Gracias, trabajadoras de casa particular
Esta ley siempre tuvo como objetivo dar seguridad, calidad de vida y estabilidad a miles de trabajadoras...
Como cada año, este 21 de noviembre se conmemora el Día de la Trabajadora de Casa Particular, como una forma de recordar la promulgación de la Ley 20.786, la cual contiene una serie de cambios para quienes se dedican a labores de asistencia en el hogar. Ley de la cual orgullosamente fui uno de los autores cuando era diputado por esta región. En esta norma se establece la obligatoriedad del contrato de trabajo, un máximo de horas semanales a trabajar, y que los días de descanso no sean renunciables.
Esto prohibió, por ejemplo, la exigencia del uso de uniforme de trabajo en lugares públicos, lo cual fue un tema de gran controversia en el país, dado que a algunas trabajadoras se les exigía utilizarlos para salir a lugares como la playa, piscinas y otros espacios.
Las trabajadoras de casa particular han estado presentes a lo largo de nuestra historia con un papel relevante y central en el desarrollo de la sociedad, debido a su rol de asistencia, mantención y cuidado de los demás.
Su rol, parte vital del funcionamiento del hogar de miles de chilenos y chilenas, es una inmensa y entrañable labor que de apoyo al cuidado familiar, para las actividades de la vida cotidiana y colaboración en la crianza de hijos e hijas.
Sin embargo, históricamente a estas trabajadoras de casa particular se les ha invisibilizado y menoscabado. ¿Y por qué? Si al final del día son ellas quienes se han empoderado a través del trabajo sindical, impulsando así los cambios necesarios para dignificar su labor.
Sin ir más lejos, en nuestra región trabajamos para la promulgación de la Ley 20.786 en conjunto con las agrupaciones sindicales que se gestaron en el territorio. Un trabajo gratificante y con alcances muy positivos.
Hoy no puedo más que felicitarlas por su enorme aporte a la sociedad.
Esta ley, que vio la luz gracias a su empuje, siempre tuvo como objetivo dar seguridad, calidad de vida y estabilidad a miles de trabajadoras y sus familias, quienes antes muchas veces se vieron en trabajos irregulares, con empleadores que no respetaban acuerdos. Hace ocho años, con su tenacidad, este proyecto fue aprobado para comenzar a establecer y determinar derechos laborales básicos que se mantendrán en el largo plazo. Un gran abrazo fraterno y que su espíritu de lucha no cambie nunca.
Alfonso de Urresti
Senador por Los Ríos.