Correo
Desafíos políticos
Años atrás, el primer ministro de Gran Bretaña Harold Macmillan, al ser consultado por un periodista acerca de cuál consideraba como su más grande desafío político, entregó esta aguda respuesta: "Eventos, estimado joven, eventos".
Hay que considerar que los eventos afectan transversalmente en política. Lo que es malo para el gobierno puede en algunos casos ser bueno para la oposición. Así por ejemplo, inflación y aumento de la tasa de interés para controlar esta última, según "como la inflación y las expectativas inflacionarias están respondiendo".
Si las acciones tomadas por el Banco Central no son suficientes, el costo de vida empeorará. Si son demasiadas, podrían conducir a una recesión. En ambos casos, una oposición centrada, con economistas experimentados y sin chabacanería debiera beneficiarse.
Desde que asumiera el Gobierno del presidente Boric se han registrado errores políticos visibles que ayudan a fortalecer una oposición inteligente, metódica, organizada y con capacidad política amplia.
Lamentablemente sólo observo esfuerzos aislados, luchas políticas tribales ancladas en el pasado y no una oposición cohesionada, con liderazgo. Sursum Corda.
Gustavo Astorquiza normaandgus@easterlink.ca
Vivir en crisis climática
Estamos viviendo en medio de una crisis climática y debemos pisar el acelerador a fondo en la carrera contra ella. El último informe multiinstitucional de la Organización Meteorológica Mundial destaca la gran distancia que hay entre lo que se pretende alcanzar para contenerla y la realidad que se observa y se mide, y advierte que, de no adoptarse medidas considerablemente más ambiciosas, las consecuencias serán devastadoras.
Lo que preocupa, es que la ambición necesaria para alcanzar los compromisos de reducción de emisiones para 2030 debe ser, según los expertos, siete veces mayor a la existente, para cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, según lo fijado en el Acuerdo de París.
Se estima que en cada uno de los años comprendidos entre 2022 y 2026, la temperatura media anual global cerca de la superficie superaría la de los niveles preindustriales (1850-1900) y que ese aumento oscilaría entre 1,1 °C y 1,7 °C.
Así, las últimas investigaciones indican que para que haya alguna esperanza de efectivamente limitar el calentamiento a 1,5 ºC, el uso de carbón debe reducirse en al menos un 95% en todo el mundo, mientras que el consumo de petróleo y gas tiene que disminuir en un 60% y un 45%, respectivamente, para el año 2050.
Sin duda el sector privado juega en esto un papel clave y relevante, debiendo alinear sus metas con los compromisos mundiales del país, aún cuando Chile represente un aporte de solo 0,26% a las emisiones mundiales.
En este escenario descrito, el Estado tiene un rol crucial en acelerar las inversiones en desarrollo de fuentes de energía renovables, conversión a combustibles más limpios, mejoras en la eficiencia de los procesos de combustión, impulso de la electromovilidad, planificación en la gestión del agua y educación sobre la modificación de las tendencias de producción y consumo sostenibles. Sin embargo, si las empresas y organizaciones no implementan estas medidas y no se plantean objetivos ambiciosos, no hay avance posible.
Muchos países como Chile han aplicado políticas que han mejorado la eficiencia energética, han reducido las tasas de deforestación o han acelerado el despliegue e inversiones en tecnologías de energías renovables.
Como sabemos, reducir las emisiones se torna más urgente que nunca, ya que estamos viviendo un punto de inflexión respecto al calentamiento global.
La acción es ahora y las empresas que aborden con decisión estas medidas, se verán recompensadas en su viabilidad a largo plazo, en su reputación, y en la lealtad de sus colaboradores, proveedores y clientes
Margarita Ducci Directora ejecutiva Pacto Global Chile (ONU)
Personas mayores
Se ha avanzado en materias tales como equidad de género, protección de la niñez y de víctimas de violencia intrafamiliar, pero poco se ha hecho para saldar la deuda abismante y desoladora que tenemos con nuestras personas mayores.
El 14 de septiembre de 2017 entró en vigencia en nuestro país la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, adoptada el 2015 por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, la cual establece la igualdad y no discriminación por razones de edad, y el derecho a la vida y dignidad en la vejez.
Si relacionamos estas normas que forman parte de nuestra legislación con normas constitucionales que reconocen la igualdad ante la ley, prohibiendo y sancionando la discriminación arbitraria, no parece nada descabellado instaurar un sistema similar al que ya disponemos en salud pública, pero enfocado al desarrollo de un control sano para la persona mayor.
Con esto, se estarían tomando medidas concretas que podrían, en parte, saldar esta deuda y otorgar mayor dignidad a quienes llegaron a la vejez.
Carolina Araya Carrera de Derecho UDLA