Tres metáforas usó el obispo Santiago Silva durante su homilía en el tradicional Te Deum de Fiestas Patrias, efectuado ayer en la Catedral de Valdivia. En la primera comparó a Chile con el cuerpo; en la segunda, con una ramada; en la tercera, con la bandera. En todas, su mensaje fue hacia la unidad, responsabilidad, compromiso social y la urgencia de "asumir los deberes por sobre los derechos" para trabajar por el país.
La ceremonia formó parte de las actividades oficiales de celebración de los 212 años de la Independencia Nacional y a ella asistieron las autoridades regionales y comunales, representantes de organizaciones sociales; delegaciones de las Fuerzas Armadas y de orden, cuyos estandartes acompañaron la actividad desde el altar.
En la ocasión, el obispo explicó que este rito religioso es uno de los más antiguos practicados por los creyentes y que tiene como misión agradecer, celebrar y alabar a Dios. Su nombre - Te Deum- significa "A ti, Dios" y debe su nombre al himno cristiano que comienza precisamente con esa frase: "Te Deum laudamus" (A ti, Oh Dios, te alabamos). En Chile se realiza desde 1811.
Un solo cuerpo
Silva enfatizó el sentido de la jornada y luego detalló su mensaje. Invitó primero a ver a Chile como un cuerpo, en el cual cada miembro debe estar sano y funcionar en beneficio del conjunto. "Si un órgano falla o es descuidado, todo el cuerpo se enferma y sufre", dijo y recordó la Epístola de San Pablo a los Corintios en la cual instaba a las personas a actuar en comunidad, a tener voluntad de colaborar para robustecer y dar vitalidad al conjunto.
La segunda comparación usada fue ver a Chile como una ramada, "de esas que se hacen en las fiestas con ramas de árboles, un tinglado simple, donde las personas se reúnen para estar juntas y festejar, donde se encuentran con alegría, como iguales. ¿Es hoy Chile un lugar donde encontrarnos para poder compartir; hay alegría hoy en nuestra gente?" preguntó el sacerdote y reflexionó sobre la forma del encuentro: "una ramada es un espacio sencillo y no perfecto. Lo perfecto, a veces, es enemigo de lo bueno y mientras se concentran en buscar lo perfecto, cueste lo que cueste (generando división en ese afán) se desvía el camino y la gente sigue sufriendo".
Una bandera
La tercera metáfora del obispo fue ver a Chile como una bandera tricolor.
El blanco simboliza la transparencia, la rectitud, la claridad y la paz, "¿qué estamos haciendo hoy para contribuir a pintar nuestro país de ese color?". Luego habló sobre el azul, que en la cultura occidental -dijo- alude a la tranquilidad, a la seguridad, a la dignidad de las personas. Y llamó a preguntarse qué hace cada uno, desde su ámbito de responsabilidad, para garantizar esa dignidad, para cuidarse a sí mismo, a otros y al espacio común donde todos se sientan seguros y acogidos.
Sobre el rojo, el obispo se refirió al deber, a la disciplina, al trabajo con voluntad y propósito. reflexionó y recordó que en tiempos de Jesús la sangre (el rojo) era sinónimo de vida y eso implicaba dar lo mejor de cada uno para el bien común. "Pero hoy vemos demasiado hablar de derechos y poco de deberes ¿hasta cuándo seguir con esa actitud?", cuestionó.
Finalmente, el obispo habló de la estrella, que simboliza fe y propósito. "Y esa estrella interpela especialmente a los creyentes: si ves a las autoridades que se equivocan ¿no es tu misión ayudar en vez de criticar con violencia?; si tienes discrepancias con otros ¿no es mejor el diálogo que el ataque?" .
Convocó a la búsqueda de entendimiento pensando en el país con "un solo cuerpo, una bandera y un espacio sencillo para compartir, pero donde caben todos".
Las palabras del obispo Silva fueron destacadas por las autoridades presentes. El concejal de Valdivia Pedro Ampuero coincidió en la importancia de un llamado a la paz "es importante que nos unamos; por el bien de Chile", dijo.