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La profesora de inglés, Carola Flández -quien actuó como traductora de la delegación- comentó que en Canadá la sustentabilidad no sólo se observaba en el alto uso de energías renovables, sino también en la conformación de la ciudad.
"Nos presentaron la metáfora de una rosa, donde cada pétalo por separado era una problemática social como contaminación, drogadicción, desempleo entre otras; sin embargo, se podían transformar en una bella rosa, como el barrio de Regent Park, donde un basural se convirtió en un espacio de igualdad social, ecológico, que fomenta la vida en comunidad, el deporte y el comercio; no construyen viviendas, sino que barrios con todo lo necesario para dar bienestar a sus habitantes", expresó.
Choque cultural
Entre los objetivos de esta pasantía, también se encontraba que los estudiantes pudieran conocer la forma de vida canadiense y realizaran un intercambio cultural con los Chippewas, uno de sus pueblos indígenas.
Para Alexis Bello de Reumén, una de las cosas más impactantes fue el comportamiento de los canadienses. "Son todos muy amables y muy respetuosos, tienen también muy buenos modales y un estilo de vida muy saludable, en las tardes uno puede ver a personas mayores realizando deporte o caminando con tranquilidad por los parques".
Por su parte, Jesús Gallardo, la autonomía de los Chippewas. "Estuvimos tres días en su campamento, que en realidad es como una ciudad. Ellos tienen sus propias leyes -que están por sobre las leyes del Estado- y tienen sus escuelas, sus casas y un casino de juegos que genera dinero para la comunidad".
Para Valentina Campos, el éxito del desarrollo de este pueblo tiene que ver con su visión comunitaria. "Ellos no piensan en el bienestar de su familia, sino que en el de toda la comunidad". En la misma línea, la estudiante agregó que le llamó la atención cómo se integran con el pueblo canadiense. "Hay mucho respeto hacia los pueblos indígenas y en general hacia todas las culturas".
Futuro prometedor
El profesor Montecinos destacó que como docentes fue una experiencia enriquecedora. "Conocimos la metodología de enseñanza canadiense -que es muy destacada a nivel mundial- en ésta se pone mucho énfasis al respeto y empatía mutuos entre profesor y estudiante, donde el profesor se pone en la situación del estudiante y también aprende de él, algo que espero replicar acá".
A sólo semanas de finalizar la enseñanza media, los 14 jóvenes coinciden en que esta oportunidad tendrá un impacto en su futuro. "Haber salido de Chile y visto un país del primer mundo fue grandioso. Canadá me abrió los ojos con respecto a lo que se viene en energías renovables; yo antes tenía la idea de estudiar ingeniería eléctrica, pero ahora estoy convencido", señaló Eduardo Cárdenas.
Por su parte, la directora Ana María Muñoz, se queda con haber abierto el mundo y expectativas de estos 14 jóvenes. "Fue una tremenda responsabilidad, pero cumplimos con devolverlos sanos y salvos a sus familias. Ellos tuvieron la posibilidad de contactarse con personas de diferentes culturas y conocieron una sociedad donde se convive armónicamente; sabemos que esto impactará positivamente en sus desarrollos personales, y confiamos en seguir abriendo puertas a más jóvenes de Paillaco".