Según datos del Ministerio de Salud, cinco personas se suicidan diariamente en Chile. Y, por cada víctima, hay en promedio otros veinte casos frustrados. En Los Ríos, las estadísticas señalan que durante el primer semestre de este año se han notificado 29 decesos y 245 intentos en total (ver página 7).

Los datos estremecen. Cuando alguien llega a este punto es porque ha recorrido una ruta de dolor, muchas veces silenciosa y solitaria, al final de la cual no ve otras salidas. Con frecuencia, lamentablemente, los cercanos tampoco reconocen las señales de ese sufrimiento y no pueden (o no saben) cómo intervenir a tiempo, para ofrecer una mano o mostrar formas de superar un momento de crisis.

Esta reflexión marcó las actividades del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se conmemora cada 10 de septiembre a nivel internacional, y que en la capital regional incluyó un hito simbólico: la instalación de una placa en el Puente Pedro de Valdivia, indicando cómo actuar en caso de encontrarse en estas situaciones o de ser testigo de una de ellas.

Es un buen gesto, pues se necesita visibilizar una realidad, entregar información, articular redes, educar y colaborar desde todas las instituciones para que se amplíe el acceso a tratamientos adecuados. Además la frase "Vive, yo te ayudo" (que es el nombre del programa de vigilancia respectivo) incluida visiblemente en el letrero, activa una reacción positiva, Es un "no estás solo", que puede generar cambios.

Sin embargo, el paso siguiente a leer esas palabras es complicado. El número de Salud Responde 600 360 7777, incorporado en la placa como alternativa para pedir ayuda, es el mismo al que se puede llamar en caso de sospecha de covid-19; al hacer contacto una grabación solicita el RUT; da varios mensajes distintos y conduce a un menú que en cuarta opción ofrece la alternativa "para consultas de salud mental". Luego, ahí, ya nadie responde (para hacer este texto se realizaron tres intentos ayer, siguiendo las instrucciones). Quizás sea bueno revisar la herramienta elegida, pues un minuto de espera telefónica puede resultar demasiado para alguien enfrentado a esta ideación límite. Afortunadamente sí contesta de inmediato el número 131, también incorporado en la placa, pero que corresponde a Ambulancias.

En los últimos años, uno de los problemas más acuciantes que presenta la economía, a nivel tanto local como global, sin duda es la alta inflación.

La última medida del Banco Central para procurar controlar la situación es un agresivo aumento de la Tasa Política Monetaria, con un incremento de 100 puntos base que la dejaría en un 10,75 por ciento, nivel que no alcanzaba desde hace casi 25 años.

Aunque el alza apunta a moderar el consumo y el endeudamiento, favoreciendo el ahorro, esta herramienta puede llegar a tener consecuencias muy negativas para el emprendimiento y las pequeñas y medianas empresas (pymes).

Se espera que se observe el efecto del incremento en la tasa de política monetaria durante los próximos tres trimestres, lo que acentuará la disminución de la demanda interna. En la actividad agrícola las proyecciones de uso capital suelen ser a plazos de más de un año, y las líneas de financiamiento bancario ya están establecidas, lo que sumado a los costos mensuales sitúa a los agricultores en un escenario ciertamente complejo.

El alza de las tasas afecta la rentabilidad y la inversión, lo que sumado a los demás desafíos que el sector agrícola enfrenta en la actualidad, como el aumento de los precios de los fertilizantes, la incertidumbre que generan el nuevo Código de Aguas y la Reforma Tributaria,hace muy difícil pensar en nuevos proyectos, lo que eventualmente afectaría la contratación de mano de obra agrícola. Todo lo anterior, agravado por el mayor problema de todos: la violencia rural.

En esta coyuntura, el rol que al Estado y sus instituciones les urge tomar debe ser integral en el financiamiento y apoyo a los sectores más afectados, mediante nuevas políticas públicas de acompañamiento a los productores y emprendedores. También se debe aplicar aceleración en la resolución de proyectos estancados en el Congreso, e impulso al acceso a crédito con medidas como la aprobación del FOGAPE.

Solamente así se podría, de alguna manera, alivianar la pesada carga que deben sobrellevar los agricultores ante el panorama económico actual.

Marcela Espinoza M.

Directora Ejecutiva SAVAL F.G.