia y cultura. Navegas al futuro preñada de alegría"( Henríquez 2009).
En Valdivia, así descrita, tras un largo proceso de reflexión y convencimiento nació, hace 68 años, el 7 de septiembre de 1954, la Universidad Austral de Chile rompiéndose así el paradigma del centralismo universitario.
Bajo la conducción del doctor Eduardo Morales, Quijote del siglo 20, nos propusimos luchar contra lo imposible.
Hoy, transcurridos 68 años desde el inicio de la concreción de un sueño, la Universidad Austral cuenta con diversas Facultades que imparten docencia de pregrado, postgrado, otorgan diplomados, realizan importantes tareas de investigación y han sido un factor importante en el proceso inacabado de descentralización.
La solidez de la Institución le permitió resistir los duros tiempos de la crisis político-social de la década del 70, incluida la designación de rectores delegados.
El prestigio alcanzado por la Universidad Austral llevó a algunos a cubrirse con los logros alcanzados buscando una posición en el Directorio o en la Rectoría.
Hace varios años comenzó lentamente a gestarse la crisis que en el presente año se manifestó en un extenso paro de funcionarios (académicos y administrativos) y que causó preocupación en la comunidad regional.
Abusos cometidos en las áreas administrativa y financiera, previos a la actual Rectoría, han dañado a la Institución dificultando el logro de acuerdos. Espero que las irregularidades denunciadas sean investigadas y se apliquen las sanciones que correspondan.
Lamento profundamente que este nuevo aniversario de la Universidad Austral de Chile se vea manchado por hechos derivados de ambiciones de quienes, ignorando el esfuerzo hecho en la construcción de la institución, se hayan aprovechado de él en beneficio propio produciendo un inmenso daño económico y moral que, espero, sea revertido-
Desde el presente subo por el río de la historia hasta las raíces de esta noble institución con el deseo que el espíritu fundacional descienda con alegría y esperanza e impregne a todos, para bien de la Universidad Austral de Chile.
Omar M. Henríquez F. Padre Fundador Universidad Austral de Chile
El día después
Pasó el domingo 4 de septiembre y vienen los días, meses, los años siguientes, en los cuales los chilenos debemos superar los desencuentros .
Después de confrontaciones, ficción y realidad, vendrá el singular viento de primavera a acariciar nuestras vidas, el brote de la vida de árboles y flores nos invitará a despertar de un mal sueño, uniéndonos como siempre en un fraterno abrazo a lo largo de este hermoso , pujante e inigualable país que es Chile
Boris Segovia Bruzzone segoviabruzzone@gmail.com
Después del Rechazo
A mi juicio y luego de nuestra desalentadora experiencia constituyente, creo que deberíamos tener presente, a lo menos, las siguientes consideraciones.Las refundaciones no existen. Lo que existe es una tradición constitucional. Ni la Constitución del 25 ni la del 80 fueron, en rigor, "nuevas Constituciones". En particular, las numerosas y profundas reformas de esta última son un claro ejemplo del retorno del río a su cauce, o sea, de la existencia de esa tradición. Es más, como nos recordó el Presidente Lagos, siempre hemos estado integrados al mundo. En consecuencia, el acontecer y la influencia externa han sido, son y serán relevantes. Forman parte de nuestro acervo.
La igualdad ante la ley, la democracia representativa, el sufragio universal e igualitario, la independencia del Poder Judicial, la separación de las funciones del poder, la existencia de partidos políticos fuertes y bien organizados y, el reconocimiento y protección de derechos que son anteriores al Estado, son parte de ese patrimonio. En otras palabras, nunca hay "hoja en blanco". No puede haberla.
Dado que los derechos individuales son anteriores al Estado y que éste existe, entre otras cosas, para resguardarlos, la ley jamás podrá sobrepasar estos derechos. En otras palabras, la soberanía entendida como ejercicio del poder del Estado sin límites o poder absoluto no existe.
Si asumiéramos que el legislador no tiene límites, ¿cuál sería el objeto de tener normas de jerarquía superior? Es por ello que resulta indispensable la existencia de una jurisdicción constitucional.
De esta forma, la adecuada consagración del principio de supremacía constitucional requiere del establecimiento de un quórum de reforma constitucional supra mayoritario. De no contemplarlo, la existencia de una Carta Fundamental empieza a carecer de sentido.
Si la mayoría necesaria para modificar una ley es la misma requerida para cambiar la Constitución, ésta pasaría a convertirse en "papel mojado".
Jorge Eduardo Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com