Las Fiestas Patrias regalan momentos de alegría y celebración comunitaria; pero también pueden traer algunos inconvenientes y riesgos que es necesario prevenir. Uno de ellos tiene que ver con el adecuado uso del sistema de electricidad, para no exigir en exceso los servicios domiciliarios y evitar situaciones que deriven en sobrecargas, cortes de suministro o incendios.

Vigilar el buen estado de las instalaciones, no conectar demasiados equipos al mismo tiempo, recurrir a especialistas técnicos autorizados, contribuir con la poda de árboles para evitar que topen el tendido público y avisar a la empresa encargada (Saesa en Los Ríos) en caso de detectar fallas, son algunas medidas simples que pueden contribuir a disminuir peligros y a celebrar con mayor tranquilidad.

También se recomienda vigilar que juegos tradicionales como el uso de volantines se efectúe en espacios alejados del cableado y, por ningún motivo, permitir utilización de "hilo curado". Junto con ello, la invitación es a no relajar los hábitos de ahorro energético y apagar luces o equipos que no se estén utilizando.

Por otra parte, la prevención al conducir también incide en esta materia. Un número no menor de accidentes de tránsito implica choques de vehículos contra postes del alumbrado público y en Fiestas Patrias las posibilidades de ocurrencia de este tipo de siniestros sube, lo cual es grave para las personas que se ven involucradas, como para el buen funcionamiento de las redes. Un poste caído puede dejar amplios sectores sin luz por muchas horas, con todas las molestias e inseguridades que trae la interrupción de insumo básico.

De acuerdo a antecedentes de la empresa eléctrica Saesa, entre enero y julio de este año se ha registrado más de 150 choques a postes en la región de Los Ríos. Y en cada una de esas emergencias -además del trabajo de brigadas especializadas- se debe invertir, al menos, un millón de pesos para reposición de material y de reconexiones. Números altos en lo práctico y molestias aún mayores para los usuarios. Pérdidas.

Durante ese te fin de semana habrá equipos especiales en alerta para responder a este tipo de situaciones y también a las que generen las posibles lluvias intermitentes anunciadas. Pero la principal herramienta siempre será la responsabilidad de los usuarios.

Septiembre es de grandes simbolismos. Por un lado, los olores y colores primaverales a los que se suman los sones de nuestra música nacional. Tonadas, cuecas, zambas y otras inundan el ambiente. Indudablemente algo está pasando en nuestro país y no es sólo por el cambio de estación. Lo más importante, sin lugar a duda, es la celebración de nuestras Fiestas Patrias; pero ¿qué celebramos? El 27 de octubre de 1807 la Francia Napoleónica y España firmaron el tratado de Fontainebleau, por el cual ambos estados se repartirían Portugal. En ese marco, España permitió que las tropas francesas ingresaran por su territorio con la finalidad de invadir Portugal, lo cual se concretó el 19 de noviembre de 1807. Como consecuencia, la dinastía de Braganza zarpó rumbo a Brasil. Sin embargo, el tratado y la presencia de topas francesas en suelo español motivó una serie de reacciones que culminaron con los llamados Sucesos de Bayona. Tras estos, Napoleón Bonaparte nombró rey de España a su hermano José.

Producto de los acontecimientos peninsulares las provincias americanas buscaron fórmulas de gobierno con el objetivo de defender el territorio, frente a una inminente invasión extranjera. Con ese fundamento, en la mañana del 18 de septiembre de 1810, en una sesión del Cabildo de Santiago, se constituyó la Primera Junta de Gobierno, presidida por el entonces gobernador del Reino de Chile, don Mateo de Toro y Zambrano, Conde de la Conquista. Tras su constitución, se debía procurar que todo el pueblo de Chile la reconociera como gobierno provisional, con la finalidad de cumplir los objetivos trazados entre los que podemos mencionar: Nuevos cuerpos militares, convocatoria a elecciones de un Congreso Nacional y libertad de comercio.

En Valdivia, y de acuerdo con el padre Guarda, el juramento se realizó el 30 de octubre. Fue así como, para el mes de noviembre de 1810 la Junta instalada en Santiago el día 18 había sido reconocida por gran parte del Reino, asegurando el cumplimiento de los objetivos planteados. Así, y tras diversos sucesos, se transitó hacia la Independencia, declarada el 12 de febrero de 1818.

Hoy, tras 212 años, mantenemos vivo aquel momento. Indistintamente donde estemos, en septiembre los chilenos reconocen y se reconocen como parte de una misma comunidad, una misma nación, y cobra sentido nuestra identidad cultural con sus códigos, símbolos y valores.

Lorena Liewald Dessy