Proyecto instala en la región de Los Ríos la cultura de la bioseguridad en el turismo
Iniciativa es desarrollada por profesionales del área de la salud y del turismo de la UACh y busca aportar a la reactivación del sector. Partió abarcando tres comunas y, actualmente, tiene 97 beneficiarios de diez comunas.
A partir de marzo de 2020, con la pandemia por covid 19, las actividades productivas vinculadas al turismo resultaron fuertemente golpeadas.
Este sector se vio afectado debido a las limitaciones en el desplazamiento como medida para evitar la propagación de la enfermedad. Esta situación puso el foco de los esfuerzos en la recuperación, la cual hoy está dando señales positivas a nivel nacional y también en la región.
En ese contexto -y aunque surge como una idea anterior a la pandemia- en 2020 el Gobierno Regional a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) financió el proyecto "Cultura de Bioseguridad en Turismo como Estrategia de Competitividad", el cual es desarrollado por expertos en el área de la salud y en turismo de la Universidad Austral de Chile (UACh).
Esta iniciativa busca instalar la cultura de la bioseguridad en micro, pequeñas y medianas empresas relacionadas con el turismo de intereses especiales, en el contexto de la necesidad de reactivar los servicios del sector en concordancia con el cumplimiento de estándares de bioseguridad.
El proyecto -cuya inversión alcanza los 93 millones de pesos- tiene un periodo de ejecución de 24 meses y, actualmente, se encuentra en su fase final.
Concepto
¿Qué es la bioseguridad en el turismo? Romané Véliz, enfermera y directora del proyecto, explicó que, como lo enfoca la iniciativa, va más allá de la prevención de riesgos. Implica realizar una serie de acciones y cambios de conducta para reducir el riesgo de adquirir enfermedades infectocontagiosas. Y no solamente aborda los riesgos asociados al covid 19, "la región tiene riesgos biológicos que están identificados y que son concretos en su manejo, por ejemplo, patologías respiratorias, el hantavirus y el dydimo que, si bien no afecta a la población humana, sí es importante para la bioseguridad del ambiente y de las cuencas hidrográficas", indicó la profesional.
Esta serie de acciones -precisó- se incorporan en la entrega de un servicio o una experiencia turística, de manera que éstas permitan "desarrollarla y experimentarla de la forma más segura posible, es decir, minimizando y controlando los elementos de riesgos biológicos que enmarcan esa actividad".
Desde esa perspectiva, la bioseguridad se relaciona con toda la cadena de valor que está involucrada para que el turista reciba ese servicio.
Así, cada uno de los puntos de riesgo debe estar evaluado y monitorizado.
Esto fue ejemplificado de la siguiente forma por Romané Véliz: "Al contratar una experiencia en un curso de agua, como bajar en kayak, lo que se analiza es qué características tiene ese curso de agua y todos los demás elementos vinculados a esa experiencia. Esto es, qué riesgos están relacionados con el servicio de desplazamiento, que puede ser un bus, y cómo están controlados desde el personal a cargo de ese traslado; otro punto crítico está en la oficina que vende el servicio o informa dónde se puede adquirir esa experiencia; después, el lugar donde vas a vivir la experiencia, en el borde del río, cómo esta empresa maneja el protocolo de dydimo, cómo el personal mantiene la higiene de los equipos que va a facilitar; y después que vives la experiencia, y recibes una
"Levantamos todos los flujogramas de trabajo e identificamos los puntos de riesgo, a cada uno de esos puntos le generamos otro material donde les ense-ñamos a manejar el riesgo, para lo cual buscamos tips o formas de hacer el trabajo de manera más biosegura".
Romané Véliz, Directora del proyecto
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