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El poeta de Curacaví que mordió la Gran Manzana

"Tal vez como en todas partes" (La Pollera) reúne las crónicas escritas entre 1946 y 1962 por Rosamel del Valle, poeta chileno y corresponsal de la efervescente vida negra en el Harlem de Nueva York.
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La Gran Manzana fascinó al poeta chileno Rosamel del Valle (1901-1965), quien vivió en Nueva York desde el año 1946 a 1962. Sus crónicas "Tal vez como en todas partes" (La Pollera) fueron seleccionadas por Macarena Urzúa, poeta e investigadora (que ya estuvo a cargo de la reedición de las novelas del autor "Eva y la fuga", "Las llaves invisibles" y "Elina, aroma terrestre", también publicadas en la misma editorial). Si bien no son la totalidad de los textos que despachó del Valle para La Nación y la Crónica de Concepción, son una completa selección de su mirada sobre el problema racial y la influencia de Walt Whitman y Edgar Allan Poe.

Para Urzúa, hay dos características que movilizan estos despachos de Rosamel del Valle desde Nueva York: "Tiene que ver primero con ideas preconcebidas (la música, donde vivió Poe) y luego el encuentro de lo que está pasando, ver películas, atravesar Brooklyn y otros barrios. Es un relato cotidiano del descubrimiento. Va narrándole a los lectores que están en Chile, al lector imaginario, al que le escribe como si fuera su amigo. Eso me hizo sentir cercanía afectiva con estas crónicas".

Rosamel del Valle comunica claramente sus impresiones, sus anotaciones desde la Gran Manzana. Para Macarena Urzúa, el rol como cronista del poeta está volcado a "revelar la maravilla, como un cronista de Indias".

Razón económica

Para la especialista, es una razón "económica" la que lleva a los poetas a escribir crónicas. "Es un pituto extra, aprovechar de estar afuera, y al mismo tiempo el espacio de la crónica funciona como un laboratorio de ensayo de ciertos temas y ciertas imágenes para también tener un registro propio. Después aparecerán otros hermosos poemas. Este es el diario de viaje de un poeta".

El lugar de donde escribe, entonces, resulta fundamental. "Su tránsito está dentro de un viaje poético, como si fuera un viaje por esta megalópolis, un microuniverso, una muestra de todo lo que hay en el mundo. El plus que tiene es ver la ciudad desde esa mirada de poeta", comenta Urzúa.

Ella responde también por la fijación que le ha provocado la "Gran manzana" a tantos autores de nuestra lengua: "Tras las vanguardias la ciudad ejerce la fascinación que tuvo París en su momento. Es la fascinación de la urbe, pero es la urbe de migrantes. Pensando en autores chilenos, por ejemplo, la primera edición de 'Desolación' de Gabriel Mistral fue publicada en Columbia, y ella pasa sus últimos días en Long Island. Hay pasos de Vicente Huidobro, Juan Emar, Teresa Wilms Montt, María Luis Bombal, Enrique Lihn y Cecilia Vicuña, que vive allí desde 1980".

El espíritu diáfano de Del Valle se muestra en la genuina alegría que siente por el éxito de Bombal por "La casa de la niebla". Desde NYC celebra la presencia y triunfo de nuestros dos premios Nobel en Nueva York: "Y yo quisiera que los eternos incrédulos de la patria estuvieran aquí por algunas horas y aprendieran a amar y respetar lo que a ellos mismos los extrae de la negrura personalista para atraerlos, por algunos instantes, a la gran luz, a la luz que pueden compartir solamente y a causa de la nacionalidad", escribe, tras conocer a un taxista que llevó gratis a Gabriela Mistral tras su gran reconocimiento.

Rosamel del Valle nunca dejó de tener parte de su alma en Chile, según comenta Urzúa: "Es el poeta del hombre solo en la multitud, sin dejar de ser el chileno que extraña su ciudad, sus calles, su amistad, olores que asoman ante la más mínima provocación. Es la memoria involuntaria que se le aparece a Rosamel".

"Esta escritura va entre la nostalgia y el asombro, cuando visita la tumba de Poe en enero, recuerda que en Chile hace calor. O cuando está en el Harlem recuerda un estribillo chileno olvidado, o los parques de Long Island lo llevan al lejano aroma de Chile", detalla la editora.

Entendiendo harlem

Gran parte del compendio se lo lleva el retrato de la cultura afroamericana a la que se acerca Rosamel del Valle en Harlem. Justamente en esa histórica zona, en aquellos años, sucede el "Renacimiento del Harlem", donde explota su vida cultural.

"La gracia pertenece a los jóvenes negros", escribe Rosamel del Valle. Urzúa tienta que "quizá es uno de los primeros autores chilenos que se inserta en ese mundo. Tiene amigos, no se siente tan ajeno".

Este "Renacimiento" es una novedad absoluta para los lectores en aquella época en que escribía del Valle. Así lo explica Urzúa: "En Chile no se ha visto, él conoce el Renacimiento de Harlem estando allá. Es una exploración: se fascina ante otro tipo de sociabilidad, muy distinta a la del típico norteamericano. Intuye que la comunidad afroamericana vive en una isla dentro de otra isla".

Para entender la importancia de este impacto cultural en el poeta, Urzúa escoge los sedimentos que se vuelven versos más adelante: "Uno puede leerlos en poemas en libros como 'La visión comunicable' o 'Adiós enigma tornasol', u otro poema donde aparece un funeral en Harlem. Varias visiones están en las crónicas que luego se traducirán a su propia producción poética".

Rosamel del valle vivió durante 16 años en nueva york. Allí, para ganarse la vida, trabajó como cronista para chile.


"Tal vez como en todas partes"

Rosamel del Valle

La Pollera

258 páginas

$13.900

Por Cristóbal Gaete

archivo

"Rosamel del Valle intuye que la comunidad afroamericana vive en una isla dentro de otra isla".